A la espera de que los avances de la tecnología 5G acaben de materializarse en lo que sería una verdadera revolución en términos de conectividad e interoperatividad bajo el nuevo panorama del Internet of Things (IoT), el sector del vídeo y la seguridad continúa evolucionando hacia sistemas más eficaces, más flexibles, más abiertos y más seguros.
Entre las tendencias principales destaca la mejora de las soluciones de análisis de vídeo inteligente de la mano de aplicaciones basadas en inteligencia artificial y deep learning, que ofrecen un rendimiento cada vez más alto con funciones de detección y búsqueda rápida más precisas. También empiezan a aparecer con solvencia las soluciones cloud alojadas en la nube que proporcionan mayor flexibilidad en la gestión y contratación de servicios prestando una gran atención a la cuestión de la ciberseguridad. Este es, sin duda, otro de los aspectos importantes en los que el sector está poniendo un especial interés.
En cuanto a novedades de producto, destacan las cámaras multisensor y los sistemas de reconocimiento facial. Continuando la línea abierta por las cámaras de ultra alta definición 4K y las panorámicas fisheye 360 grados, las cámaras multisensor se adaptan bastante bien a los nuevos mercados verticales de videovigilancia urbana y smart cities, así como a otras aplicaciones más habituales, como la vigilancia de centros comerciales, aparcamientos, almacenes, centros logísticos, edificios públicos, etc.
Otro de los productos que está alcanzando gran relevancia son los sistemas de reconocimiento facial para aplicaciones de seguridad y control de accesos y de marketing. Aunque su uso todavía no está plenamente implantado y todavía despiertan cierta polémica en cuanto a su legitimidad, se espera que continúen su expansión amparados por las recientes normativas europeas sobre privacidad y protección de datos personales.
A mayor escala, lo que se percibe es una tendencia por parte de fabricantes y marcas a ofrecer mayores opciones de integración de sus sistemas creando soluciones más abiertas y estableciendo alianzas estratégicas con otros socios tecnológicos. Y, en general, un interés creciente por acercar los avances tecnológicos hacia soluciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.