La tecnología inalámbrica ha avanzado de forma muy acelerada en los últimos años. La fiabilidad, rapidez y calidad de la transmisión radioeléctrica permite aumentar la cantidad de datos transmitidos, sin errores, en un menor espacio de tiempo. La autonomía también se ha incrementado sustancialmente, al reducirse la potencia requerida por la electrónica de los equipos y los niveles de tensión. Además, las mejoras químicas en los dispositivos de almacenamiento permiten ofrecer baterías más compactas y de más duración, con descarga controlada y predecible, así como más pequeñas. Recordemos que antes ocupaba más la batería de los equipos que el propio equipo.
Desde hace años, la mayoría de las empresas de seguridad ofrecen alarmas vía radio con excelentes prestaciones e indudable fiabilidad. En la detección de incendios, la norma UNE-EN54-25, aplicable desde junio de 2012, especifica las características del sistema para certificar las prestaciones de esta solución con el fin de garantizar que sean tan fiables como las variantes cableadas.
La norma EN54-25 define los requisitos del sistema en tres áreas:
1. La inmunidad a la atenuación para asegurar que la disminución del emplazamiento no afecte de forma negativa a la comunicación entre los equipos. Los receptores actuales permiten sensibilidades de -100dB. Un nivel de sensibilidad buena tiene un indicador de fuerza de la señal recibida mayor que -72/-76dB y mayor que -82/-86dB para nivel de señal media, considerándose un nivel de señal mala por debajo de -95dB aproximadamente.
2. La integridad de la señal de alarma. Con tasas de transferencia superiores a los 75 kilobits por segundo realizando modulación por desplazamiento de frecuencia gaussiana GFSK, utilizada satisfactoriamente en la telefonía móvil.
3. Inmunidad a las interferencias que define los ensayos monocanal o multicanal. El procedimiento de ensayo para componentes multicanal aplica una señal de interferencia no modulada suficiente para bloquear la transmisión mayor que 10 decibelios en su ancho de banda, en todas las frecuencias utilizadas durante al menos un segundo. Algunos fabricantes ofrecen hasta 18 canales de radio, utilizando dos antenas en cada dispositivo y proporcionando así una mayor tolerancia a las interferencias.
Protocolo de transmisión
En la norma también se especifica que el protocolo de transmisión debe asegurar que no se pierda ninguna señal y que, en caso de existir bloqueos en la frecuencia de trabajo, se produzcan saltos de frecuencia para garantizar la continuidad en las comunicaciones.
La EN54-25 obliga al fabricante a proporcionar el consumo de corriente y demostrar, mediante análisis y cálculo, la vida útil de las baterías. Algunos fabricantes ofrecen baterías estándares que garantizan cinco años de vida útil, por encima de la exigencia de la norma. Esta requiere un periodo mínimo de 36 meses, durante el cual no debe alcanzarse la descarga del 85 por ciento de la capacidad estimada de la batería, y una señal de avería según normativa. En algunos casos se puede visualizar el estado de la batería en la pantalla de la central de incendio, lo que permite al mantenedor poder planificar los mantenimientos con hasta seis meses de anticipación.
En cuanto a la instalación, podemos pensar innumerables beneficios que nos aporta la EN54-25 al definir los equipos vía radio en aplicaciones donde el cableado es complejo; sobre todo en instalaciones ya existentes en las que no existe cableado previo, tales como iglesias, edificios históricos o que requieren reformas continuamente debido a su segmentación cambiante (grandes centros comerciales, oficinas compartidas, etc); además de las casetas provisionales o no tan provisionales, donde durante un determinado periodo de tiempo se alojan bienes de alto valor.
Otro beneficio de los equipos de protección, certificados EN54-25, es su rápida instalación. ¡A quién no le han ofrecido una alarma de seguridad instalada en menos de una hora! Esta rapidez de instalación nos permite ofrecer esta tecnología como la solución idónea con total garantía antisabotaje, al igual que los sistemas de seguridad.
En cuanto a la topología de las comunicaciones, hace años la más utilizada por los fabricantes era en estrella: una pasarela a la cual se conectaban los equipos vía radio. En la actualidad, la preferida es la topología en malla (mesh), que permite ofrecer dos enlaces entre dispositivos, ampliando más aún la fiabilidad del sistema. También la red se hace más extensa y flexible, ya que los sensores, pulsadores o sirenas vía radio se pueden utilizar como repetidores o regeneradores de la señal.
Otro factor muy importante a tener en cuenta en el diseño de la instalación es la atenuación de la señal. En superficies abiertas, donde no existen obstáculos entre equipos, el alcance permite hasta 500 metros, cuando normalmente la distancia entre dispositivos, dependiendo de la tecnología (detector térmico, óptico o pulsadores de alarma), no debe superar los 7-25 metros. El material más desfavorable para la atenuación son las placas metálicas que mitigan la señal hasta el 90 por ciento, mientras que el hormigón armado de acero atenúa entre un 30 y un 90 por ciento –dependiendo de la sección–, el ladrillo macizo solo entre un cinco y un 35 por ciento y en la madera o las placas de yeso la atenuación es inferior al 10 por ciento. Las herramientas de cálculo permiten analizar estas variables antes de ir a la instalación, donde solo realizaremos pruebas empíricas de los canales utilizados.
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