La hostelería es una de los principales sectores que están en el punto de mira a la hora de gestionar la pandemia. ¿Realmente es un foco de infección de COVID-19?
En absoluto. Desde el primer momento, la hostelería ha adoptado todas las medidas exigidas encaminadas a la protección tanto del cliente como de los propios trabajadores. Desde marzo de 2020 y en cada una de las fases de la desescalada, se han adaptado aforos, protocolos de trabajo, formación, uso de mascarilla, información a los clientes… Incluso acondicionado las zonas para garantizar una mayor seguridad.
Los datos que nos llegan siempre nos indican que la hostelería no se encuentra entre los focos de infección principales del COVID-19, siendo un sector muy controlado y cuyos datos no demuestran que suponga un riesgo para la población.
¿Qué medidas ha implementado durante todo este tiempo la hostelería de Madrid, sobre todo teniendo en cuenta que no ha cerrado completamente desde la primera ola?
El hecho de no haber cerrado completamente ha permitido que el sector trabaje en la implementación de medidas desde el primer momento. Esto es ventajoso desde el punto de vista de la seguridad porque ha permitido avanzar tanto en el conocimiento como en la aplicación de las medidas a la vez que se realizaba una desescalada progresiva. De ese modo, el riesgo siempre es más controlable y los resultados mucho mejores.
Una de las medidas más relevantes que se han tomado es formación de toda la plantilla en aspectos relacionados con el control del COVID-19, tanto a nivel de prevención de riesgos laborales como por los equipos de técnicos que se han dedicado a la implantación de protocolos para el control de la pandemia.
Además, se ha producido una adecuación e intensificación de los planes de limpieza. Recordemos que, inicialmente, uno de los puntos que se consideraban de riesgo alto era el contacto por superficies. Poco a poco hemos ido aprendiendo que los aerosoles son el principal foco de transmisión; no obstante, se han intensificado aspectos de limpieza en zonas de contacto. De hecho, se han colocado geles hidroalcohólicos y mejorado los productos de limpieza y desinfección.
Se ha producido también un refuerzo de la información mediante infografía referente a hábitos dentro de los locales, flujos de cliente y personal, uso de mascarilla… Y una adecuación de las instalaciones según las limitaciones establecidas en cada momento en cuanto a aforo, horarios y tipo de actividad que se permitía hacer en cada momento.
En lo referente a la digitalización, muchos locales han tenido que trabajar de forma muy potente este aspecto que tenían parado o incluso sin desarrollar dentro de su negocio.
Por último, cabe destacar el plan de ventilación del local. A día de hoy sabemos que, en interiores, el control de los aerosoles y la ventilación es crucial. En este sentido, seguimos las recomendaciones de la Administración para adecuar cada zona a lo establecido y garantizar así la seguridad.
En general se ha tenido que realizar una gestión especializada en el COVID-19 para cada momento y local en función de sus características. Hay que tener en cuenta que no todas las terrazas o locales tienen la misma disposición, número de mesas, accesos, barra, etc. Todos estos aspectos han sido cruciales para lograr un trabajo seguro para todos. De hecho, en ese plan de gestión COVID, hay puntos que han sido básicos, como el plan de reapertura, la gestión del personal, el análisis de cada zona de trabajo, la adaptación y anticipación y el plan de contingencia.
Cada hostelero ha tenido que analizar de forma muy profunda estos cinco puntos para sobrellevar de la mejor manera posible la pandemia y lograr el equilibrio perfecto entre la gestión económica y del virus.
¿Qué medidas adicionales impondrá la hostelería de cara al verano, sobre todo teniendo en cuenta la llegada del turismo?
El reto de cara al verano es, sin duda, la utilización de espacios exteriores al máximo rendimiento posible, manteniendo las medidas de distancia social, limpieza y protocolos COVID en cada local.
Debemos seguir manteniendo, además, un nivel alto de control en el sector. De este modo garantizamos seguir ejerciendo la actividad con las máximas garantías.
Ciertamente, hay que trabajar mucho la motivación de las plantillas, puesto que todo el mundo arrastra un cansancio. Pero estamos ante un sector con una capacidad de resiliencia y superación que siempre tiene como máxima ofrecer lo mejor.
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