Un Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) es un sistema de cámaras de vigilancia integral que cubre todos los espacios de una instalación. Para su correcto funcionamiento, requiere la conexión de varias cámaras (depende del tamaño y necesidades del negocio) a un grabador y monitores donde los operadores puedan ver lo que sucede.
Las empresas instalan sistemas de CCTV para vigilar sus edificios y recintos a través de las cámaras y reportar las incidencias que se produzcan. Sin embargo, la tecnología permite desde hace tiempo integrar en estos sistemas no solo capacidades de videovigilancia, sino también otras como el control de accesos o un sistema de alarma.
Componentes principales de un CCTV
Las opciones, capacidades y características de los sistemas de CCTV pueden ser muy amplias, dependiendo de lo que requiera el usuario. No obstante, los componentes que no pueden faltar en un CCTV son:
- Ópticas: son los «ojos» del sistema en un CCTV. Enfocan la escena y determinan la cantidad de luz.
- Cámaras: es el elemento que captura las escenas en imágenes para enviarlas al grabador y a las pantallas.
- Sistemas de transmisión: está formado por los enlaces que permiten el envío de la señal de video de las cámaras hacia los conmutadores.
- Conmutadores: recibe y decodifica la señal para poder visualizar una gran cantidad de cámaras en un pequeño grupo de monitores.
- Monitores de vídeo: son el equipo terminal de la señal de video donde los operarios pueden observar la imagen definida.
- Equipos de grabación: conectados entre los monitores y los conmutadores, almacenan las imágenes para después visualizarlas. En la actualidad la mayoría de estos equipos son digitales.
Utilidades para un negocio
Para una empresa, disponer de un CCTV supone funcionar con un sistema de videovigilancia que trabaja las 24 horas. Si además está integrada con un sistema de alarma, capacidades de analítica o control de acceso, pueden añadirse funcionalidades. Así, por ejemplo, puede emitir alertas no detectadas por los vigilantes en sus rondas, pero que sí han captados las cámaras.
Un CCTV permite a los negocios reaccionar en tiempo real ante una amenaza que comprometa la seguridad y aporta imágenes de alta calidad para poder identificar a los responsables.
Estos sistemas, además, pueden instalarse en cualquier tipo de ambientes, tanto interiores como exteriores; son versátiles gracias a que pueden controlar grandes ángulos de visión desde una única posición de la cámara; y funcionan para disuadir a los delincuentes y abortar sus planes.
Archivado en: