Hay pocos lugares en los que los ciudadanos perciban de forma tan manifiesta la seguridad como en los aeropuertos, ya sea en la terminal de pasajeros o en la pista y su espacio aéreo.
Por un lado, en la terminal existe un tipo de ritual con el que la mayoría estamos familiarizados: coger las bandejas, colocar los ordenadores en su interior, sacar los líquidos, subir el equipaje a la cinta, quitarse el cinturón o los zapatos, cruzar el detector bajo la atenta mirada del personal de seguridad y volver a vestirnos al otro lado una vez que nuestras maletas, bolsas y nosotros mismos hemos sido inspeccionados.
Por mucho que estemos acostumbrados, medidas como las anteriores no dejan de ser ciertamente incómodas para los viajeros y costosas para el operador aeroportuario. A todos nos gustaría evitarlas si fuese posible, aunque hacerlo condicionaría nuestra seguridad. Seguro que más pronto que tarde dispondremos de nuevos sistemas que permitan agilizar este proceso, tal vez automatizarlo, mejorar la experiencia del usuario y redistribuir recursos hacia otras áreas.
¿Por qué pensamos que será así? Porque estamos inmersos en un proceso que está transformando nuestro entorno a pasos agigantados. Las nuevas tecnologías aplicadas al sector de la seguridad nos están ayudando a crear espacios protegidos mejorando aspectos clave, como la operatividad, la agilidad y la eficiencia en la gestión de recursos. Estas variables son especialmente importantes en un tipo de infraestructura por el que circulan millones de viajeros al año y cuyo cese de actividad puede tener un enorme impacto social y económico. En las próximas líneas vamos a repasar ejemplos de cómo se están configurando los aeropuertos del nuevo siglo.
Experiencia
La transformación tecnológica a la que asistimos ha modificado profundamente la experiencia del viajero. La compra del billete o el proceso de facturación son solo dos ejemplos. Este proceso de digitalización también ha llegado a la seguridad en la propia frontera. Uno de los puntales de esta revolución que estamos analizando son los puestos automatizados de gestión fronteriza, que apoyan y complementan la labor de los responsables del control de fronteras. Son sistemas que aúnan capacidades punteras y que permiten un paso mucho más ágil de viajeros en los aeropuertos mientras garantizan el uso seguro de documentos complejos, como son los actuales pasaportes y los documentos de identidad electrónicos.
España lidera la implantación de estos sistemas en sus aeropuertos y en everis estamos participando de forma notable en este proceso. En los últimos meses hemos instalado más de doscientos sistemas ABC (Automated Border Control) de última generación en los aeropuertos de Alicante, Barcelona, Mallorca y Menorca. En Mallorca, además, se han puesto en funcionamiento las líneas de ABC más extensas del país, con cuarenta puertas en cada una de ellas.
Puestos automatizados como los de everis están preparados para el paso de entre tres y siete pasajeros por minuto, dependiendo del tipo de documento que se utilice y de si el usuario tiene experiencia previa en el uso de estos sistemas. Este tipo de puertas desatendidas son fruto de un importante desarrollo tecnológico que combina herramientas biométricas (reconocimiento facial y dactilar), procesamiento inteligente de imagen, validación documental y tecnologías antifraude, entre otras. Suponen un eslabón fundamental de la seguridad de la llamada “frontera inteligente”.
La frontera es un espacio de importancia vital que presenta unas características de seguridad muy determinadas y que se encuentra en un espacio físico bien acotado. Sin embargo, fuera de ella, el aeropuerto es una vasta infraestructura con incontables accesos, comercios, oficinas, aparcamientos o almacenes y con un tráfico ingente de personas, vehículos y materiales. Esto plantea grandes retos. Entre ellos, en un entorno cada vez más complejo, ¿cómo es posible simplificar y unificar las innumerables herramientas de vigilancia, control de accesos o gestión de las distintas áreas del aeropuerto?
El desarrollo tecnológico reciente también está aportando respuestas a preguntas como la anterior. Se imponen nuevas soluciones capaces de aglutinar sistemas diversos y que faciliten la gestión conjunta y unificada de todos ellos. En esta línea destaca el importante impulso que están viviendo los PSIM (Physical Security Information Management), un campo en el que la División de Seguridad de everis trabaja activamente con proyectos ya en marcha en destacados clientes.
Los PSIM son la última evolución de las plataformas destinadas a la integración de sistemas y tecnologías de seguridad y gestión. Entre sus ventajas se encuentra, por un lado, su idoneidad para grandes infraestructuras complejas, como los aeropuertos. Además, frente a otro tipo de soluciones más estandarizadas, los proyectos basados en PSIM conceden un gran protagonismo a la personalización y a la adecuación del producto a la realidad física y operativa de la organización.
Drones
Además del control de seguridad de los pasajeros en la terminal, otro aspecto clave en el entorno aeroportuario es la propia seguridad en la navegación, ya sea en la pista o en el espacio aéreo. En este capítulo hay que apuntar que en los últimos años hemos asistido a la aparición de nuevas amenazas que tristemente suponen la otra cara del impulso tecnológico en el que estamos inmersos. Sin duda, una de las más mediáticas han sido los drones. Es un tema recurrente en los informativos: pequeños dispositivos que operan en el área de influencia de los aeropuertos, en ocasiones acercándose de forma muy peligrosa a las aeronaves que aterrizan o que despegan. ¿Qué se está haciendo para atajar esta situación?
La solución se plantea en varios frentes, como son el establecimiento de zonas restringidas al vuelo de drones o el desarrollo de sistemas antidrón. Estos últimos, que están ganando protagonismo, suelen integrar diferentes tecnologías con el objetivo de detectar y de neutralizar vehículos aéreos no tripulados. Así ocurre con el sistema que everis ofrece, que dispone de la fusión avanzada de sensores radar, radiofrecuencia, óptico y acústico, además de jammer integrado para la interceptación del dron.
Sin embargo, los drones también pueden convertirse en grandes aliados de los responsables de gestionar tanto la seguridad como el mantenimiento en aeropuertos. Correctamente utilizados se convierten en herramientas valiosas para labores de vigilancia e inspección, algo que ya es factible desde la entrada en vigor del nuevo Real Decreto (RD 1036/2017) que habilita la operación de este tipo de sistemas en espacio aéreo controlado. En este sentido, everis se está posicionando como operador de referencia para ofrecer soluciones de alto valor añadido en entornos aeroportuarios a través del uso de drones. Nuestros sistemas aéreos no tripulados, y también los terrestres, son útiles en tareas de vigilancia o de apoyo en el mantenimiento de grandes instalaciones, especialmente combinados con los últimos desarrollos en inteligencia artificial y en análisis de datos en tiempo real.
Por otro lado, sin abandonar la cuestión del control de las instalaciones, pocas áreas tienen un carácter más crítico que las pistas del aeropuerto. Sobre este punto el mercado ya ofrece avanzadas soluciones para la detección automática de objetos o de incursiones no autorizadas. Pero, ¿se puede ir un paso más allá a la vista de las nuevas tecnologías en boga? Una vez más, la respuesta es positiva. Por ejemplo, en este momento, el equipo técnico de everis Aeroespacial, Defensa y Seguridad trabaja en la integración del deep learning en este tipo de desarrollos, lo que permitirá una valoración más precisa y en tiempo real del estado de las pistas a la vez que una reducción en los costes de infraestructura.
Como conclusión, los últimos desarrollos tecnológicos ofrecen nuevas soluciones a los responsables de los aeropuertos para impulsar la operatividad de sus instalaciones, mejorar la experiencia de los viajeros y hacer una gestión más eficiente de los recursos disponibles, a la vez que contribuyen a mejorar la seguridad de la infraestructura.