En los diversos escenarios cambiantes que vivimos, en plena era de tecnología e incertidumbres de toda índole, resulta esencial dar una adecuada respuesta integral a las demandas y necesidades de la sociedad en el actual sistema de convivencia.
La evolución y globalización de la delincuencia, sumada a los riesgos tradicionales, nos obliga a la Policía Nacional a potenciar nuestras capacidades operativas, resultando ineludible la búsqueda de sinergias con el resto de los actores implicados en la seguridad para prevenir y neutralizar los diversos fenómenos y tipologías delictivas como el terrorismo, el crimen organizado, la inmigración irregular o la cibercriminalidad; así como aquellas otras actividades que pretendan alterar la seguridad pública.
La misión garantista de derechos y libertades define a la Policía Nacional, velando por la seguridad de las personas y la pacífica convivencia. El diseño de un despliegue policial proporcionado requiere la evaluación de las necesidades operativas acorde con el presente contexto delincuencial y social, precisando para ello la implementación de modelos multifactoriales que, necesariamente, han de tener siempre presentes el papel complementario, auxiliar y especialmente colaborador desempeñado por el sector privado de la seguridad. Y de forma que nos permita integrar funcionalmente sus capacidades materiales y personales en el sistema público de seguridad.
Entorno de confianza
La seguridad pública y la privada tienen como principal objetivo conseguir un entorno de confianza para las empresas, comercios y ciudadanos. Esto se logra de manera conjunta, puesto que la seguridad privada contribuye a minorar los posibles riesgos asociados a la actividad diaria mediante profesionales perfectamente cualificados con conocimientos suficientes para enfrentar las posibles amenazas que pueden darse, que saben cómo reaccionar y los protocolos de seguridad que hay que seguir. La consideración de la seguridad privada como una actividad con entidad propia, pero a la vez como parte integrante de la seguridad pública, es hoy un hecho incuestionable.
Igualmente es necesario reconocer la importancia de los servicios de investigación privada por el papel que han alcanzado en nuestra sociedad en los últimos años. Aun siendo diferentes de los demás servicios de seguridad, son un elemento más que contribuye también a garantizar la seguridad de los ciudadanos, entendida en un sentido amplio.
Relación de colaboración
El Plan Integral de Colaboración de la Policía Nacional con el Sector de la Seguridad Privada, y a cuya consecución se dirige el Plan Red Azul, se asienta en la necesidad de acometer un proceso de cambio en la relación de colaboración. El objetivo es pasar de la situación actual de aprovechamiento de los recursos de la seguridad privada por parte de la seguridad pública, a un escenario de puesta en común de recursos que implique el establecimiento de una verdadera “alianza de seguridades” entre la seguridad privada y la Policía Nacional. Esto nos permitirá afrontar retos como el avance en la igualdad de género y la protección de los grupos vulnerables, articulando mecanismos conjuntos de prevención y asistencia a las víctimas.
Finalmente, quisiera destacar el papel desempeñado en los últimos años, junto a los interlocutores policiales sanitarios, por parte de los departamentos de seguridad y los vigilantes de seguridad en los centros sanitarios y en la adopción de medidas efectivas frente a agresiones a profesionales de la salud, donde la seguridad privada y la Policía Nacional, nuevamente, han confluido con éxito en paliar esta problemática.
Cuarenta años puede ser poco tiempo a lo largo de la historia de la información periodística, y mucho menos en la historia de la humanidad; pero en la trayectoria de una revista como Seguritecnia son un triunfo de la calidad, la rigurosidad y el trabajo. Muchas felicidades a su directora y a todos sus colaboradores y colaboradoras.
