Usted rompió un hito con su nombramiento como comisaria superior de Coordinación Central de los Mossos d’Esquadra. ¿Cómo ha evolucionado la Policía de la Generalitat en cuanto a la presencia de mujeres en puestos de mayor responsabilidad?
Ya somos un 21,8 por ciento de mujeres, pero falta recorrido para estar en los puestos más estratégicos, incluso para liderar el cuerpo. Tenemos ejemplos en la Ertzaintza, en la que, por primera vez, una mujer se ha situado al frente.
La aplicación de medidas impulsadas por la Unidad de Igualdad de los Mossos d’Esquadra son necesarias para visualizar a las mujeres en todos los ámbitos, también en servicios especializados, para que así aumente ese porcentaje en todas las escalas. Esto es imprescindible para crecer y ser más eficientes.
Por último, es necesario aportar un punto de vista diferente, complementario, así como ser una policía más cercana y empática para afrontar viejos y nuevos problemas.
¿Por qué decidió entrar en los Mossos d’Esquadra? ¿Cómo fueron sus inicios en el ámbito de la seguridad y cómo ha evolucionado su carrera?
Entré en 1990, muy joven, y desarrollé mi carrera en el ámbito de la seguridad ciudadana. He pasado por todas las escalas de mando y he dirigido equipos y comisarías. Me gusta estar cerca del ciudadano, resolver sus problemas y contribuir a que un barrio o una ciudad sean más seguros.
Además, he dirigido dos regiones metropolitanas, una más rural y los servicios especializados del Cuerpo.
Me gusta decir que todos sumamos. Trabajar en equipo nos hace más eficientes. Tenemos grandes profesionales de la seguridad en todos los ámbitos, personas con mucha formación. Aunque la tecnología hace más fácil nuestro trabajo.
Por otro lado, cabe destacar que he podido ver cómo los problemas sociales han aumentado. Hemos evolucionado hacia una seguridad más global: lo que pasa en la otra punta del mundo nos repercute. Por tanto, debemos tener más análisis e inteligencia policial para afrontar nuevos retos en seguridad.
Por ejemplo, el ámbito de la ciberdelincuencia no existía, y se ha convertido en un reto importante. También problemas como la violencia de género y doméstica, que siguen al alza, así como los conflictos sociales, los cuales no tienen una única solución, sobre todo desde el punto de vista policial.
Usted forma parte del Observatorio Mujer y Seguridad junto con otras profesionales del ámbito privado. ¿Por qué es importante participar en este tipo de iniciativas?
Porque se visibiliza el papel de la mujer en la seguridad. Este sector continúa siendo una profesión masculinizada. Las mujeres nos encontramos infrarrepresentadas tanto a nivel de base como en los puestos intermedios y de dirección. Necesitamos referentes para que las jóvenes puedan identificarse y proyectar su futuro académico y profesional en el ámbito de la seguridad.
En los últimos años ha cambiado el paradigma de los modelos de seguridad y la sociedad demanda nuevos roles: humanidad, empatía, resiliencia y eficiencia. Estas nuevas exigencias hacen necesario incorporar más mujeres y la perspectiva de género en las organizaciones y políticas de seguridad.
Nos gustaría que el Observatorio sirviera para atraer más mujeres a este campo profesional e impulsar un cambio de tendencia.
Como comisaria jefa de la Región Central, ¿cuáles son los principales retos que tiene por delante el Cuerpo de los Mossos d’Esquadra?
En un territorio tan extenso donde hay grandes zonas rurales, uno de los principales retos es poder llegar a todos los lados, incluso a los micropueblos, masías, etc. Otro es evitar que se extiendan las plantaciones de marihuana outdoor por parte de grupos organizados.
Sin embargo, para llevar a cabo todo esto, la seguridad de los agentes es importante. Por ello reciben formación para estar más y mejor preparados y se colabora con otros cuerpos y servicios. La suma de esfuerzos y una buena coordinación y traspaso de información es primordial.
¿Cuáles son las líneas maestras de los Mossos, y en concreto de la Región Central, para hacer frente a las necesidades de seguridad actuales de Cataluña?
La lucha contra el crimen organizado, la marihuana, la multirreincidencia, la conflictividad social derivada de problemas económicos y/o laborales y la ciberdelincuencia. Sobre todo este último ámbito, en el que los delitos están aumentado constantemente.
¿Qué proyectos recientes de los Mossos d’Esquadara destacaría o están teniendo un mayor impacto en la mejora de la seguridad ciudadana en Cataluña?
Destacaría los dispositivos conjuntos contra la multirreincidencia, en los que diferentes cuerpos y actores implicados en la seguridad nos coordinamos, compartimos información y mostramos una imagen conjunta.
También mencionaría el modelo de proximidad de los Mossos d’Esquadra, que es muy valorado por el ciudadano. Tener una policía cercana aumenta la percepción de seguridad.
Además, la prevención se consigue visibilizando el trabajo conjunto y comunicando lo que hacemos. De esta manera implicamos también al ciudadano en este modelo preventivo. Todos somos seguridad.
Los Mossos d’Esquadra tienen competencias en materia de seguridad privada. Desde su experiencia tanto operativa como de gestión en el Cuerpo, ¿cómo cree que debe ser el enfoque de la relación entre la seguridad pública y la privada?
Es imprescindible trabajar codo con codo. En este momento de complejidad social necesitamos sumar esfuerzos. La participación de todos los efectivos es necesaria, por lo que en mi trayectoria profesional siempre he contado con la seguridad privada.
No en vano, la información que dispone por estar cerca del ciudadano nos ayuda a resolver problemas. Debemos aprovechar sus medios y recursos materiales, continuar trabajando conjuntamente y avanzar hacia una mayor integración de todos los que nos dedicamos a la seguridad.
Yo así lo practico desde mi responsabilidad, integrando a los diferentes equipos en sesiones formativas e informativas, compartiendo y siendo más y mejores para afrontar el gran reto de la seguridad.