Fernando Andrade Sánchez.
Fernando Andrade Sánchez Socio del Capítulo Español ASIS Internacional

Evolución del gestor de seguridad

Hacia el concepto de ‘Facility Management’

Facility Management.

Para poder determinar si el gestor de seguridad podría adquirir las capacidades necesarias que le permitiesen desarrollar el concepto de Facility Management, primero hay que explicar cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo la gestión de servicios y activos hasta llegar esa figura.

En este sentido, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de conservar los espacios y herramientas que utilizaba en sus orígenes –ya fuese por motivos de protección, de trabajo, etc.–, dado que de esa manera incrementaba la vida útil tanto de dichos espacios como de sus enseres. Esto ha llegado a convertirse en una autentica exigencia en nuestros días.

Amparado por la evolución de esta necesidad intrínsecamente ligada al desarrollo empresarial, surgen diferentes figuras a lo largo del tiempo, como la del gestor de servicios generales y sus departamentos, cuyas responsabilidades y contenidos apenas se diferenciaban con el actual concepto de Facility Management. Sin embargo, existía un gran abismo que les separaba debido a la falta de proyección de esta figura, lo que implicaba que su nivel de interlocución con las organizaciones fuera prácticamente inexistente; eran considerados como un gasto necesario que debía ser recortado.

Fue así hasta nuestros días, como se produce un gran salto cualitativo y surge el concepto de Facility Management, diferenciándose de sus antecesores gracias a la capacidad de proyectar la estrategia necesaria para soportar la actividad principal de cualquier organización, entendiendo y valorando cómo impactan los servicios y activos bajo su responsabilidad en el negocio.

No obstante hay que tener en cuenta que, aunque inicialmente el Facility Management se centraba casi exclusivamente en la gestión del mantenimiento de instalaciones y equipos, la necesidad de mejorar el control sobre los activos y espacios ha motivado que se haya convertido en una disciplina que engloba multitud de áreas. El objetivo de ello es asegurar y gestionar el mejor funcionamiento de los inmuebles y sus servicios asociados mediante la integración de personas, procesos y tecnologías específicas de cada edificio.

Infraestructura y servicios

En consecuencia, la tendencia actual lleva el concepto del Facility Management más allá del mantenimiento específico del edificio, alcanzando lo que recibe el nombre de “gestión de infraestructuras”. Según este concepto no solo se gestiona el inmueble, sino todo aquello que está dentro de él, incluso las infraestructuras que no forman parte del mismo (como parques, carreteras, áreas abiertas y un gran número de espacios).

Pero si seguimos profundizando, veremos que, ligado al concepto de infraestructura, se encuentra el concepto de “servicios”. Aquí debe tenerse en cuenta, en primer lugar, aquellos servicios que nacen de la necesidad propia del activo y su estado (el objetivo es asegurar que cada activo se encuentre en su mejor estado con el fin de que el mismo pueda estar en funcionamiento y disponible en condiciones óptimas durante el mayor tiempo posible) y, en segundo lugar, los vinculados a los usuarios (basados en las necesidades que pueden tener los usuarios que usan una infraestructura).

Es en este último punto donde se evidencia el cambio de planteamiento, ya que se ha pasado de considerar el activo como eje principal de todos los servicios a contemplarlo como centro de atención al usuario.

Esta relación de usuario y servicio es lo que se denomina “servicios de usuario”. El impulsor del mismo no es la propia infraestructura, sino la persona que los utiliza, por lo que en la actualidad el objetivo es preocuparse tanto de la gestión de las infraestructuras como de los servicios que se pueden o deben prestar en ellas (control de accesos, gestión de plazas de parking, reserva de salas, restauración, jardinería, etc.).

En definitiva, la finalidad actual y primordial del Facility Management es contar con unos activos que ofrezcan un servicio adecuado, seguro y satisfactorio para los usuarios de los mismos, y no tan solo asegurar un buen funcionamiento del activo.

Interlocutor único

Por este motivo, una vez aclarado lo que representa el concepto de Facility Management, debemos ser conscientes de que la situación actual del mercado y el complejo mundo empresarial requieren encontrar un modelo de gestión que posibilite la unificación de servicios a través de un interlocutor único. Este debe ser capaz de entender el negocio y valorar cómo impactan sobre él los servicios y activos, puesto que día a día las organizaciones intentan optimizar costes y recursos buscando alternativas en la externalización y la unificación de servicios para la propia supervivencia del negocio.

En este sentido, la pregunta a formular sería: ¿podría el gestor de seguridad evolucionar hacia el concepto de gestión que ofrece el Facility Management a las organizaciones? Para responder a esta cuestión, hay que tener en cuenta diferentes factores que por sí solos irán dando forma a esta respuesta.

Gestor de seguridad.

Como punto de partida hay que indicar que, al igual que un Facility Manager, el gestor de seguridad puede estar presente en cualquier tipo de organización, ya sean hospitales, hoteles, instituciones, administraciones públicas, etc. Por lo tanto, el objetivo fundamental está prácticamente garantizado, pero con alguna ventaja añadida frente a la figura del Facility Manager. Y es que, a diferencia de este, el gestor de seguridad ya forma parte del entorno corporativo y cuenta con la confianza del mismo, por lo que no se partiría de cero y las organizaciones no tendría que ir a buscar la gestión de sus activos y servicios fuera de su estructura.

Hay que tener en cuenta que, del mismo modo que el Facility Manager, el gestor de seguridad también tiene la capacidad de gestionar correctamente una parte importante de los servicios que afectan directamente a los inmuebles y sus activos, garantizando la optimización de los recursos y favoreciendo que la organización pueda centrarse en el negocio principal.

Pero no hay que olvidar la capacidad de gestión y de proyectar la visión estratégica es donde está el punto clave para que el gestor de seguridad pueda ampliar su espectro de responsabilidades dentro de su organización. Por lo que tendría que saber rodearse de proveedores de servicios que entiendan el lenguaje estratégico y sepan mantener el nivel del servicio idóneo.

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