Posiblemente te haya pasado que vas a hacer un viaje corto, de un fin de semana o de cuatro días, por lo que no te planteas facturar equipaje: crees que con tu maleta de mano va a ser más que suficiente. Te llevas alegremente los productos esenciales de uso personal, como tu champú especial, tu espuma de afeitar, tu colonia favorita o incluso una botella de agua para hidratarte, sin ningún tipo de preocupación.
Llegas al aeropuerto y, por supuesto, debes pasar por el control de seguridad y su personal te pide que saques el portátil o tablet (si tienes), que te quites el cinturón y que saques los líquidos que llevas en el equipaje. El agente ve en tu maleta líquidos en botellas que superan los 100 mililitros y te pide que los tires o no podrás acceder a la zona de embarque del aeropuerto.
Esta situación probablemente se le ha presentado hasta al viajero más frecuente y no se trata de algo que los aeropuertos y aerolíneas hagan por gusto o capricho, todo tiene un por qué. En este caso, se trata de que se pueden fabricar bombas líquidas que pueden servir para atentados terroristas.
Operación Overt
Todo empezó en 2006 con la Operación Overt, que fue organizada entre el MI5 (servicio de inteligencia del Reino Unido) y la Policía de Londres para rastrear a personas que quisiesen cometer actos terroristas con el uso de bombas líquidas.
Esta operación consiguió localizar a Abdulla Ahmed Ali, un ciudadano británico musulmán al que se le seguía la pista como sospechoso de tener lazos con organizaciones insurgentes. En uno de sus viajes de vuelta al Reino Unido, se le revisó su equipaje y los agentes dieron con botellas que contenían líquido explosivo y, para introducirlo, abría un agujero a los envases y así parecía que no se habían abierto. Esto con intención de causar atentados terroristas en siete aviones con trayecto de Londres a Norteamérica.
Esta operación halló que el sujeto tenía un laboratorio dentro de su piso para elaborar estos explosivos. Entre sus contactos destaparon a otros potenciales activistas terroristas, a los que posteriormente detuvieron.
Para evitar futuros altercados y ataques, los gobiernos occidentales optaron en 2006 por prohibir transportar grandes cantidades de líquidos en el equipaje de mano. Las botellas de menos de 100 mililitros no se consideran peligrosas, ya que estos explosivos no se pueden envasar en recipientes de menor tamaño.
Recomendaciones para que tus líquidos pasen el control del aeropuerto
Por lo tanto, para evitar que te quiten tus preciados productos líquidos en un control de aeropuerto, los envases deberán tener una capacidad máxima de 100 mililitros. Por te recomendamos no tirar las botellas con menos de esa capacidad para poder rellenarlas si viajas frecuentemente. Otra posibilidad es comprar recipientes especiales para viajar, que puedes adquirir en casi cualquier bazar.
Sin embargo, si quieres llevar agua en tu vuelo y no quieres pagar por los precios desorbitados de los aeropuertos, siempre puedes llevar una botella vacía y rellenarla en la zona de embarque, siempre que el agua de grifo del lugar en donde estés sea potable.
Además, no está mal recordar que si por motivos de salud necesitas ingresar un liquido que supere esas cantidades, ya sea porque es un medicamento o porque forma parte de una dieta especial, puedes hacerlo siempre y cuando presentes la receta del medicamento o una justificación médica.
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