El Día Internacional de Prevención del Extremismo Violento que incita el Terrorismo se celebra cada 12 de febrero. Los objetivos son concienciar sobre las amenazas vinculadas al extremismo violento que propicia el terrorismo y mejorar la cooperación internacional a este respecto.
El extremismo violento atenta contra los derechos humanos
El extremismo violento es una afrenta contra los principios y los propósitos que defiende la ONU. Socava la paz mundial, la seguridad internacional, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. En los últimos años hemos podido observar como el extremismo violento y el terrorismo agravan la polarización política y la desigualdad en varias regiones y países, potenciando la aparición de nuevos conflictos y poniendo en riesgo la estabilidad de la democracia. Además, en medio de estas confrontaciones, destaca la situación de las mujeres de todas las edades y niños, con frecuencia víctimas del extremismo y de los actos terroristas a través de la violencia sexual y la esclavitud.
¿Qué es el extremismo violento?
El extremismo violento hace referencia a la implantación radical de creencias, ideologías y acciones de personas que utilizan la violencia como medio para imponer sus ideas radicales, ya sean de origen ideológico, político o religioso. De este modo expone a las sociedades al odio, la exclusión, la división, la intolerancia y el miedo.
Esta violencia extrema no tiene una definición concisa o clara, no es nueva ni exclusiva de ninguna región, nacionalidad o sistema creencias, pero lo que sí es cierto es que su propagación está agravando la crisis humanitaria que sufren muchas regiones del mundo. Esta situación ha provocado que millones de personas hayan abandonado los territorios controlados por los terroristas y extremistas, aumentando las corrientes migratorias.
Plan de acción
El 15 de enero de 2016, Ban Ki-moon, el Secretario General de las Naciones Unidas, presentó el Plan de Acción para Prevenir el Extremismo Violento a la Asamblea General. Este Plan de Acción reclama un enfoque amplio que comprenda medidas preventivas sistemáticas que aborden las razones que incitan a las personas a radicalizarse y unirse a los grupos extremistas violentos, además de las medidas esenciales para combatir el terrorismo.
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