Tras dar la bienvenida a los asistentes, Ana Borredá, presidenta de la Fundación Borredá y directora de Seguritecnia, concedió la palabra a María José Rallo. Durante su alocución, la secretaria general de Transporte manifestó que la seguridad, en sus modalidades safety y security, es una prioridad para el Ministerio de Fomento. Y en lo relativo a la seguridad aeroportuaria, afirmó que garantizarla es un trabajo de todos. “La colaboración con los organismos internacionales, los gestores aeroportuarios, los operadores aéreos, las empresas que desarrollan soluciones tecnológicas, el sector de la Seguridad Privada, etc., es esencial”, observó. “Además, en el Ministerio de Fomento somos afortunados al contar con el trabajo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y la firme cooperación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los servicios de inteligencia y el resto de órganos directivos representados en el Comité Nacional de Seguridad de la Aviación Civil”, destacó.
A continuación, Isabel Maestre, directora de AESA, hizo hincapié en que la seguridad de la aviación civil se enfrenta a nuevos retos. “Por ello, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) aprobó el Plan Global para la Seguridad Operacional de la Aviación en 2017. Y para nosotros, el mismo supuso una gran satisfacción al comprobar que la estrategia de la OACI coincidía con la que habíamos desarrollado en España. Una política basada en el análisis de riesgos, la mejora del factor humano, la tecnología, la potenciación de la inspección y los avances en colaboración”, explicó.
Finalmente, Maestre aprovechó para presentar públicamente a David Nieto, quien, en su condición de nuevo director de Seguridad de la Aviación Civil y Protección del Usuario de AESA, declaró que los profesionales de la seguridad aeroportuaria afrontan un gran reto en todos los ámbitos –gestión de riesgos, tecnología, inversiones, etc.–. Y en sintonía con María José Rallo, animó a reforzar la cooperación entre agentes públicos y privados.
Directrices OACI
Seguidamente, Mario Rodríguez, jefe de la División de Seguridad de la Aviación Civil de AESA, se ocupó de las cinco directrices que marca el Plan Global para la Seguridad Operacional de la Aviación de la OACI y que, tal y como avanzó Isabel Maestre, ya habían sido consideradas en nuestro país antes de su publicación.
En el caso de las inspecciones, señaló que desde 2014 se han incrementado. “Lejos de ceñirnos a las realizadas en España, también las llevamos a cabo en otros países, lo cual nos otorga un valor añadido”, precisó. En cuanto a la mejora del factor humano, hizo alusión a la última versión del Programa Nacional de Formación y, entre otras iniciativas, también al nuevo proyecto de certificación de vigilantes de seguridad impulsado desde AESA.
Por lo que respecta a la tecnología y la innovación, indicó que la agencia estatal está comprometida con el desarrollo de estudios y la implementación de nuevas soluciones –aunque esta última labor corresponde a actores como los gestores aeroportuarios y las empresas, detalló–, mientras que en lo referente a los análisis de riesgos advirtió que la apuesta de AESA por ellos es constante. Por último, calificó como muy importante la cooperación entre las distintas administraciones nacionales y la practicada con organismos internacionales.
Nueva certificación
Al hilo de la intervención de Mario Rodríguez, María del Pilar Díez, responsable del Servicio de Formación en Seguridad de AESA, basó su ponencia en el proyecto de certificación de vigilantes de seguridad privada en el entorno aeroportuario. Según esclareció, se trata de un nuevo escenario en el que, si bien la formación y la actualización de los vigilantes continuará estando en manos de los instructores AVSEC, la agencia estatal se ocupará de certificar y de recertificar.
“El sistema ha tenido un recorrido y ahora, como evolución natural, creemos que la propia AESA debe ser la encargada de realizar los exámenes. El objetivo es estandarizar las pruebas, garantizar unos conocimientos mínimos y mejorar la seguridad y la calidad del sistema”, aclaró Díez.
Sobre qué vigilantes deberán certificarse, especificó que tendrán que ser aquellos que realicen las funciones de inspección de personas, equipajes, carga, correo, provisiones de a bordo, etc., así como de control de accesos, vigilancia y patrullaje. Y anunció que a finales del presente mes de noviembre se llevará a cabo una prueba piloto de certificación. “En el supuesto de registrar alguno, intentaremos subsanar los problemas que se presenten en diciembre para que el nuevo sistema de certificación esté disponible en todos los aeropuertos en enero de 2019”, confió.
PNR y privacidad
Una vez expuesto el proyecto de certificación de vigilantes de seguridad privada de AESA, Antonio Álvarez, del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior, dio a conocer el Registro de Nombre de Pasajeros (PNR, por sus siglas en inglés), un sistema de recopilación de información de viajeros impulsado por Estados Unidos tras el 11-S.
Sin embargo, comentó, “el PNR no pudo desarrollarse en Europa hasta la aprobación de la Directiva (UE) 2016/681, relativa a su utilización para la prevención, detección, investigación y enjuiciamiento de los delitos de terrorismo y de la delincuencia grave”. Una disposición normativa, prosiguió, que tardó en ver la luz debido al celo de las instituciones y los organismos de la Unión Europea (UE) en todo lo relativo a la protección de los datos de carácter personal y que ahora, tras garantizarse esta última, se encuentra en fase de transposición a la legislación española.
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