La institución culmina un proyecto pionero de prevención y protección de obras de arte

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza: preparado para salvar sus obras ante cualquier emergencia

Un incendio, una inundación, un atentado terrorista. Una sola catástrofe podría acabar en pocas horas con siglos de historia manifestada en arte. Un patrimonio material que no se recupera jamás si se destruye, que no podrán disfrutar nuevas generaciones. De ahí la importancia del Plan de Protección, Conservación y Catalogación ante Emergencias que ha llevado a cabo el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y que le sitúa como pionero en una medida que permitirá una reacción ágil y coordinada para salvaguardar su obras en los peores escenarios de amenaza.

Seguridad en museos.

Foto: Hélène Desplechin.

Enrique González Herrero

Las obras de artistas eternos como Caravaggio, Gauguin, Degas, Van Gogh, Dalí y tantos otros que atesora el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza pueden descansar tranquilas. La pinacoteca ha invertido desde sus inicios, hace dos décadas y media, en un amplio abanico de medidas de seguridad, pero acaba de culminar un proyecto que mejora la salvaguarda de sus pinturas y esculturas en casos de emergencia. A las cámaras de videovigilancia, protección contra incendios, controles de acceso y demás tecnologías con las que ya contaba, se acaba de sumar un protocolo diseñado para prevenir y evacuar todo su patrimonio artístico ante cualquier acontecimiento que lo ponga en peligro.

El auge del terrorismo, unido a otras amenazas tradicionales, motivaron hace tres años la puesta en marcha de una serie de cambios para reforzar la seguridad de la institución. En la base de esta iniciativa se encontraba la aprobación por parte del Ministerio de Cultura, en 2015, del Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural, cuyo objetivo es organizar acciones preventivas para proteger los bienes culturales frente a amenazas de cualquier naturaleza. Pero como la seguridad plena no existe, este plan ha requerido también el establecimiento de unas pautas que permitan minimizar los daños en caso de no poder evitar la catástrofe.

Para elaborarlo, el Museo Thyssen ha trabajado de la mano de instituciones, cuerpos de seguridad y equipos de emergencia. El primer paso fue establecer contactos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como con los servicios de emergencias, como el SAMUR y Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. De estos últimos partió la idea y la necesidad de establecer un Pre-plan de Intervención de Bomberos, que conformó los pilares sobre los que se asienta el proyecto del plan de salvaguarda del museo.

Inventario de obras

Sobre esas líneas ha trabajado el Museo Thyssen, dando como resultado su Plan de Protección, Conservación y Catalogación ante Emergencias. Un documento cuya medida más destacada es la elaboración de un inventario de obras de arte compuesto por fichas técnicas que sirven para orientar al personal del museo y a los bomberos que actuarían en caso de emergencia. “Hemos hecho una ficha por cada obra y las agrupamos en carpetas por cada sala que tenemos en el museo”, explica Miguel Ángel Molina, director de Seguridad de la institución. El resultado es cerca de una centena de carpetas que recogen entre todas las más de 2.000 piezas expuestas o en almacén que custodia la pinacoteca.

Lo importante de estas fichas es que contienen información sobre la ubicación de la obra dentro del museo, el nivel de dificultad de evacuación, sus dimensiones, la cantidad de personas necesarias para moverla, un código QR que indica su registro, etc. “Pero la clave de este plan es que establece el nivel de prioridad de evacuación de las obras; indica cuáles son las más importantes. Tenemos tres niveles de evacuación: rojo, amarillo y verde”, destaca Molina, quien recalca: “a las obras prestadas por otras instituciones le damos siempre, por definición, el nivel rojo, que es el prioritario”.

Estas fichas se entregarían a los cuerpos de bomberos si se produjera una hipotética intervención, que trabajarían con el apoyo del personal del propio Museo Thyssen para rescatar el patrimonio y trasladarlo a otras instalaciones cercanas y así ponerlo a salvo.

Durante la planificación y desarrollo del plan surgió también la oportunidad de crear un Puesto de Mando Principal desde el que gestionar las emergencias. Se trata de una sala contigua al centro de control del museo equipada con las comunicaciones necesarias para poder dirigir la operación de rescate de las piezas. En este puesto, tienen asiento asignado tanto el director gerente y el director artístico del museo, como los jefes de las áreas de Seguridad, Registro, Restauración, Pintura Antigua, Pintura Moderna, Mantenimiento, Comunicación, Servicios Generales y cuerpos de emergencia y seguridad. “Es decir, las personas que saben cómo tratar el transporte de las obras de arte”, apostilla Molina.

El responsable de Seguridad asegura que otro de los aspectos que han contribuido a mejorar la protección tanto de las personas como de la colección del Museo Thyssen es “la posibilidad de optar a la certificación de Gestión de Emergencias ISO 22320”. “Eso nos obliga a hacer unos simulacros mediante los cuales evaluar la evacuación de las personas, pero también de las obras. De esta manera integramos, además, las necesidades de las personas con discapacidad que visitan el museo”, añade.

Seguridad en museos.
Miguel Ángel Molina en el centro de control del museo.

Colaboración institucional

El plan desarrollado por el Museo Thyssen marca el camino que seguirán probablemente otroscentros museísticos del resto de España, cada uno con su propia metodología. De ahí que este protocolo exija una constante colaboración entre instituciones, organismos, equipos de emergencia y cuerpos de seguridad. De otro modo, la iniciativa no podría tener éxito. Por eso también el Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural establece mecanismos de cooperación y participación a escala nacional, autonómica y local. Medidas consideradas por el propio documento como “fundamentales” para la eficacia operativa.

“Es importante que estas iniciativas tengan su reflejo en la sociedad y otras instituciones museísticas”, menciona Molina, que añade: “vamos a establecer relaciones con diferentes instituciones de la zona para que, en caso de tener que evacuar por una emergencia, podamos contar con depósitos temporales de obras y saber qué disponibilidad tenemos para ello”. En definitiva, aspira a establecer una “colaboración recíproca” entre entidades para favorecer la respuesta si surge la necesidad.

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza forma parte también de la Mesa Técnica de Planes de Salvaguarda, organizada por la Dirección General de Bellas Artes. En ella están representados el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno, Bomberos, SAMUR, Protección Civil, Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local de Madrid y la Unidad Militar de Emergencias. La respuesta conjunta y coordinada de todas estas instituciones es otro de los pilares del proyecto. Será imprescindible pues, sin duda, la acción conjunta es imprescindible para garantizar el éxito.

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