IV Jornadas de Seguridad en Museos y Centros Histórico-Culturales

La seguridad, una necesidad permanente

El pasado 28 de octubre, el salón de actos del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza acogió las IV Jornadas de Seguridad en Museos y Centros Histórico-Culturales. Un evento organizado por Seguritecnia, en colaboración con la Fundación Borredá, Protecturi, la Fundación Fuego y Bomberos de Madrid, en el que quedó de manifiesto la importancia que tiene la seguridad en dichos espacios. Una protección, en sus distintos conceptos, que los responsables de la pinacoteca consideraron una necesidad permanente.

IV Jornadas de Seguridad en Museos y Centros Histórico-Culturales.
Por Bernardo Valadés y Juanjo S. Arenas

En calidad de anfitrión, el encargado de dar la bienvenida a los asistentes fue Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, quien afirmó que la seguridad en un espacio cultural como el ubicado en el madrileño paseo del Prado es “fundamental, esencial, básica; una de las piezas claves en nuestro día a día y, como no podía ser de otra manera, una prioridad”, precisó.

Y de cara a ejemplificar la importancia que adquiere la seguridad en el Thyssen-Bornemisza, reveló que se trata del único museo público de España que cuenta con un centro de control totalmente digitalizado. “Además, en los últimos años hemos llevado a cabo actuaciones como la renovación de todos los sistemas y equipos contra incendios o la implementación de nuevas tecnologías en los controles de accesos. La seguridad es una necesidad permanente”, observó.

Tras señalar que leyes como la de Seguridad Privada de 2014 o la del Sistema Nacional de Protección Civil de 2015 también han influido en la puesta al día del museo en materia de seguridad, se mostró orgulloso de dos iniciativas llevadas a cabo en la pinacoteca: el Plan de Salvaguarda de Obras de Arte y el Plan de Protección de Colecciones ante Emergencias, ambos tratados a través de sendas ponencias durante la jornada.

Futuro Reglamento

Concluido el discurso inaugural, Ana Borredá, directora de Seguritecnia, dio paso a Manuel Yanguas, comisario jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada (UCSP) de la Policía Nacional, quien se ocupó de las novedades contempladas en el borrador del Reglamento de Seguridad Privada en lo relativo a la protección y el transporte de obras de arte.

Entre ellas, destacó los servicios de seguridad privada prestados en el exterior de los inmuebles culturales, que, en función de la ubicación –espacios públicos o recintos delimitados–, “requerirán bien de una comunicación, bien de una autorización”. Asimismo, indicó, el borrador hace referencia a los sujetos obligados que tendrán que adoptar medidas de seguridad “siempre que sus bienes artísticos excedan el valor especificado en el Reglamento o, en el caso de los museos, formen parte del patrimonio histórico-artístico”, aclaró.

El nuevo Reglamento de Seguridad Privada introducirá novedades en lo relativo a la protección y el transporte de obras de arte

En cuanto al transporte de obras de arte, avanzó que “podrá ser realizado por empresas de seguridad privada o por otras que no lo sean” –en este supuesto, la protección correría a cargo de las primeras– y que será escoltado por la seguridad pública siempre que así lo solicite el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Finalmente, Yanguas explicó que los depósitos de obras de arte cuyo valor alcance los 25 millones de euros, o que se consideren unos antecedentes y circunstancias especiales relacionados con ellas, habrán de contar con la custodia de vigilantes y una serie de medidas de seguridad establecidas.

El nuevo Reglamento de Seguridad Privada introducirá novedades en lo relativo a la protección y el transporte de obras de arte.

Crisis económica

A la espera de un Reglamento de Seguridad Privada aún por aprobar, José Manuel García, vocal de la junta directiva de Protecturi, echó la vista atrás para mostrar cómo la crisis económica ha impactado en los recursos y presupuestos del Estado dedicados al patrimonio histórico.

En este sentido, y centrándose en las destinadas a su protección, expuso que las partidas de la Administración han descendido notablemente, pasando de los 14.517 millones de euros en 2008 a los 4.249 millones en 2015. “Afortunadamente, la tendencia es alcista y en 2018 el presupuesto ha sido de 8.344 millones”, puntualizó. Un repunte, detalló, que también se ha visto reflejado en la conservación, cuyos fondos llegaron a descender un 58 por ciento en la última década.

Fruto de la crisis, el ponente se lamentó de la desaparición de algunas cajas de ahorros, “cuya labor de mecenazgo será difícil de igualar”, juzgó. Al respecto, señaló que en 2008 se destinaron 718 millones de euros de obra social a la cultura y el patrimonio histórico, mientras que en 2017 la partida fue de solo 141 millones.

De cara a los próximos años, desde Protecturi prevén un panorama con un notable incremento del turismo cultural en España, por lo que consideran necesario destinar más recursos a la protección tanto de los museos como de las ciudades Patrimonio de la Humanidad.

Caso práctico

Seguidamente, Álvaro Macías, oficial jefe de la Unidad NRBQ de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, basó su ponencia en el desarrollo de protocolos NRBQ en museos y espacios de pública concurrencia. Concretamente, después de realizar una introducción sobre los medios y actuaciones del cuerpo orientados a la defensa nuclear, radiológica, biológica y química, se centró en el caso práctico llevado a cabo en el Thyssen-Bornemisza.

“Trabajando con el equipo de seguridad del museo, nos planteamos si existía la posibilidad de que se produjera un incidente que estuviera relacionado con la recepción de un paquete de mensajería con un fin malintencionado. De ser así, podría producirse una alarma que obligaría a desalojar una parte importante del inmueble, provocando inquietud, daño reputacional y pérdidas económicas”, razonó.

Y en base a dicho fundamento se determinó un punto para la recepción y el control de todos los paquetes de mensajería, se formó al personal de seguridad y se instalaron dispositivos de detección con el objetivo de prevenir posibles riesgos. “Los recientes casos de envíos de paquetes sospechosos en Estados Unidos ponen de manifiesto que el peligro existe y que es necesario actuar de manera conjunta y coordinada”, resaltó.

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