En la era de la interconexión y la digitalización ya es una realidad que los sistemas de seguridad física se han vuelto cada vez más sofisticados. Elementos como cámaras de seguridad, centrales de intrusión o sistemas de control de acceso se conectan habitualmente a las redes informáticas para obtener los beneficios que ofrecen las tecnologías de la información (TI). Si bien esta evolución ha mejorado la eficiencia y la efectividad de los sistemas de seguridad, también ha expuesto a las organizaciones a nuevos problemas: los ciberriesgos.
Los ciberriesgos se refieren a las amenazas y vulnerabilidades asociadas con la seguridad de la información y la tecnología digital. En el contexto de los sistemas de seguridad física, los ciberriesgos pueden tener consecuencias devastadoras. Imaginemos un escenario en el que un hacker malintencionado accede al sistema de seguridad de una empresa y desactiva todas las alarmas, abre las puertas de seguridad y borra las grabaciones de las cámaras. Esto podría facilitar el robo de activos valiosos o incluso poner en peligro la seguridad física de las personas.
Para evitar estas situaciones, es fundamental realizar un análisis exhaustivo de los ciberriesgos en los sistemas de seguridad física. Idealmente, el análisis de riesgos cíber debería realizarse tras la definición de los subsistemas de seguridad electrónica para que las medidas de ciberseguridad de la organización los incluyeran y fueran homogéneas. La realidad, en cambio, es que habitualmente la implantación de la ciberseguridad y de la seguridad física se desarrollan en paralelo y no se aplican a los sistemas de seguridad electrónicos.
Fases de elaboración
A la hora de evaluar estos nuevos riesgos, los activos a proteger serán los que conforman los subsistemas de seguridad electrónica y las vulnerabilidades, amenazas y riesgos IT a los que estén expuestos.
Por su parte, para medir el impacto será necesario tener muy presente las dependencias entre los activos de los sistemas de seguridad y los activos a proteger.
En la Guía de buenas prácticas de ciberseguridad en proyectos de seguridad física-AEINSE 10/21 se propone complementar las fases de elaboración de la parte de seguridad electrónica de un plan de seguridad integral en la forma que puede observarse en el gráfico 1.
Este análisis implica evaluar las vulnerabilidades y amenazas potenciales para después implementar medidas adecuadas para mitigar los riesgos. A continuación, se presentan algunos aspectos clave a considerar durante este proceso:
- Evaluación de vulnerabilidades. El primer paso es identificar las posibles vulnerabilidades en el sistema de seguridad física. Esto implica examinar todos los activos conectados a la red informática del sistema, como las cámaras IP, los dispositivos de control de acceso y los sistemas de gestión centralizada. Se deben considerar factores como la seguridad de las contraseñas, las actualizaciones de software, la configuración de red y las políticas de acceso. También es importante evaluar la integridad de los dispositivos físicos, como las cerraduras electrónicas y los sensores, para garantizar que no sean vulnerables a manipulaciones externas.
- Análisis de amenazas. Una vez identificadas las vulnerabilidades, es necesario analizar las posibles amenazas que podrían explotar esas vulnerabilidades. Esto puede incluir ataques cibernéticos dirigidos, como el phishing o el malware, además de ataques físicos como la manipulación de dispositivos o el robo de información confidencial. Aquí es esencial comprender las motivaciones y capacidades de los posibles atacantes, ya que esto ayuda a priorizar los riesgos y a adaptar las medidas de seguridad en consecuencia.
- Protección de datos. Los sistemas de seguridad física generan y manejan grandes cantidades de datos, como grabaciones de vídeo y registros de eventos. Estos datos son valiosos tanto para las operaciones de seguridad como para posibles atacantes. Por lo tanto, es crucial implementar medidas de protección de datos adecuadas, como la encriptación de datos en tránsito y en reposo, el control de acceso a los registros y la monitorización de actividad sospechosa. Además, debe garantizarse la integridad y disponibilidad de los datos, ya que cualquier alteración o pérdida podría comprometer la efectividad del sistema.
- Actualizaciones y parches. Mantener todos los componentes del sistema de seguridad física actualizados es esencial para mitigar los ciberriesgos. Los fabricantes de dispositivos y software lanzan a menudo actualizaciones y parches de seguridad para abordar nuevas vulnerabilidades. Es fundamental establecer un proceso de gestión de parches y actualizaciones que garantice la instalación oportuna de estas actualizaciones en todos los dispositivos del sistema. Esto incluye tanto los componentes digitales como los físicos, ya que estos últimos también pueden requerir actualizaciones de firmware para corregir vulnerabilidades conocidas.
- Concienciación y capacitación del personal. Los empleados desempeñan un papel fundamental en la seguridad de los sistemas de seguridad física. Es importante proporcionar una formación adecuada sobre ciberseguridad y concienciar a los trabajadores sobre las mejores prácticas, como el uso de contraseñas seguras, la detección de correos electrónicos de phishing y la protección de la información confidencial. Además, deben establecerse políticas claras de uso aceptable y restringir el acceso a los sistemas únicamente a aquellos empleados que realmente lo necesiten.
El análisis de ciberriesgos en un sistema de seguridad física es esencial para proteger tanto los activos físicos como la integridad de los datos digitales. La evolución hacia sistemas de seguridad más sofisticados ha ampliado el alcance de las amenazas, pero también ofrece oportunidades para fortalecer las defensas. Al evaluar las vulnerabilidades, analizar las amenazas, proteger los datos, mantener las actualizaciones y capacitar al personal, las organizaciones pueden minimizar los riesgos y garantizar la efectividad de sus sistemas de seguridad física en un mundo cada vez más digitalizado.