El número de ingresados, de pacientes en las UCI e incluso de fallecidos debido al coronavirus está descendiendo poco a poco en nuestro país. Y en ello ha tenido que ver, en parte, el gran hospital de campaña montado en Feria de Madrid. Unas instalaciones que han podido llegar a albergar hasta 5.500 puestos de hospitalización, incluidos puestos convencionales y de UCI. Este hospital, convertido en el más grande de España, ha contado con 1.300 camas para hacer frente al COVID-19.
El macrocentro sanitario de emergencia se puso en funcionamiento en tiempo récord: en apenas 18 horas recibió a los primeros pacientes. Una ardua tarea en la que estuvo inmiscuida la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército de Tierra. En concreto, Defensa trabajó, entre otros menesteres, en la instalación de WC químicos, contenedores de duchas y camas articuladas para las UCI.
Aunque eso no fue todo. Las Fuerzas Armadas, gracias a numerosos ingenieros, ofrecieron apoyo técnico sanitario y asesoramiento para montar este centro hospitalario. También colaboraron en el traslado de camas y de material. Técnicos del Mando de Ingenieros del Regimiento de Especialidades de Ingenieros del Ejército de Tierra de Salamanca (especializados en electricidad y en aguadas) supervisaron las instalaciones.
Y en cuanto al apartado médico, una teniente coronel de Sanidad perteneciente al Cuartel General de la Brigada de Sanidad, en Madrid, se desplazó al lugar. Incluso se sumó un comandante especialista en Logística de la Agrupación de Sanidad 1 de Madrid, especialista en montajes de formaciones sanitarias desplegables.
85.000 metros cuadrados
Los cerca de 35.000 metros cuadrados de los pabellones 7 y 9 de Ifema fueron el eje principal de este hospital improvisado, aunque también se utilizó el pabellón 5. Además, las autoridades tuvieron a su disposición los pabellones 1 y 3. En total, cerca de 85.000 metros cuadrados para luchar contra la pandemia.
Sin embargo, debido al descenso del número de pacientes, la Comunidad de Madrid cerró el pabellón 7 el 17 de abril. Incluso la clausura total de este hospital se produjo el 1 de mayo. Aunque se han mantenido las instalaciones subterráneas instaladas bajo los pabellones 7 y 9 por si hay un rebrote de la enfermedad.
Entre las camas había una separación mínima de tres metros. Los pabellones 7 y 9 se organizaron en módulos idénticos. Así, cada uno tuvo capacidad para 50 pacientes y dispuso de almacenes para material fungible, farmacia, etc.
Los pacientes, en su gran mayoría, procedían de distintos hospitales de la Comunidad de Madrid. Aunque se trataban de enfermos cuyo estado no habría tendido complicarse.
Cada enfermo que llegaba al hospital era clasificado según su triaje. Posteriormente, pasaba a un control de enfermería en función de su situación clínica.
Los pacientes de Ifema procedían en su mayoría de distintos hospitales de la Comunidad de Madrid. Se trataba de enfermos cuyo estado de salud no tendía a complicarse
Durante la mañana y la tarde, los médicos de Atención Primaria, supervisados por médicos especialistas en medicina interna y en otras especialidades, eran los encargados de los enfermos. Por su parte, en los turnos de noche estaban presentes los profesionales del Summa con apoyo del Samur. Aunque estos últimos también colaboraban por el día en admisión, triaje y soporte en la colocación de equipos de protección.
No obstante, otros colectivos de gran relevancia también participaban en el correcto funcionamiento de este hospital de campaña. Era el caso de los Bomberos de la Comunidad de Madrid. Estos profesionales, bajo el paraguas del Summa, se centraban en el almacén sanitario que daba soporte al hospital.
Asimismo, este complejo contaba con una red amplia de voluntarios. Un grupo, formado por 40 integrantes, encargado de acompañar a los pacientes que recibían el alta para que consiguieran transporte y así llegar a su domicilio.
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