Cuando se produce un evento de crisis en cualquier tipo de entorno público o de multitudes, ya sea un estadio, una estación de tren o una calle, el riesgo que supone la propia emergencia se ve a menudo agravado por el riesgo de que se produzca pánico entre la multitud. En muchos casos es la falta de información o de dirección lo que causa estragos cuando la gente trata de ponerse a salvo. A menudo haciendo lo incorrecto o dirigiéndose en la dirección equivocada para solo aumentar el impacto del evento.
La respuesta inicial es un duro desafío para las autoridades encargadas de la situación, y el uso de bocinas para los anuncios públicos sería útil para dar indicaciones a la multitud.
El pánico, en sí mismo, crea una amenaza que puede agravar una situación y prolongar los efectos de lo que acaba de ocurrir. Por ello, una comunicación rápida puede ayudar a aliviar las circunstancias. Y en algunos casos, reducir el nivel de pánico si la gente siente que está siendo guiada por una autoridad. El suministro de instrucciones adecuadas puede permitir operaciones de rescate más rápidas y un acceso más eficiente al lugar de los hechos por parte de los servicios de emergencia. También puede ayudar a dirigir a las multitudes hacia los puntos de reunión y reunir a las personas con sus amigos o familiares.
La primera área de atención para la protección de grandes eventos o espacios públicos concurridos debería ser aumentar el rigor de los controles de los puntos de control, utilizando más tecnología para limitar las vulnerabilidades. Además, la integración de los sistemas desempeña un papel fundamental, por ejemplo, añadiendo audio al vídeo.
El pánico, en sí mismo, crea una amenaza que puede agravar una situación y prolongar los efectos de lo que acaba de ocurrir
Movimientos
Cada miembro de una multitud está influenciado por lo que hacen los demás a su alrededor. Los movimientos hacia adelante y hacia atrás y el contacto hombro con hombro pueden ser muy intensos en una situación de pánico. Cuando la gente ve a alguien corriendo, incluso sin entender lo que ha sucedido, su instinto será el de empezar a correr también. Esto representa una amenaza, y la comunicación de audio en vivo puede jugar un gran papel para evitar accidentes causados por la propia multitud. Los altavoces de bocina habilitados para IP pueden ser herramientas cruciales en la gestión de la multitud y proporcionar información inmediata a las personas en cada zona y en cualquier idioma.
La dinámica y la densidad de la multitud puede cambiar en un instante, y esto es difícil de detectar a nivel del suelo. Observando el comportamiento de la multitud con cámaras panorámicas de múltiples megapíxeles, es posible monitorear esos cambios desde múltiples perspectivas. Esto ayuda a la comunicación dirigida y permite a los servicios de emergencia centrar la atención específica en cualquier persona con dificultades.
Una vez que el pánico inicial ha terminado, es necesario asegurar a la gente que la zona vuelve a ser segura para que la protección civil y los agentes del orden público puedan movilizarse para centrarse en el rescate y la investigación.
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