Los sistemas de alarma conectados a centrales receptoras de alarmas (CRA) siguen aumentando, y con ellos el número de falsas alarmas comunicadas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). Si queremos dar otro paso para contenerlas, los usuarios que las provocan deben colaborar de una forma más activa.
Leía en el boletín de julio de ADSI (Asociación de Directivos de Seguridad Integral), a la que pertenezco, un artículo publicado por la Unidad Central de Seguridad Privada de los Mossos d’Esquadra en el que se aportaban interesantes datos sobre la variación del número de alarmas comunicadas por las centrales receptoras (CRA) durante el estado de alarma. Se analizaba el periodo entre el 16 de marzo y el 31 de mayo divido, a su vez, en varias fases. La primera entre el 16 y el 31 de marzo, cuando vivimos el confinamiento y hubo una parada generalizada de la actividad: los avisos disminuyeron un 42 por ciento respecto a la primera quincena del mismo mes. En abril, con medidas de confinamiento similares y algo más de movilidad por la actividad en servicios esenciales, hubo un resultado parecido: un 35 por ciento menos de avisos respecto a marzo y un 40 menos respecto al mismo mes de abril del año anterior, destacando que entonces había un 12 por ciento menos de viviendas y establecimientos conectados.
Sin embargo, en mayo, con el retorno gradual a la actividad normal, se ha comprobado un progresivo repunte hacia las mismas cifras anteriores al estado de alarma. ¿Cuál es la evidente conclusión a la que se llega en el artículo? Que el movimiento de población, con el consiguiente aumento del número de entradas y salidas a viviendas y locales, genera una mayor activación indebida de los sistemas conectados, de los que una parte acaba siendo comunicada a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). Se evidencia, por tanto, que son los usuarios que manejan los sistemas los que producen un alto número de las falsas alarmas comunicadas. Y también es evidente que las CRA las comunicaron porque no pudieron verificar su falsedad con los medios de comprobación legales y técnicos puestos a su alcance por el marco legal y los usuarios. Esas alarmas tuvieron la consideración de “confirmadas”, lo cual hizo inevitable su comunicación a las FCSE.
Estadísticas de falsas alarmas
Los que sacamos estadísticas desde hace tiempo sobre las falsas alarmas en las CRA y sus motivos sabemos que en torno a un 70 por ciento de las que recibimos y comunicamos a las FCSE por cumplir los requisitos de “confirmada” han sido provocadas por los usuarios. Las causas que las provocan engloban un repertorio variado de circunstancias. Y solo los usuarios pueden actuar para evitarlas; si quieren, claro. Pero la sensibilización sin más desde las empresas está aportando pobres resultados. A modo de ejemplo de iniciativas de formación y sensibilización que dirigimos desde las compañías a los usuarios para tratar que eviten producir falsas alarmas, puede verse a continuación lo que las cerca de 40 empresas instaladoras que conformamos Grupo On Seguridad hacemos llegar a nuestros clientes.
Cuando hay casos de reiteración de avisos a las FCSE, lo que de momento estamos viendo es que la presión para que se corrija la situación se dirige prácticamente siempre hacia la CRA y/o el mantenedor, pero casi nunca hacia el usuario. Esto tuvo su lógica cuando los procedimientos de verificación no estaban tan bien definidos como lo están ahora, o cuando la calidad de equipos e instalaciones dejaban que desear. Pero ahora, las pruebas y los datos, sean puntuales como los mostrados en el artículo de Mossos d´Esquadra o reiterados como los obtenidos a lo largo de los años por las CRA, demuestran que en gran medida el problema lo están provocando los usuarios. Los esfuerzos de mejora deben ahora exigírseles a ellos. Y no digo con esto que ya no haya cierto margen de mejora en las empresas, que lo hay, en algunas más que en otras, sino que el margen de mejora si los usuarios colaborasen más es enorme; y es ahí donde se pueden lograr mejoras significativas.
La Administración va a constatar que la cifra de avisos va a seguir subiendo por el incremento constante del parque de sistemas de alarmas conectados a CRA, sobre todo del sector residencial. Que aumenten los sistemas conectados es bueno porque ayudará en la lucha contra la delincuencia y moverá la economía, pero tiene la cara negativa del aumento del número de falsas alarmas que se van a comunicar. Y lo que temo es que cuando quieran reconducir la situación, se repita la inútil receta que ya vivimos antes de la aparición de las órdenes ministeriales de 2011: aumentar la presión sancionadora contra las CRA y las empresas mantenedoras.
En aquel entonces, ese camino no sirvió para nada, hasta que años después, en 2011 y tras mucho desgaste, se legislaron los cambios que realmente necesitábamos, los que llevábamos tiempo reclamando y que tan buen resultado dieron. Entre otros aspectos importantes, se especificaba por fin cómo debían verificarse las alarmas y se aportaba seguridad jurídica a las actuaciones.
En este momento sabemos que la causa principal al mismo problema viene desde otro lado: el de los usuarios. Necesitamos su mayor colaboración y concienciación, pero hay que “animarlos legalmente”. A ver si es posible esta vez legislar primero en la medida que se necesita, sin pasar previamente por ese otro camino fácil pero inútil de sancionar a las empresas que no son los responsables del problema ni tienen de su mano la solución.
Concienciación
Por tanto, ¿qué más se puede hacer ahora para reducir las falsas alarmas? En mi opinión, lograr una mayor concienciación y colaboración de los usuarios, pero apoyándonos esta vez en ciertos cambios legislativos que den más atribuciones de actuación a las CRA para cortar directamente las situaciones de reiteración. Hablo de una sensibilización incentivada: pon atención a lo que debes hacer para evitar falsas alarmas porque si las produces dejarás de obtener el apoyo de la seguridad privada en lo que respecta a movilizar a la pública.
Tal y como estamos, y espero se entienda la licencia metafórica, para el usuario la situación es ideal, le sale gratis. Qué más le da provocar falsas alarmas si prácticamente nunca le afectan las consecuencias. El usuario tiene que concienciarse de que debe colaborar y que no hacerlo le traerá consecuencias, y cuáles serán. Y no me refiero a sancionar profusamente ni con dureza, herramienta esta de la sanción que debería usarse puntual y proporcionalmente cuando no quede otra. Me refiero simplemente a dejar de darle servicio si no colabora. A poner en marcha una medida tan sencilla como dar cobertura legal a las CRA para que acometan una labor de control en la detección y actuación inmediata de los casos de reiteración, requiriendo al usuario que investigue y corte las causas. Porque de no hacerlo, el servicio se cortará, bien parcial y temporalmente, en los avisos a las FCSE o definitivamente si hay una progresión en la reiteración. Sería una medida en la línea de lo que ya recoge el artículo 50 del Reglamento de Seguridad Privada, que tan pocas veces vemos aplicarse.
De estas actuaciones se exceptuarían los establecimientos obligados a disponer de medidas, que por cierto son la minoría del parque de conexiones global y no son los causantes del mayor número de las falsas alarmas. No obstante, con ellos, los comunicados de advertencia y requerimiento de resolución del problema se realizarían igualmente, y en estos casos advirtiéndoles de que la posible consecuencia puede acabar siendo la sanción.
Aunque no soy jurista, creo que una legislación de este alcance puede regularse mediante una nueva orden ministerial rápida de aplicar si se tiene la voluntad. No debemos seguir esperando a que las soluciones a todo vengan del nuevo Reglamento de Seguridad Privada, cuya ausencia tanto está perjudicando al sector y a la propia Administración que ejerce las funciones de control.
Necesitamos nuevas y eficientes recetas dirigidas hacia los usuarios que deben venir de la mano de una adecuada y previa cobertura legal. Ese debe ser el siguiente escalón donde hay que centrar ahora los esfuerzos en la lucha por la reducción de las falsas alarmas.
15 aspectos que pueden provocar falsas alarmas que deben evitarse
- Entretenerse al poner o quitar la alarma tardando más de lo previsto, provocando su disparo. Al salir, tener todo listo para irse y no volver a entrar en el tiempo de salida si se ha olvidado algo; mejor desconectar de nuevo. Al llegar, ir directos a desconectar la alarma sin entretenerse.
- Si se ha disparado la alarma por error al conectar, marcharse sin confirmar su falsedad con la CRA de Grupo On Seguridad.
- Si se dispara la alarma por error al desconectar, no llamar para informar de su falsedad o atender el teléfono a la llamada de la CRA de Grupo On Seguridad.
- Dar llaves del local a personas que no saben desconectar la alarma ni tienen la palabra clave de anulación que les pedirá la CRA de Grupo On Seguridad si se les dispara por error.
- Presencia de animales en salas con detectores volumétricos, tales como perros, gatos, ratones, pájaros o insectos. Un insecto sobre un detector puede provocar una falsa alarma. Las mascotas deben estar en salas no cubiertas por detectores volumétricos.
- Dejarse ventanas o lucernarios abiertos por los que puedan entrar con la alarma conectada corrientes de aire cercanas a detectores volumétricos por infrarrojos.
- Programar encendidos o apagados automáticos de sistemas de calefacción o aire acondicionado con la alarma conectada, sobre todo si pueden provocar corrientes de aire cercanas a detectores volumétricos por infrarrojos. Los cambios rápidos de temperatura en las zonas cubiertas por detectores de infrarrojos pueden provocar su disparo.
- Instalar letreros suspendidos o elementos decorativos móviles que puedan llegar a moverse frente a detectores volumétricos.
- Abrir detectores u otros elementos del sistema de alarma. Provocarán alarma de sabotaje.
- No avisar previamente a la CRA de Grupo On Seguridad si se sabe que van a producirse cortes prolongados de las líneas de comunicación a las que esté conectada la alarma, sobre todo en líneas ADSL por avería o apagado del router.
- Mantener atmósferas industriales o comerciales polvorientas donde estén instalados detectores volumétricos.
- Instalar aparatos que provoquen fuerte ruido eléctrico cercanos a elementos del sistema de alarma, tales como generadores eléctricos o motores potentes. Provocan inducciones que pueden conllevar falsas alarmas.
- Iniciar obras de cierta envergadura sin avisar antes a la empresa mantenedora o a la CRA de Grupo On Seguridad para estimar el riesgo de producir averías o falsas alarmas.
- No avisar previamente a la CRA de Grupo On Seguridad si se va a realizar un corte del suministro eléctrico prolongado que alimente al sistema de alarma. El automático y diferencial al que se encuentre conectado el sistema de alarma y CCTV no deben bajarse nunca.
- Cuando se produzca una falsa alarma hay que investigar el motivo. Si se descarta una circunstancia accidental, hay que avisar al servicio técnico para que analice si puede deberse a un mal funcionamiento de algún elemento del sistema de alarma.