Vivimos una situación de pandemia a nivel mundial sin precedentes en el último siglo, que hace apenas unos meses ni siquiera hubiéramos podido imaginar. Se trata de un escenario que está afectando a todos los ámbitos de la sociedad, no solo desde el punto de vista sanitario y económico, sino también social. Comportamientos que hasta ahora se aceptaban y se asumían como normales han tenido que adaptarse al nuevo contexto. Nos hemos acostumbrado a llevar mascarillas y gel higienizante, a no tocar objetos fuera de nuestros hogares más que en los casos estrictamente necesarios, a guardar un distanciamiento social…
Uno de los sectores que más ha sufrido el impacto de la pandemia ha sido el del transporte aéreo. Los cierres de fronteras, las cuarentenas obligatorias en el lugar de destino, el espacio reducido a bordo de las aeronaves y la incertidumbre sobre la situación sanitaria, cambiante constantemente, han reducido la cantidad de personas que se desplazan, ya sea por trabajo o por turismo, a mínimos nunca vistos.
Por tanto, se hace necesario desarrollar nuevos equipos y métodos que permitan garantizar el movimiento seguro de personas con el fin de que tanto el sector aéreo como el turístico puedan “remontar el vuelo” de nuevo en condiciones seguras.
Para ello, diversos países ya comenzaron a adoptar medidas de control sobre los pasajeros que entran al país, como por ejemplo PCR obligatorias en las llegadas, control de temperaturas de los pasajeros y demás personal trabajador, etc.
De hecho, el control de temperatura de las personas ha adquirido importancia de forma definitiva con el COVID-19. Actualmente es habitual que se tome la temperatura no solo en aeropuertos, sino también en colegios, accesos a centros comerciales, cines, teatros, etc. Sin embargo, cabe recordar que el control de temperatura ya se mostró como una herramienta interesante durante otras crisis sanitarias anteriores, como el ébola, la gripe aviar, etc. Por consiguiente, se trata de un tipo de control que puede resultar de utilidad no solo en el momento actual, sino en el futuro ante posibles nuevas amenazas sanitarias.
Cámaras térmicas
En este sentido, hay en el mercado distintas soluciones basadas en cámaras térmicas para medir la temperatura de las personas. No obstante, estos sistemas pueden tener ciertos problemas a la hora de garantizar una medición precisa y unas prestaciones estables a lo largo del día, semana o mes.
Una precisión de ±1,5 grados centígrados, por ejemplo, que técnicamente puede ser aceptable, puede ser determinante para precisar si una persona tiene fiebre. Pero para algunos sistemas esta precisión ni siquiera se alcanza en determinados momentos del día, ya que se ve afectada por multitud de factores:
- La distancia a la que se encuentran la personas cuya temperatura se desea medir.
- La temperatura ambiental, que puede cambiar a lo largo del día.
La presencia de varias personas muy cercanas unas de otras. - La propia sensibilidad y precisión de las cámaras térmicas empleadas.
- La necesidad de realizar calibraciones al menos una o dos veces al día, con cuerpos de calibración, para intentar que la precisión de las mediciones sea la mayor posible.
Si la medición se realiza, por ejemplo, a la entrada de un edificio terminal de un aeropuerto, se verá muy afectada por las condiciones climatológicas cambiantes, las cuales influyen de forma evidente en la temperatura superficial de las personas, lo que puede dar lugar a falsos positivos y falsos negativos.
Sin embargo, si la medición se realiza durante el paso por el filtro de seguridad del aeropuerto, la temperatura superficial de las personas será más estable. Es más, al haber tenido que depositar las prendas de abierto en el escáner de rayos X, la situación es mucho más favorable para poder medir la temperatura con precisión.
Por este motivo, algunos fabricantes han optado por incorporar una cámara térmica en un arco detector de metales. Así se solucionan algunos de los problemas enumerados anteriormente: la medición de temperatura se realiza siempre en el mismo sitio (el interior del pórtico) y se asegura que se lleve a cabo de forma individual, puesto que por el arco se pasa de uno en uno. No obstante, quedan pendientes de solucionar otros problemas muy serios, como son la realización de calibraciones de la cámara térmica o su precisión.
Thermal Detection Unit
Para poner solución a todos estos factores, el fabricante líder mundial en detectores de metales, CEIA, acaba de lanzar al mercado un sistema de extraordinaria precisión llamado TDU (Thermal Detection Unit) para medir la temperatura al paso de las personas por los arcos detectores de metales.
Se trata de un sistema que se integra en el propio arco detector, de forma que, en su central electrónica, además de la información sobre las masas de metal detectadas, se informa sobre la temperatura de las personas que pasan por él.
La señalización y el funcionamiento es muy sencillo una vez instalado el arco: cuando las personas pasan por él, el sistema TDU indica en color verde si la temperatura de los usuarios está por debajo del umbral programado. En caso de superarse, producirá una alarma e indicará en la central electrónica del arco, en color rojo, la temperatura detectada en la persona.
El sistema cuenta con su propio cuerpo de calibración incorporado, que hace posible que el sistema se autocalibre constantemente, lo que le permite asegurar una precisión en sus medidas de tan solo ±0,3 grados centígrados.
Las virtudes de este sistema, además de su extraordinaria precisión, son múltiples:
- Detección simultánea de metales y temperatura en todas las personas inspeccionadas.
- Dado que la medición se integra en el arco, no precisa personal adicional para realizar mediciones de temperatura.
- La medición se realiza en tiempo real, durante el tránsito por el arco, de forma que no se ralentiza en modo alguno el flujo de personas.
No se requiere espacio adicional en el filtro de seguridad al estar integrada la solución en el propio arco.
El sistema TDU realiza la medición de la temperatura mediante una cámara térmica infrarroja de gran calidad que se calibra constantemente y que realiza un mapeo de la zona de tránsito dentro del detector de metales mediante 19.200 elementos sensores.
Pero, sin duda, la gran virtud de este sistema es la calibración continua del mismo, que se realiza mediante dos cuerpos de referencia de temperatura estabilizada, los cuales se encuentran incorporados en el mismo arco.
Cada muestra de referencia está controlada constantemente por un dispositivo sensor que es verificado al cien por ciento durante el ajuste en fábrica con trazabilidad NIST y con un equipamiento calibrado según la norma ISO/IEC 17025.
De esta manera, se consigue una medición efectiva de la temperatura de las personas que pasan por el arco, en tiempo real y con una precisión y fiabilidad extraordinaria. Características estables a lo largo del día y sin necesidad de intervención- por parte de los operadores, puesto que el sistema se autocalibra constantemente.
El sistema TDU puede incluirse en la mayoría de los modelos de arco detector de metales de CEIA, así como actualizar arcos suministrados recientemente para su incorporación.