La inteligencia empresarial, o Business Intelligence, es un socio nato de la gestión de riesgos de seguridad, y se trata de uno de los servicios más cotizados entre los clientes. La inteligencia empresarial está cada vez más arraigada, pero aún hace falta empujar su implementación como práctica básica para las empresas. En Europa vemos que hay muchas compañías que no saben en qué consiste y qué beneficios aportaría a sus negocios y a sus clientes. Esta práctica ayuda a las empresas a la toma de decisiones seguras a través de la investigación y el análisis crítico.
Una de las herramientas más conocidas para el desarrollo del trabajo en inteligencia empresarial es la due diligence, que se ha convertido en una pieza clave y de gran valor para la toma de decisiones en situaciones que pueden suponer riesgos. Un escenario en el que esta práctica ayuda a las empresas es a la hora de realizar un análisis de la conducta de los negocios en mercados emergentes. Gracias a este trabajo podemos obtener información muy precisa en la que incluimos un análisis sobre las oportunidades de negocio para que esa empresa tenga éxito, pero también ayuda a identificar las amenazas competitivas y operativas. Es ahí donde la convergencia de la inteligencia empresarial y la gestión de riesgos de seguridad realmente existe, y podemos decir que se complementan a la perfección.
En el ámbito de la seguridad, los especialistas pueden proporcionar un análisis minucioso de los riesgos operacionales y los posibles requisitos de seguridad necesarios para mitigar el riesgo físico, incluida la protección de personas y bienes. En conjunto, la labor de la inteligencia empresarial y de la seguridad proporciona un panorama completo tanto del entorno de negocio como del entorno de riesgo físico. Si un cliente va a comprar una empresa, hay que responder a preguntas como ¿qué hay que hacer para asegurar la compra y gestionar los riesgos identificables?, o incluso ver si se va a plantear como un coste o como un desafío operacional. También hay que tener en cuenta que a la hora de llevar a cabo este análisis puede haber desafíos políticos, desafíos en torno a la propiedad extranjera, podemos enfrentar cuestiones que afectan a la reputación, requisitos reglamentarios u otros temas polémicos de los nuevos mercados emergentes.
Equipo de inteligencia empresarial
La práctica de la inteligencia empresarial requiere perfiles diversos con conocimientos únicos y de alto nivel. Suelen desarrollarla perfiles especialistas, como puede ser ex miembros de fuerzas policiales, inteligencia, expertos en contabilidad forense, analistas financieros, analistas de datos, periodistas y profesionales en ciberseguridad. Estos proporcionan a los clientes análisis cualitativos y contextuales e información de inteligencia difícil de encontrar que les ayuda a tomar decisiones comerciales y de inversión con confianza.
En muchas ocasiones, la inteligencia empresarial puede servir para identificar los riesgos que tiene una empresa cuando sus empleados viajan por el mundo, ya que algunos aspectos de su trabajo pueden implicar realizarlo en entornos difíciles. En el caso de proyectos prolongados por cuestiones delicadas, esta puede ayudar a desarrollar prácticas de trabajo seguras, planes de seguridad y, potencialmente, planes de gestión de crisis y de evacuación.
Una estrategia de inteligencia empresarial y gestión de riesgos permite a las empresas operar donde otros probablemente decidirían no hacerlo
Es recomendable apostar por equipos de inteligencia empresarial cuyo nivel de actuación sea internacional, ya que aporta una red mundial de especialistas en gestión de riesgos de seguridad, como fuentes de información. Su trabajo en cuanto a la recopilación de información puede ser crucial en el proceso de investigación y de definición de la estrategia.
Ventaja competitiva
Otro tema por el que los clientes necesitan implementar este tipo de prácticas en sus empresas es que les puede ayudar a comprender sus ventajas competitivas en el mercado frente a otros jugadores. Esto puede ser relevante en ámbitos como la propiedad intelectual, que normalmente debe protegerse y se enfrenta a peligros como la amenaza interna. Cuando una empresa sufre un ataque a su propiedad intelectual puede venir por dos causas, por la escasa conciencia del personal o por descuido. Esto puede llevar a que la información sea explotada por terceros, como los competidores o, más a menudo, por atacantes proxy, unos oportunistas que tratan de ganar dinero con información privilegiada, como diseños técnicos específicos, datos de comercialización o datos financieros. Por ello, es importante que las empresas garanticen el conocimiento de la seguridad y la importancia de la confidencialidad a sus empleados.
Esto es un reto continuo, especialmente cuando el personal se relaciona con los competidores por su rol en la compañía. Las fugas de información son muy comunes y los equipos de Business Intelligence trabajan para investigar la pérdida de datos y fortalecer la postura de seguridad de los clientes mitigando así esos riesgos en el futuro.
Los profesionales en inteligencia empresarial ayudan a los clientes a comprender sus propias vulnerabilidades, investigando los mismos tipos de problemas que les preocupan. Una de esas preocupaciones puede estar relacionado con las empresas del sector. Si buscamos e intentamos comprender lo que están haciendo otras empresas, es posible que coincida con el trabajo del cliente. Por ello, se vuelve muy importante asegurar los datos, proteger que no haya fugas de información y asegurar los activos.
Si nos fijamos en un mercado como es Latinoamérica, en caso de que una empresa global desee operar ahí, los servicios de inteligencia empresarial se vuelven claves para identificar riesgos. Esta región presenta escenarios complicados como, por ejemplo, que es la segunda región más grande del mundo en el comercio de productos falsificados. Cerca del 65 por ciento de su población compra productos falsificados cada año, lo que afecta directamente a la propiedad intelectual de las empresas.
Además, otro riesgo de esta región es que el 90 por ciento de las mercancías en Latinoamérica se transporta por tierra, específicamente en camiones con remolque. En consecuencia, el número de incidentes de robo aumenta año tras año, y actualmente se estima que hay un promedio de 40 incidentes al día, y menos del 10 por ciento de la mercancía robada es recuperada por las autoridades. Esta información que aporta la inteligencia empresarial relativa a la seguridad de la cadena de suministro, junto con evaluaciones del entorno de amenazas y asesoramiento sobre la gestión de riesgos de seguridad, supone un elemento clave para que cualquier empresa opere con éxito un negocio rentable.
La inteligencia empresarial ayuda a los clientes a comprender sus propias vulnerabilidades, investigando los mismos problemas que les preocupan
Estrategia y planificación
Una estrategia bien diseñada de inteligencia empresarial y gestión de riesgos de seguridad, en cualquier organización, se convierte en un activo habilitador de negocios y permite a las empresas operar donde otros probablemente decidirían no hacerlo.
Los equipos de inteligencia empresarial y de gestión de riesgos de seguridad trabajan a menudo conjuntamente con servicios de vigilancia de riesgos que apoyan el plan de gestión de crisis de un cliente. Entre los mecanismos de respuesta a los factores de riesgo podrían entrar medidas como una evacuación gradual o completa de las personas de un país que se ha visto afectado por el terrorismo, el comportamiento delictivo, la inestabilidad política, la inestabilidad de la seguridad regional o las repercusiones ambientales.
En este supuesto, se desarrolla el plan de gestión de crisis y evacuación junto con un análisis de los problemas que afectan a la región o a las ciudades que son relevantes para un cliente. Esto se denomina a menudo horizon scanning, o «exploración del horizonte», en el que construimos una biblioteca de información relevante sobre los posibles impactos en el negocio del cliente. Esta recopilación previa nos permite tomar decisiones basadas en información contrastada sobre situaciones a las que hay adelantarse, y así evitar un impacto grave en el negocio. Si estas situaciones no se vigilan, es más difícil tomar decisiones, ya que es posible que no se conozcan los problemas que podrían afectar al negocio. Existe una sinergia entre la inteligencia empresarial y la seguridad, ya que ambas se complementan para apoyar a los clientes.
En conclusión, el valor de la colaboración entre los especialistas en inteligencia empresarial y seguridad garantiza que los clientes reciban el mejor asesoramiento y orientación que les permita identificar, evaluar y mitigar los riesgos para ellos y sus empresas, y les permita tomar decisiones bien informadas.