¿Cómo valora la incorporación cada vez mayor de las mujeres a la seguridad y su contribución al sector?
Estoy convencida de que el talento no tiene género. Por tanto, con toda certeza, hay hombres y mujeres con capacidad de contribuir con su talento al mundo de la seguridad. Es bueno que todos tengan la oportunidad de hacerlo con el único límite de su libertad de elección y su vocación. Por eso creo que es muy positivo ver que los sectores avanzan hacia la paridad, ya que es síntoma de que se eliminan trabas preexistentes.
Desde su punto de vista, ¿cuáles diría que son los principales retos a los que se enfrenta el sector de la Seguridad?
Los retos son abundantes e importantes. Estamos inmersos en una transición digital que cambia nuestra manera de relacionarnos con el mundo y entre nosotros. Y este contexto tiene consecuencias inevitables en el campo de la seguridad. Además de la ciberseguridad, donde el reto es inmenso y las amenazas crecientes y cambiantes, la integración de la seguridad física y electrónica con los sistemas de información y comunicación se desarrollará haciendo uso de todos los avances que estos sistemas proporcionan en data analytics o en el Internet de las Cosas, reforzado gracias a la red 5G, por ejemplo. Todo lo que se deriva del cambio de paradigma por la digitalización supone un gran desafío que también generará oportunidades en este sector.
En esta línea, y pensando en el campo de la seguridad e higiene en el trabajo, hoy la empresa tiene que empezar a pensar en cuidar la salud y el bienestar de sus empleados en formato de teletrabajo. Este es otro gran cambio que exige adaptación al mundo de la seguridad.
Como conocedora del mercado de la seguridad, ¿cuál es su valoración del momento por el que pasa el sector de la Seguridad Privada y qué expectativas tiene para los próximos años?
La seguridad privada ha demostrado su capacidad de servicio y de adaptación en este tiempo de pandemia, en el que su función ha sido esencial y de gran trascendencia. Estoy convencida de que la colaboración público-privada en materia de seguridad seguirá creciendo y reforzándose, y que la seguridad privada mantendrá su papel fundamental. Habrá cambios derivados de la digitalización y de otras circunstancias sociales y ambientales, pero el sector sabrá, como ha demostrado, adaptarse para ofrecer un valioso servicio a la sociedad.