Los desastres naturales aumentan el impacto del fuego en las instalaciones que no disponen de un adecuado sistema de protección contra incendios. Sirva de ejemplo la borrasca Filomena, durante la cual se produjeron incendios que en algunos casos se vieron agravados por la dificultad de los bomberos para acceder a las instalaciones. A lo cual se suman otras situaciones como la rotura de tuberías de los sistemas de extinción por congelación o inundaciones en lugares donde están ubicadas medidas de alarma. Es por ello que los expertos demandan una mayor profundidad en la normativa de protección contra incendios para regular estas situaciones excepcionales.
Impacto de ‘Filomena’ en los sistemas de incendios
«No teníamos capacidad para acceder con nuestros vehículos y las máquinas excavadoras tuvieron que abrir camino, lo que demoró más de una hora la primear intervención de los bomberos», recuerda el jefe de Bomberos de Fuenlabrada, Víctor Manuel Fernández de la Cotera, en relación con un incendio en la localidad durante Filomena. Fernández fue uno de los participantes de la mesa redonda organizada por Tecnifuego el 25 de marzo, para analizar las necesidades en torno a la seguridad contra incendios en desastres naturales.
El responsable de los bomberos de Fuenlabrada advirtió de la necesidad de revisar las instalaciones cuando se produce una catástrofe ante el peligro de que dejen de funcionar cuando se necesitan. «Siempre es mejor invertir en prevenir incendios mediante instalación y mantenimiento, que paliar las consecuencias de un posible incendio», recordó este profesional.
Mantenimiento de protección contra incendios
El mantenimiento de estas instalaciones es fundamental, pero siempre debe estar sujeta a la experiencia de un profesional. En caso de un desastre natural, «el cometido esencial es subsanar lo más rápido posible los daños que haya podido tener la instalación para volver a habilitarla», indicó Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego.»En esa revisión», continuó, «es importante la sustitución de los materiales dañados y que la revisión permita comprobar si la instalación funciona o no correctamente».
Tortosa destacó la importancia de recurrir a empresas acreditadas para llevar a cabo los trabajos de instalación y mantenimiento. Un aspecto en el que Rafael Sarasola, coordinador del Comité de Instalación y Mantenimiento de Protección Pasiva de Tecnifuego, profundizó al defender la creación de una nueva titulación de ingeniero de catástrofes. Se trataría, según lo definió, de un profesional capaz de ofrecer soluciones los riesgos de incendio frente a desastres naturales, «ya que no están bien definidos en las normas actuales». «Las soluciones estándar no son suficientes, pues entran en escena situaciones muy diversas desde el frío polar al calentamiento global, tsunamis, maremotos…”, detalló Sarasola.
Inundaciones durante catástrofes
Alfonso Manrique, subdirector de Tasaciones Consorcio de Compensación de Seguros, intervino también en el encuentro de la asociación pero para centrar la atención en los daños por inundaciones. «Gran parte de las instalaciones de una empresa, incluido los sistemas de protección contra incendios, están en sótanos, fosos, etc.; es decir bajo rasante. Son por lo tanto muy vulnerables frente a inundaciones”, afirmó. Por ello propuso que también se lleven a cabo estudios ante inundaciones para proteger los sistemas contra incendios ante este riesgo.
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