Seguritecnia reunió en febrero a su Consejo Técnico Asesor para tomar el pulso al sector de la seguridad privada y sus profesionales. Los miembros de este órgano son los presidentes de las asociaciones más importantes y, por ello, quisimos conocer cuáles son sus perspectivas en dos sentidos: por un lado, en el impacto que ha tenido la pandemia del COVID-19 en la actividad de sus asociados y, por otro, los retos que se presentan en el futuro próximo.
Ángel Córdoba, presidente de la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), apuntó que aún es pronto para tener una visión suficiente de hasta qué punto la pandemia ha impactado en la seguridad privada, pero sin duda habrá “un escenario de aceleración tecnológico” durante y después. En ese sentido, Córdoba consideró que, en el corto plazo, se mantendrá “la situación de demora del debate y desarrollo de temas que estaban acuciando al sector con anterioridad a la pandemia”, como por ejemplo la aprobación del nuevo Reglamento de Seguridad Privada. Además, añadió, “se ha cumplido la premisa de la vinculación directa de la actividad de la seguridad privada al ciclo económico”, con un impacto especialmente negativo para la actividad de transporte de fondos y gestión de efectivo.
Como contrapartida, Córdoba señaló que la pandemia ha traído “una mayor visibilidad social” del papel que desempeñan “los diversos servicios y actividades de seguridad privada”.
Por su parte, Paloma Velasco, directora ejecutiva de la Asociación Española de empresas de Seguridad (AES), observó que las empresas proveedoras están aportando soluciones adaptadas a la pandemia, como el control de aforos o de accesos. Sin embargo, indicó que existe “un problema para la implementación de estos productos” en cuanto que determinados datos que requieren estas tecnologías son considerados de carácter personal, y están especialmente protegidos por la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales; un aspecto que genera múltiples dudas de carácter legal. Por ello, exhortó a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) a que aclare la situación y de respuesta a esta problemática.
Anna Aisa, gerente de la Asociación Catalana de Empresas de Seguridad (ACAES), añadió otros tres retos. Por un lado, la ciberseguridad, de la cual advirtió de la importancia de “no solo proteger la información, sino las comunicaciones de las empresas de seguridad, tanto internas como externas, y apostar por la formación y la concienciación de todo el personal”. Por otro lado, sostuvo que es necesario resolver la “inseguridad jurídica que comporta la situación pandémica actual y la incertidumbre existente”. Por último, quiso hacer referencia a la dignificación del sector, pues aunque los servicios de seguridad privada fueron considerados esenciales al comienzo de la pandemia “el personal de las empresas no está incluido en el calendario de vacunación”.
La pandemia del coronavirus ha tenido un fuerte impacto negativo en todas las especialidades de la seguridad privada, sin excepción
Desde otro punto de vista, Alfonso Bilbao, presidente de la Asociación Española de Ingenieros de Seguridad (AEINSE), explicó que gran parte de la labor de los profesionales a los que representa dicha organización está relacionada con la puesta en marcha de obras. Aunque se ha mantenido la actividad, a los ingenieros de seguridad les ha afectado notablemente el trabajo a distancia y la necesidad de formación para avanzar en el mundo digital, añadió Bilbao.
Mariano Agüero, presidente de la Federación Española de Seguridad (FES), se mostró de acuerdo con los comentarios del resto de invitados y llamó a poner en marcha las iniciativas necesarias para la buena marcha del sector.
Directores de Seguridad
Buena parte de las asociaciones que pertenecen al Consejo Técnico Asesor de Seguritecnia representan al colectivo de los directores de seguridad. Rogelio Campos, miembro de la junta directiva de la Confederación Española de Usuarios de Seguridad (CEUSS), puso en valor la figura del director de Seguridad “porque han tenido que acometer gran cantidad de problemas relacionados con la seguridad durante la pandemia”. “Nuestros departamentos de seguridad han tenido una transformación importante con la pandemia, y les queda vivir la caída de recursos, pérdidas económicas, mantenimientos…”, añadió.
Campos añadió como retos para este profesional “la formación, la transformación digital o la adaptación a la nueva delincuencia”.
Por su parte, Alfonso Castaño, presidente del Capítulo Español de ASIS International, afirmó que una de las cuestiones en juego durante la pandemia ha sido la continuidad del negocio, que “no solo trata de cómo va a seguir el negocio, sino cómo vamos a hacer diferente lo que hacíamos antes, con resultados positivos”. “En ese sentido”, continuó, “estamos trabajando a remolque de los países anglosajones, que ven esto a largo plazo”. El representante de ASIS España consideró necesario un cambio legislativo y tecnológico para que las empresas españolas puedan adaptarse al futuro del mundo digital, también en materia de seguridad.
Uno de los perfiles más activos durante la pandemia son sin duda los directores de Seguridad de los hospitales. Santiago García Sanmartín, presidente del Observatorio de Seguridad Integral en Centros Hospitalarios (OSICH), expresó la ingente labor que está desempeñando este colectivo desde marzo del año pasado. En este caso, explicó que los hospitales han demandado mucho personal de seguridad privada y la colaboración de la seguridad pública. “En los hospitales donde hay un director de Seguridad hemos ampliado plantillas, porque la situación de trabajo diaria es desbordante”, manifestó.
Desde la Asociación de Directivos de Seguridad Integral (ADSI), su presidente Eduard Zamora manifestó que el colectivo al que representan se ha visto afectado de dos maneras. Por un lado, estarían las empresas que han recortado sus gastos en seguridad porque “consideraban que los riesgos intrínsecos a su actividad no se verían especialmente incrementados con dicha reducción” y por “la mayor situación de teletrabajo”. Por otro lado, otras empresas han apostado por lo contrario y, de hecho, han aumentado su presupuesto en esta materia ante las mayores necesidades de protección. Aun así, en términos generales, la pandemia “ha reforzado el papel de la Dirección de Seguridad”.
Entre los retos de futuro, Zamora mencionó que “los Departamentos de Seguridad deben aprovechar la necesidad que tienen de ellos sus empresas. “Lo ideal sería que sus directivos de Seguridad lograsen un mejor posicionamiento interno derivado de lo mucho que han demostrado que pueden aportar al mantenimiento del buen funcionamiento de la empresa”, concluyó.
En líneas similares se pronunció Emilio Raduán, presidente de la Asociación Española de Directores de Seguridad (AEDS), respecto a la situación de los directores de Seguridad. “Tenemos a profesionales en ERTE, que han visto reducido su ámbito laboral a futuro, y por otro lado, a profesionales que han cogido mucho peso y se han convertido en vertebradores del día a día de sus empresas”.
Raduán también puso foco en la “inseguridad jurídica de decisiones que se han tomado a la tremenda u otras en las que han faltado normas para saber cómo realizar determinadas funciones”.
Aun con esto, opinó que la figura del director de seguridad “se ha visto como algo muy útil y que da un servicio importante”. De ahí que solicitó una formación especializada de calidad para la función de dirección de seguridad en los hospitales.
Otra de las asociaciones del CTA de Seguritecnia es Protecturi, Asociación para la Protección del Patrimonio Cultural. Su vicepresidente, Andrés Martín Ludeña, aseguró que la caída de los ingresos del sector cultural ha sido “descomunal”, salvo aquello que pertenece a Patrimonio Nacional. En la misma línea, los recursos destinados a la seguridad también se han visto reducidos drásticamente. Aun así, señaló que “no se han detectado expolios significativos, pero porque no tenemos datos suficientes”.
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