La seguridad aeroportuaria es un ámbito extremadamente complejo, no solo por las amenazas a las que está expuesta la aviación sino también por otros retos como el cumplimiento de una normativa muy prolija o la incorporación de tecnologías que faciliten la gestión de estos entornos. Pero quienes acudieron a la 8ª Conferencia Sectorial de Seguridad Aeroportuaria, organizada el 29 de octubre por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y la Fundación Borredá, pudieron conocer de primera mano el estado de la situación en cada uno de esos asuntos. Más de 200 profesionales acudieron a este encuentro bienal, que tuvo lugar en las instalaciones del organismo público.
La inauguración del evento corrió a cargo de Ana Borredá, presidenta de la Fundación Borredá, quien incidió en la relevancia de la seguridad en el sector aeroportuario. «Si algún sector lleva la bandera de la seguridad, es el sector aeroportuario», afirmó, e insistió en la importancia de la «estrecha colaboración» con la AESA en la organización de este evento para «compartir lo que acontece y los avances formativos de este sector». De este modo, expertos en ciberseguridad, logística, tecnologías emergentes y profesionales del sector participaron en el panel sobre la regulación y en las diversas ponencias en las que se desarrolló la jornada.
David Nieto, director de Aeropuertos y Seguridad de la Aviación Civil de AESA, tomó la palabra para inaugurar esta Conferencia. «Son 16 años impulsando este encuentro entre profesionales en el ámbito de la protección de la aviación civil contra actos de transferencia ilícita que ya se ha convertido en un referente a nivel internacional y nacional». Destacó que el sector de la aviación es una infraestructura crítica de la que dependen la prosperidad y la seguridad de los Estados. Por este motivo, «la seguridad y la ciberseguridad son fundamentales para el desarrollo sostenible del transporte aéreo, y por ello es necesario darles prioridad y dotarlas de los recursos necesarios», señaló Nieto. En este sentido, cuando se habla de cultura de la seguridad, «hablamos de todas aquellas pequeñas acciones que van más allá del cumplimiento de la norma y que contribuyen a elevar los niveles de seguridad, a identificar nuevas amenazas y a gestionar vulnerabilidades», señaló.
Normativa de seguridad aeroportuaria
A continuación, tuvo lugar el panel regulatorio de la jornada, que moderó Cándido Guillén, jefe del Servicio de Normativa AVSEC de la AESA y que contó con la participación de Pablo Sancho, jefe de la División de Seguridad de la Aviación Civil (AESA); el propio David Nieto (AESA); Óscar Gil, jefe del Servicio de Seguridad de la Carga Aérea (AESA); Juan Antonio Díaz, jefe del Servicio de Formación en Seguridad (AESA); y María Elena Lorente, jefe del Servicio de Inspección de Seguridad (AESA), donde abordaron asuntos como la seguridad aérea en el marco de la estrategia de la Comisión Europea, la ciberseguridad, la logística, la seguridad privada o los controles de calidad.
Pablo Sancho, jefe de la División de Seguridad de la Aviación Civil de AESA, inauguró el panel para hablar sobre la seguridad aérea y sus desafíos actuales: la nueva estrategia de la Comisión Europea para la inspección de pasajeros y el equipaje de mano. Sancho comentó que, para llevar a cabo esta estrategia, se creó un grupo Director que comprende tres áreas (regulación, seguridad e innovación), «con el objetivo de abordar las amenazas prioritarias, adaptarse a los cambios de dichas amenazas orientadas a resultados, alcanzar niveles de referencia tecnológico y establecer unos plazos claros mediante el establecimiento de KPI determinados».
Señaló además que, con el fin de llevar a cabo esta nueva estrategia, la Comisión ha establecido una hoja de ruta para «apostar por la innovación» y establecer «un calendario de eliminación de las medidas de seguridad tradicionales» mediante la implementación de tecnologías innovadoras e introduciendo nuevos procedimientos e indicadores. Sancho adelantó que esta hoja de ruta contempla, entre otros, «la sustitución de los arcos de metal por escáneres mejorados y, en equipaje de mano, la sustitución de los rayos por sistemas EDSCB [equipos de detección de explosivos para equipaje de cabina]».
David Nieto (AESA): “La seguridad y la ciberseguridad son fundamentales para el desarrollo sostenible del transporte aéreo, y por ello es necesario darles prioridad y dotarlas de los recursos necesarios”
A continuación, fue el turno de David Nieto, quien participó en la jornada para hablar de ciberseguridad en la industria de la aviación y planteó la cuestión de cómo será la aviación en el futuro. «Cada vez vamos a estar más interconectados desde el punto de vista del sistema». Señaló que la «inteligencia artificial va a revolucionar todo el ámbito tecnológico, incluida la aviación y la seguridad, tanto desde el punto de vista de estrategia de ataque como de estrategia de la defensa». No obstante, en este contexto, señaló que «no hay que perder de vista que la aviación está obligada a desarrollarse de manera sostenible». En este sentido, apuntó: «estamos haciendo un esfuerzo importante por armonizar y simplificar todo el desarrollo regulatorio que se ha hecho a nivel europeo».
Desde este foro animó a implantar sistemas que de forma única den cumplimiento de todo ello. «La omnipresencia de la tecnología implica una mayor exposición a los ciberriesgos que hace que aumenten las amenazas», señaló. Además, Nieto también indicó que la DASAC tiene en marcha un reglamento que pretende «proteger a la aviación frente a riesgos de seguridad operacional» cuya implantación se espera para octubre de 2025, y «es aplicable a gestiones aeroportuarias y a organizaciones de diseño y producción de aeronaves», informó.
Por su parte, Óscar Gil, jefe del Servicio de Seguridad de la Carga Aérea de AESA, habló sobre logística aérea; concretamente del nuevo régimen de transportistas y validadores independientes. En su intervención, Gil indicó que «los transportistas siempre se han considerado el eslabón más débil de la cadena logística de carga aérea». La solución que propone la Comisión Europea es la elaboración de una certificación de «transportista aprobado» que, según explicó, «será enteramente auditada, aprobada y gestionada por los Estados miembros y sus operaciones se enmarcarán en el alcance de las inspecciones de la Comisión Europea». Para ello, desde la Comisión solicitan cumplir con unos requisitos legales, ya que «el 1 de enero de 2027 deberemos tener implantado este proyecto». A partir de ese momento dejará de existir la Declaración 6-E por la que el transportista asume la custodia y protección de la carga aérea durante su transporte.
En lo que respecta a los validadores independientes, la AESA actualmente lleva a cabo cerca de la mitad de las validaciones de orígenes ACC3/RA de las que es responsable. Gil adelantó que se prevé llevar a cabo una certificación propia, ya que, después de 10 años de este proyecto, considera que se ha acumulado «una amplia experiencia» para «formar adecuadamente a unos validadores para que cumplan con el trabajo que estaban llevando a cabo otros validadores autorizados por otros Estados miembros». Adelantó que esta iniciativa se pondrá en marcha a inicios de año.
Juan Antonio Díaz, jefe del Servicio de Formación en Seguridad de AESA, abordó la capacitación de los vigilantes de seguridad privada en simuladores y en 3D. En este caso, los vigilantes de seguridad privada también se van a encontrar con grandes retos en cuanto a los interfaces de nuevos aparatos, por ejemplo, máquinas en 3D de grandes dimensiones o la interpretación de imágenes con ayuda de inteligencia artificial. Díaz apuntó que esto anticipa «un nuevo cambio normativo también en el sistema de certificación» al pasar de los dispositivos 2D a 3D. El representante de AESA también habló de los desafíos a los que se enfrenta la formación para manejar estos equipos por parte de los miembros de la seguridad privada. La edad de estos trabajadores se sitúa en torno a los 48 años, por lo que considera todo un reto «trasladar a este personal estos cambios normativos, estas nuevas exigencias tecnológicas y conseguir atraer a nuevos vigilantes».
La última intervención de este panel regulatorio corrió a cargo de María Elena Lorente, jefe del Servicio de Inspección de Seguridad de la AESA. La experta habló sobre los ensayos encubiertos, es decir, aquellas pruebas en las que se simula un acto de interferencia ilícita mediante el intento de introducir un artículo en una zona crítica. Esto permite «evaluar de forma cuantitativa y ágil una medida de seguridad», explicó. Lorente expuso cuáles eran las tipologías más habituales de ensayos encubiertos (equipos de mano, pertenencias, carga aérea), así como la metodología de los ensayos. Asimismo, adelantó algunas de las tendencias y estrategias futuras de los los ensayos en cubiertos: mejoras tecnológicas gracias a la instalación de EDS de cabina, controles de calidad a través del análisis de datos para identificar vulnerabilidades y tendencias, y llevar a cabo ensayos en cubiertos en otras áreas.
Tecnologías para la seguridad aeroportuaria
Después de una pausa para el café, la jornada continuó con la intervención de expertos que abordaron diferentes ámbitos clave para el sector aeroportuario.
Cándido Guillén, jefe del Servicio de Normativa AVSEC de la AESA, presentó varios sucesos disruptivos en aeropuertos por activismo con los que planteó cómo la conciencia social ha llevado a que determinados grupos llamen la atención sobre dichas causas. Guillén puso el foco en el cambio climático y cómo estos activistas han adoptado diferentes tácticas para causar disturbios. Por ejemplo, ocupando vías terrestres o entradas a los edificios de las terminales, interrumpiendo o bloqueando los movimientos de los pasajeros o del personal aeroportuario, así como accediendo a zonas restringidas. «Las actuaciones y protestas no autorizadas tienen un impacto operativo directo en los aeropuertos, aunque, si bien generalmente la intención no es hacer daño, la posible interferencia con las aeronaves puede afectar a la seguridad general de las operaciones de transporte aéreo». Ante estas situaciones, manifestó que es necesario «reevaluar los riesgos y garantizar la continuidad de las operaciones».
Sobre las innovaciones tecnológicas en el sector aeroportuario habló Verónica del Hoyo Alegría, End Customer Key Account Manager de Axis Communications, quien presentó un caso que se llevó a cabo con la compañía Indra. Este proyecto es un control automatizado de torres de control que «busca pasar de una torre de control física a una remota, así como trata de eliminar o reforzar esa torre». En este caso, necesitaban unas cámaras específicas para darles a los controladores aéreos una visión como la que ya tenían o superior. «Un controlador nunca va a poder ver una aeronave a cierta distancia aproximándose o, incluso, en rodadura, leer la matrícula». El elemento que utilizan para mirar en todas las direcciones es un tipo de cámara PTZ, que pueden girar, mirar hacia arriba y hacia abajo y hacer el zoom que se necesite. «Son unas cámaras que tienen 4K, por lo que la imagen va a ser muy nítida y, además, cuentan con estabilizador», afirmó la invitada.
La conferencia continuó con la intervención de Francisco Nieto, Alliance Manager SEMEA de Everbridge, quien habló de la comunicación de crisis en el sector aeroportuario. En este sentido, incidió en que «la manera en la que se gestiona la comunicación en un escenario de crisis tiene que incluir una serie de puntos clave para que tenga éxito». A continuación, pasó a desgranarlos y explicó la relevancia de la identificación de los interlocutores o cómo el mensaje que se transmita «tiene que ser suficientemente corto para ser táctico, pero detallado para ofrecer la información que permita iniciar las acciones apropiadas, a través de un formato identificable». Añadió que el canal desde el que se transmita debe poder ser auditado y señaló la importancia de que este mensaje sea escalable. «Tener la capacidad de escalar la comunicación a todos los niveles dentro de la organización y con colaboradores externos de forma precisa, rápida y fiable es la clave», añadió. Además, puso de manifiesto cómo debe ser integrable y monitorizable, ya que «lo importante en ese momento es disponer de la información precisa para informar a los tomadores de decisiones y adoptar las medidas pertinentes», sentenció.
A continuación, Julia Macera, Enseignante en sûreté de la ENAC (École Nationale de l’aviation civile) de Francia presentó los programas para la detección de comportamiento aplicados a la seguridad aérea en dicho país. Maceda habló sobre su trabajo de detección de comportamientos atípicos, «una competencia complementaria a todos los dispositivos de seguridad ya establecidos». El objetivo de esta disciplina es detectar una intención que podría tener una persona de cometer una interferencia ilícita. Esta tiene mucho que ver con la psicología, «y siempre habrá un margen de error». En el encuentro, además, Maceda explicó cómo se detecta una intención: «Utilizando la observación conductual podemos percibir signos de comportamiento que podrían traducirse en determinadas intenciones». Para finalizar, presentó cómo este proyecto se llevó a cabo en aeropuertos de París, en las zonas de facturación del aeropuerto y en los puntos de control.
Esfuerzo de implementación
La clausura del evento corrió a cargo de Ana Borredá, quien agradeció el apoyo de quienes hicieron posible la celebración de esta jornada y «especialmente a AESA por el compromiso, a los ponentes y a las empresas que han apoyado este evento». A continuación, cedió la palabra a David Nieto, quien clausuró esta Conferencia Sectorial de Seguridad Aeroportuaria destacando cómo «la aviación es un sector cada vez más regulado y que requiere un esfuerzo de implementación». Por este motivo, apuntó que, como consecuencia de las amenazas emergentes, «cada vez es más necesaria una mirada más profunda y una mayor colaboración entre la autoridad y la industria que permita a todos estar al día, y eso es lo que pretendemos con estas jornadas», concluyó.
Archivado en: