La presencia de la mujer en la seguridad privada es cada vez mayor, pero el avance es a paso lento. Las profesionales ocuparon el año pasado 21.307 puestos de trabajo en el sector, de los 140.519 existentes; es decir, ellas abarcaron un 15,16 por ciento de la actividad. Un año antes, en 2022, ese porcentaje fue del 14,49 por ciento, por lo que en un año la presencia femenina en la seguridad aumentó menos de un punto porcentual.
Son cifras que recoge el III Estudio Mujer y Seguridad, elaborado por el Observatorio Mujer y Seguridad y actualizado con ocasión del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El aumento de representatividad femenina se produce en todas las categorías de personal de seguridad, excepto en la de escoltas privados y vigilantes de explosivos. De hecho, se confirma la tendencia ya constatada en el anterior estudio de que las mujeres ocupan principalmente las categorías de detective y vigilante, estando más infrarrepresentadas en el colectivo de los escoltas privados y en los puestos de directoras y jefas de seguridad.
Seguridad pública
El estudio también ha analizado la representación de la mujer en la seguridad pública, que constata un ligero incremento en algunos cuerpos, pero aún así persiste la infrarrepresentación de la mujer en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Los Mossos d’Esquadra es la institución donde hay mayor porcentaje de agentes mujeres, si bien la Ertzaintza es donde más significativo ha sido el aumento de dicha representatividad, seguida de la Policía Nacional.
Durante la presentación del informe, una de las fundadoras del Observatorio Mujer y Seguridad y comisaria de los Mossos d’Esquadra, Cristina Manresa Llop, alegó que era muy importante que hubiera mujeres no solo en la base o escalas intermedias de los Cuerpos, sino en las escalas de mando de los mismos. «Si nos dan la oportunidad, estamos también capacitadas», resumió en su intervención. Relativo a esto, la Ertzaintza ha sido la organización policial donde se ha producido un aumento considerable en el porcentaje de mujeres comisarias (4,79%).
Profesión del vigilante de seguridad
Esta tercera entrega del estudio también ha analizado la realidad de la profesión del vigilante de seguridad. De los resultados obtenidos, la inseguridad y riesgo son dos variables que alejan la profesión de vigilante de seguridad a las mujeres, ya que lo relacionan con la peligrosidad. Seguido de los conflictos y las jornadas laborales largas que dificultan la posterior conciliación familiar. Además, la mayoría de vigilantes de seguridad mujeres encuestadas han tenido problemas con los usuarios y ciudadanos por su condición de mujer (59,48%).
Sin embargo, el hecho de estar en contacto con el ciudadano, la formación continua y la estabilidad laboral son las condiciones laborales mejor valoradas de la profesión.
Mujer y seguridad
Como es tradición en todos los estudios publicados por el Observatorio Mujer y Seguridad, el informe contempla una línea del tiempo que incluye a «todas las primeras mujeres en seguridad» recopiladas en la historia. En concreto, la pestaña del año 2023 presume de siete entradas.
La presentación de este III Estudio Mujer y Seguridad tuvo lugar durante una jornada del Foro SICUR durante la celebración de la feria la semana del 27 de febrero al 1 de marzo. Y estuvo moderado por cuatro de las cinco fundadoras del Observatorio: Paloma Velasco, Anna Aisa, Cristina Manresa y Ana Borredá.
Finalizaron la presentación con el anuncio del primer Congreso Internacional de Mujer y Seguridad, que tendrá lugar en mayo coincidiendo con el tercer aniversario del Observatorio, y estará organizado junto a la revista Seguritecnia.
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