El Observatorio Sectorial de la Seguridad Privada ha observado que diversas guías y recomendaciones de organismos públicos han incluido referencias a la conveniencia de evitar el uso del dinero en efectivo. En particular, dichas recomendaciones han promocionado las tarjetas y otros medios de pago como supuestos medios seguros. Y conducen a interpretar que la utilización del dinero en efectivo comporta un riesgo para los ciudadanos. “Parece haberse intentado consolidar en la opinión pública la idea de que la vuelta a una nueva normalidad está unida a la práctica desaparición del efectivo como medio de pago”, denuncia en este sentido.
En este escenario, el Observatorio Sectorial, aunque comparte cualquier medida razonable que tenga como prioridad la salud, señala que es “unánime” la opinión de organismos nacionales e internacionales (entre otros, señalan, Banco Central Europeo, bancos centrales nacionales y la Organización Mundial de la Salud) acerca de que no existe evidencia científica sobre un riesgo añadido derivado de la utilización del efectivo. “Cualquier afirmación contra el efectivo basada en un riesgo científico carece de justificación. No puede asociarse el momento del pago con una práctica peligrosa solo cuando se paga con dinero”, complementa la organización.
Consecuencias
Además, señala que cualquier propuesta o medida que pueda conducir a la desaparición del efectivo tiene consecuencias desafortunadas. Entre ellas cita el impacto directo en los colectivos más desfavorecidos, cuyo nivel de bancarización es muy inferior. En particular, tendrá consecuencias graves, afirma, para los más de 3,3 millones de parados que existen en España. Y para los 12,3 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social.
Asimismo, argumenta que este hecho afecta directamente a los más de nueve millones de pensionistas. Personas que realizan sus operaciones de forma mayoritaria mediante dinero físico. Incluso dificulta o impide que la población más joven pueda realizar cualquier tipo de compra habitual al no tener acceso a tarjetas bancarias.
Competitividad
Pero eso no es todo. El Observatorio también afirma que esta hipotética medida incidiría de forma directa en la competitividad de los pequeños comercios. Empresas que tendrían que realizar inversiones adicionales en plataformas de pago. Para dicha organización, de implementarse esta medida, el comercio de proximidad podría perder un importante volumen de clientes en favor de las grandes superficies comerciales. Y señala especialmente las plataformas de reparto, que se verían obligadas a implantar el pago online como único medio permitido.
Por otro lado, asegura que condiciona la libertad de aquellos ciudadanos que no quieren asumir los costes adicionales que implica tener y mantener una tarjeta bancaria. Incluso de quienes atribuyen una especial relevancia a su privacidad o controlan de forma más eficiente su economía mediante el uso del efectivo. “Eliminar el dinero en efectivo supone más coste y menos control del gasto para las familias, más monitorización de su vida y tener más deudas con los bancos”, aboga el Observatorio en este sentido.
En definitiva, para dicha organización, esta propuesta significaría optar por la eliminación del único medio de pago público y acelerar la completa privatización de este ámbito de actividad.
Consideraciones
Por todo ello, el Observatorio Sectorial considera que es razonable extremar las medidas de distanciamiento y de higiene en todos los actos de pago. Pero que deben cesar las referencias expresas a la necesidad de evitar tanto utilizar como aceptar el pago en efectivo.
Además, señala que las autoridades han de trasladar en sus discursos públicos que usar el efectivo no supone un riesgo para los ciudadanos mayor que otros medios. “Es preciso que desaparezca de inmediato el injustificado daño reputacional que se le está infringiendo de forma reiterada”, complementa. E insta a que los poderes públicos garanticen la libertad de elección de cualquier medio de pago legal por parte de los consumidores.
“Reducir los niveles de utilización del efectivo por debajo de los actuales podría conducir, como ha ocurrido en otros países, a la imposibilidad de mantener unos servicios esenciales. Además de llevar al paro a más de 5.000 profesionales de la industria del transporte y la gestión del efectivo. Algo que generaría innecesariamente consecuencias muy perjudiciales para la economía. Sobre todo desde el punto de vista de que debe seguir recibiendo a millones de turistas que quieran seguir utilizando también el efectivo”, finaliza.
Archivado en: