La imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump está teniendo graves repercusiones a nivel global. Y España no es una excepción. El enfoque proteccionista del programa «América Primero» incluye la aplicación de aranceles a productos europeos. En respuesta a esta agresión comercial, la Unión Europea ha anunciado a su vez una subida de aranceles sobre los productos importados de Estados Unidos. A la hora de la verdad, en última instancia quien paga es el consumidor.
¿Qué es la guerra de los aranceles?
La palabra de moda es arancel. Pero ¿qué significa exactamente? Un arancel es un impuesto que un país impone a los bienes importados del extranjero para subir el precio de esos productos y proteger la producción nacional frente a la competencia externa. Básicamente, un arancel es una carga económica adicional que encarece los bienes extranjeros para hacerlos menos atractivos en el mercado nacional. Al convertir los bienes importados en «productos caros», los aranceles fomentan el consumo local.
También sirven como herramienta de presión política en relaciones bilaterales, por ejemplo, para negociar acuerdos, responder a prácticas desleales o generar ingresos para las arcas de un país. Pero su aplicación, como estamos viendo estos días, puede desencadenar tensiones comerciales entre países afectados. La guerra de los aranceles surge cuando un país sube los impuestos a las importaciones de otro y este reacciona aplicando medidas equivalentes. Es lo que se está dando entre Estados Unidos y China, dos superpotencias económicas que compiten por el primer lugar del podio.
Impacto de los aranceles de Trump en la economía de España
A España, como miembro de la Unión Europea, le afecta esta guerra de los aranceles provocada por el presidente estadounidense. En abril de 2025, Estados Unidos ha puesto aranceles del 20% a los productos europeos, afectando significativamente a las exportaciones españolas. Obviamente, los aranceles de Trump imponen una sobrecarga económica en sectores clave de la economía española. No en vano es crucial diversificar mercados y reforzar la posición europea en las negociaciones comerciales globales para proteger los intereses de sus países miembros.
En la actualidad Estados Unidos es el sexto destino de nuestros productos nacionales, por debajo de Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. En cifras, EEUU recibe menos del 5% de las exportaciones españolas de bienes y servicios. La vulnerabilidad comercial de España, por tanto, es menor que la de otras economías europeas como la alemana o la francesa, ya que los ingresos procedentes de Estados Unidos suponen el 2,3% del PIB, en comparación con la media del 4,6% de la Unión Europea.
¿Qué le vende España a Estados Unidos?
Dos tercios de las exportaciones de España a Estados Unidos consisten en productos industriales y tecnológicos. Concretamente, EEUU es el segundo mayor destino para la maquinaria mecánica española —sobre todo motores—, solo por detrás de Francia, con un volumen de ventas que superó los 2.500 millones de euros en 2024, equivalente al 9% del total. En sectores específicos, como los turborreactores, turbohélices y turbinas de gas, la cuota exportadora aumentó hasta un 17,5%, el año pasado rebasó los 460 millones de euros.
Estados Unidos lleva una década siendo el segundo mayor comprador de aceite de oliva español, solo superado por Italia (que lo revende como suyo). En los últimos años, este mercado representa el 15% del total de las exportaciones del sector. En términos de volumen, el pico de ventas se alcanzó en 2020, con más de 155.000 toneladas exportadas. Pero fue en 2024 cuando se logró un récord histórico, al superar España por primera vez los mil millones de euros en exportaciones de aceite de oliva.
Otros bienes lucrativos son el acero, el aluminio y productos refinados del petróleo y el biodiésel, que ahora afrontan aranceles adicionales al entrar en el mercado estadounidense. Sin olvidar que Estados Unidos es el segundo mayor mercado de exportación para el vino español, solo superado por Alemania, y que acapara cerca del 10% del total de sus ventas, lo que en 2024 se tradujo en 265 millones de euros.
Efectos de los aranceles en las pymes de España
El impacto económico de la guerra de los aranceles no se va a limitar a las exportaciones de España. Las pequeñas y medianas empresas españolas, miles de ellas altamente especializadas y dependientes del mercado exterior, podrían sufrir pérdidas significativas y tener que buscar alternativas en mercados más lejanos o menos rentables. Además, la guerra de los aranceles contribuye a la inestabilidad del comercio internacional, dificultando la planificación estratégica de las pymes que componen el tejido empresarial de nuestro país.
A nivel político global, las medidas de Trump están tensando las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea, forzando los países miembros a adoptar una postura defensiva y a considerar medidas de represalia comercial. Aunque el expresidente Joe Biden eliminó algunos aranceles, el periodo de incertidumbre dejó claro cuán vulnerable puede ser una economía abierta como España frente a decisiones unilaterales de grandes potencias.
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