La Guardia Civil va a empezar a utilizar pistolas táser, de las que ha recibido 150 valoradas en 450.000 euros. Se trata de un arma incapacitante que funciona mediante un impacto eléctrico que paraliza el sistema muscular de modo temporal. Esta partida recién incorporada al arsenal de la GC consta de pistolas de la marca AXON. Cada artefacto tiene su propia videocámara y el precio individual es de 3.000 euros.
La directora de la Guardia Civil, María Gámez, ha presidido la recepción oficial en las dependencias del Servicio de Armamento en Valdemoro (Madrid). El Centro de Adiestramientos Especiales instruirá a los agentes de las unidades con acceso a este nuevo equipamiento. Las pistolas táser se asignarán a los operativos del cuerpo que afrontan las modalidades más peligrosas de delincuencia. La experiencia de estas primeras unidades servirá como base para una incorporación progresiva de este armamento incapacitante. Durante las próximas semanas se harán pruebas para valorar la mecánica funcional y las prestaciones tácticas. Los resultados servirán para definir los procedimientos de uso.
¿De dónde viene el nombre de las pistolas táser?
En la primera mitad del siglo XX se publicó en Estados Unidos una serie de aventuras protagonizados por Tom Swift. El grupo de autores del Stratemeyer Sindicate firmaba los libros con el seudónimo de Victor Appleton. En 1911 salió Tom Swift y su rifle eléctrico. En esta serie se basó el físico Jack Cover para bautizar la pistola Taser, que inventó en la década de 1970. El nombre comercial es un acrónimo. Las siglas TASER proceden de «Thomas A. Swift’s Electric Rifle» (en español «El Rifle Eléctrico de Thomas A. Swift»). Durante los diez años siguientes casi 400.000 agentes de policía ya usaban aquellas pistolas Taser. Y a finales del siglo pasado la empresa de Cover sustituyó las descargas de pólvora iniciales por nitrógeno comprimido. Esto permitió comercializar el arma libremente. En 2017 la empresa Taser International cambió su nombre a AXON.
Las pistolas táser en la Guardia Civil
Las armas incapacitantes de estilo táser forman parte de un nuevo método de intervención operativa de la Guardia Civil. Iniciado en 1998, se basa en un uso decreciente de la fuerza. Estos artefactos están dotados de un equipamiento que permite grabar cada actuación del agente que los usa. Esto garantiza la seguridad jurídica de cada funcionario policial durante las operaciones correspondientes.
Este tipo de armamento, cuyo nombre técnico es Dispositivo Electrónico de Control (DEC) ya formaba parte del instrumental de la Policía Nacional. Su incorporación al procedimiento operativo era una reivindicación histórica del cuerpo para facilitar la inmovilización de los delincuentes sin usar armas de fuego ni provocar lesiones.
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