El Departamento de Seguridad Nacional ha publicado el Informe Anual de Seguridad Nacional de 2019, tras su aprobación el 4 de marzo por parte del Consejo de Seguridad Nacional. Este documento, que ya menciona el riesgo de sufrir una pandemia o epidemia como uno de los principales desafíos, tiene el objetivo de ofrecer una visión integral de los retos a los que se enfrenta la sociedad.
El informe destaca la gran circulación de microorganismos patógenos como «importante riesgo para la población». Un ejemplo es el ébola, iniciado en 2018 y que provocó más de 2.200 fallecimientos. Pero esta enfermedad todavía es «un reto para la seguridad sanitaria global», ya que todavía permanecía activo en diciembre del pasado año.
Otro caso citado en el documento, esta vez con origen en España, es la listeriosis. Más de 200 casos fueron confirmados en 2019 tras consumir carne mechada contaminada.
Por otro lado, menciona la «preocupación» por los altos niveles de multirresistencia a antibióticos de cepas bacterianas en algunos países europeos. Este es uno de los retos clínicos y de salud pública de primer nivel citado en el documento.
Salud pública
En definitiva, pese a no reflejar la situación provocada por el COVID-19, el informe destaca un incremento de los riesgos para la salud pública. Sobre todo debido, tal y como cita, al incremento y envejecimiento de la población, la circulación transfronteriza de personas y mercancías, las nuevas formas de consumo, el cambio climático y los residuos generados.
No obstante, señala la mayor rapidez con la que los mecanismos de seguridad sanitaria pueden detectar riesgos epidémicos y pandémicos. «Aun así», afirma, «persiste la vulnerabilidad de la población ante los riesgos sanitarios actuales, pese al importante desarrollo de los sistemas de detección, preparación y respuesta disponibles».
Otros peligros
El Informe de Seguridad Nacional 2019 se articula en torno a los 15 ámbitos de actuación contemplados en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017: defensa nacional, lucha contra el terrorismo, lucha contra el crimen organizado, no proliferación de armas de destrucción masiva, contrainteligencia, ciberseguridad, seguridad marítima, seguridad en el espacio aéreo y ultraterrestre, protección de infraestructuras críticas, seguridad económica y financiera, seguridad energética, ordenación de flujos migratorios, protección ante emergencias y catástrofes, preservación del medio ambiente y la citada seguridad frente a pandemias y epidemias.
De todas ellas lleva a cabo un análisis pormenorizado de los principales retos, tendencias y realizaciones.
Análisis de riesgos
Este Informe de Seguridad Nacional 2019 presenta, por primera vez, un análisis de riesgos para el periodo comprendido entre 2019 y 2022. Este apartado cuantifica el nivel de impacto y el grado de probabilidad de las amenazas a la seguridad nacional.
La principal conclusión de este análisis es la constatación del predominio de los riesgos tecnológicos. Sobre todo con el ciberespacio como dominio funcional, el espionaje y la inestabilidad económica y financiera.
Los factores que más preocupan y que se mencionan en el informe son los relacionados con el uso malintencionado del ciberespacio. En concreto, cita el robo de datos, los ciberataques a infraestructuras críticas y la desinformación como riesgos de fuerte impacto y de alta probabilidad.
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