¿Cómo se ve desde el prisma de un profesional de la seguridad una situación inesperada como esta?
Esta situación que vivimos es sorpresiva en sí. Es la que, si está en los análisis de riesgos, en general no nos tomamos en serio. Y aquí estamos… adaptándonos.
En este proceso de adaptación, estamos asumiendo que sabemos cuándo ha empezado, pero no cuándo y cómo va a terminar. Por lo tanto, ya estamos adelantando lo que vendrá, hemos tomado conciencia de la situación e intentaremos que no nos vuelva a sorprender.
¿Cómo están afrontando la situación en su organización, en lo que atañe a la seguridad, para aportar su trabajo a la lucha contra el COVID-19?
Aquí debemos dividir las acciones entre seguridad física y ciberseguridad.
En cuanto a la seguridad física, los servicios de vigilancia de seguridad privada han supuesto una herramienta fundamental para gestionar los accesos a los recintos y el control de esta situación generada por el COVID-19. Están siendo la primera línea de aislamiento. Hemos debido adaptar algunos servicios a nuevos horarios para ajustarnos a las operativas de negocio. Como servicio esencial, debemos garantizar el ciclo integral del agua.
“Ya estamos adelantando lo que vendrá, hemos tomado conciencia de la situación e intentaremos que no nos vuelva a sorprender”
En cuanto a ciberseguridad, hemos tenido mucha más actividad, fundamentalmente para acompañar al área de informática en la habilitación generalizada del teletrabajo. Mantener los niveles de seguridad ante esta situación ha sido todo un reto.
Adicionalmente, estamos dedicando muchos recursos a advertir a nuestros usuarios y a proteger los sistemas ante las oleadas de campañas de ciberataques.