Seguridad del microondas: riesgos y precauciones

Fuente: Freepik/IA

Redacción

Los electrodomésticos ya son un elemento básico de nuestra existencia. La proliferación de hogares unipersonales va unida a estas máquinas que hacen —por su cuenta o con poca ayuda— la mayoría de las tareas domésticas. Desde los rudimentarios utensilios caseros de la Edad Media hasta los refinados artilugios de diseño de nuestros tiempos, la revolución de los electrodomésticos ha sido una trayectoria espectacular desde las tinieblas tecnológicas hasta el futurismo actual. Pero incluso hoy, debes saber usar adecuadamente los indispensables como el microondas, por tu propia seguridad.

Hace un siglo y medio, en las últimas décadas del XVIII, con la Revolución Industrial llegaron la máquina de coser a pedales y la cocina de gas, entonces considerados modernísimos y hoy expuestos en los museos. El furor de los aparatos de cocina fue a mediados del siglo XX, cuando aparecieron multitudinariamente las neveras, lavadoras, aspiradoras, planchas eléctricas. En esa etapa se inventó el horno microondas, que en Europa se masificó algo más tarde, a partir de 1960-70. Hoy lo tienen un 90% de los hogares españoles y es una presencia frecuente en las pymes cuyos empleados se quedan a comer en la oficina.

Consejos de seguridad para usar tu microondas con total tranquilidad

1) No metas recipientes ni utensilios metálicos en el micro para calentar los alimentos que contengan, porque pueden provocar chispas o arcos eléctricos que estropeen el horno.

  • Cazos o sartenes metálicos.
  • Piezas de vajilla con decoraciones doradas o plateadas, desde platos y bandejas hasta tazas o cuencos.
  • Cubiertos tipo cucharas, tenedores, cuchillos.

2) No calientes frascos, tarros ni botellas de vidrio envasados al vacío, porque la subida de presión los puede hacer explotar. Debes quitar las tapas, coberturas o superficies protectoras. En el caso de una lámina de plástico, la tienes que agujerear con un tenedor o similar. Lo mismo se aplica a los alimentos con corteza o revestimiento natural, que debes antes perforar o partir.

  • Tarros de comida infantil. Para entendernos, los clásicos ‘potitos’ o papillas para bebés.
  • Frascos de cristal cerrados herméticamente con alimentos en el interior.
  • Alimentos con cáscara o piel tipo huevos, nueces, tomates.

3) No enciendas el microondas si está vacío, ya que las vibraciones electromagnéticas pueden deteriorar las paredes del horno. Si dejas un vaso con agua en el interior, el agua absorberá las ondas si por algún motivo lo conectas sin haber metido nada dentro.

Además, el vapor que desprende el agua caliente se queda en las paredes y lo puedes aprovechar para limpiar el horno pasando un trapo con unas gotas de jabón líquido.

4) No cubras las ranuras de ventilación posteriores o laterales, ya que los materiales inflamables como el papel o la tela pueden incendiarse en contacto con la alta temperatura.

Por seguridad, tampoco aproximes demasiado el horno microondas a las paredes de tu cocina. El aire caliente que emerge de esas rendijas debe tener espacio para salir y enfriarse.

5) No toques las piezas térmicas ni las paredes del interior del horno. Estas superficies pueden estar lo suficientemente calientes como para quemar la piel después terminar la cocción, incluso sin parecerlo a primera vista.

  • Mantén las manos alejadas del punto caliente del horno, que es el lugar donde se concentra mayor intensidad energética.
  • No permitas que un material inflamable entre en contacto con ningún elemento del interior del horno.
  • Deja que el horno se enfríe con la puerta abierta después de usarlo.

 

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