La OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que hoy celebra su 75 aniversario, es de hecho más potente que nunca. La invasión rusa de Ucrania ha aportado a la alianza militar occidental, hasta cierto punto, una nueva razón de ser, un propósito revitalizado. La mayoría de los países europeos por fin están aumentando sus presupuestos de Defensa. Con la reciente entrada de Finlandia y Suecia, el número total asciende a 32 miembros desde los 12 originales de 1949, año de la fundación.
La OTAN celebra su 75 aniversario en un contexto global prebélico
En paralelo, la OTAN afronta la etapa más desafiante de su existencia, al tiempo que prepara una cumbre conmemorativa en Washington en verano de este año. El presidente español Pedro Sánchez asistirá al encuentro en la capital estadounidense, entre el 9 y el 11 de julio, con poco que alegar en cuanto a su compromiso en la autoprotección de Occidente. El presupuesto de Defensa aumentó un 26% el año pasado, pero España sigue rezagada en cuestión de desembolso militar. Nuestro país ocupa uno de los últimos puestos del escalafón del gasto aliado, con el 1,24% del PIB, solo por delante de Bélgica y Luxemburgo.
En la primera Cumbre OTAN de Madrid, en 1997, con su entonces secretario general Javier Solana como maestro de ceremonias, se celebraba el final de la Guerra Fría, que había sido en 1991. Un cuarto de siglo después, en la Cumbre OTAN de Madrid en 2022, se vislumbraba ya la actual Segunda Guerra Fría. Merece la pena recordar que el presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, dijo en su discurso de Madrid de 1997 que si tras la Guerra Fría el mundo lograba abrirse paso entre los témpanos residuales, lograría crear un sistema de seguridad planetario, con valores comunes y una cosmovisión única. Citaba la ‘Paz Fría’ de la que alertaba Boris Yeltsin, el entonces presidente ruso, como una posibilidad muy real.
La invasión rusa de Ucrania obliga a la OTAN a tomar partido
Desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la OTAN se ha visto forzada a involucrarse en el mayor conflicto territorial de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que intenta reprimir un choque frontal con Vladimir Putin. A fin de proteger a Ucrania de los vaivenes políticos estadounidenses, la OTAN se ofrece para coordinar las entregas de armamento a Kiev. El secretario general Jens Stoltenberg propone crear un fondo estable de 100 mil millones de dólares durante cinco años para blindar el apoyo a Ucrania. Esta actitud proactiva evita caer en la trampa argumental del presidente ruso Vladimir Putin de que la Alianza alimenta el conflicto.
En cuanto a los polémicos comentarios del presidente francés Emmanuel Macron sobre la conveniencia de tener tropas aliadas en Ucrania, la mayoría de los líderes europeos están en desacuerdo. Pero en los círculos políticos del Viejo Continente reconocen que no se puede descartar ningún escenario.
La OTAN desconfía de la adhesión de Estados Unidos
En el seno de la OTAN va en aumento la suspicacia en cuanto al compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea, en especial desde que se contempla el posible regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que amenaza con sacar a su país de la Alianza. Independientemente del color político de la presidencia, EEUU lleva años con la mirada internacional puesta en Asia, dado el creciente poderío militar de China. Esto propicia que la alianza transatlántica también preste una creciente atención al flanco Pacífico, pese a no tener intención alguna de incluir a los países asiáticos como miembros.
En sus 75 años de trayectoria desde que se fundó el 4 de abril de 1949, la OTAN ha conseguido evitar los conflictos bélicos entre sus países miembros, es decir, en Occidente, durante las tres cuartas partes de un siglo. La incógnita es si será capaz de prolongar ese éxito durante las siguientes décadas.
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