La seguridad privada ha perdido a una de sus figuras más relevantes. El comisario principal Esteban Gándara ha fallecido hoy a consecuencia de una larga enfermedad, que no borrará su impecable legado. Aunque su último destino lo tenía alejado de dicho sector, nunca lo olvidó ni le olvidamos; muestra de ello es que seguía colaborando como miembro del Comité Asesor de la Fundación Borredá. Esteban Gándara siempre será recordado como el precursor de la seguridad privada tal como la conocemos actualmente, especialmente en lo que se refiere a la colaboración. Nadie ha contribuido tanto a la evolución de esta actividad.
Hombre de profundas creencias cristianas, cuando se despidió de la Unidad Central del Seguridad Privada (UCSP) de la Policía Nacional, en 2017, lo hizo dando las gracias a sus «queridos amigos» de la seguridad privada. No cabe duda de que dejó una profunda huella en todos los profesionales que lo conocieron. Siempre solícito con el sector, no dudó en escuchar a quien pudiera arrojar luz a esta actividad. Como él decía, uno de sus cometidos era «servir para que sirvan».
En la revista Seguritecnia lloramos su pérdida con una profunda tristeza. Por los muchos momentos compartidos y por su sincera amistad. Si algo recordaremos de Esteban Gándara, más allá de lo profesional, es su extraordinaria generosidad con todo aquel que acudiera en su llamada. Su sentido del humor fino y sus memorables exposiciones en los muchos encuentros con el sector en los que participó lo hacía característico también. Porque si Esteban dejó huella en su faceta profesional, más lo hizo en la humana.
Hitos para la seguridad privada
Esteban Gándara recaló en la UCSP como comisario en el año 2009. Cuando salió de ella, casi nueve años después, nada tenía que ver el sector con lo que era antes. En su primera entrevista en el cargo, concedida a Seguritecnia, ya expresó su intención de proporcionar un fuerte impulso a multitud de aspectos de la seguridad privada, pero sobre todo a dos que el consideraba esenciales: la colaboración público-privada y la aprobación de una nueva ley.
Con esa voluntad, gracias a su contribución se fueron sucediendo importantes hitos para la seguridad privada a lo largo de los años. Uno de los primeros fue la puesta en marcha del Plan Red Azul de colaboración con la seguridad privada, en 2012. Una iniciativa que sentó las bases de la colaboración entre la Policía Nacional y el sector, que tan buenos resultados está dando.
Hay otras muchas iniciativas que llevan su sello personal, como las órdenes ministeriales del año 2011 (que contribuían a mejorar las medidas de seguridad de las empresas, los sistemas de alarmas y permitían el uso de armas pesadas por parte de vigilantes a bordo de buques para combatir la piratería en el Índico), la recuperación de la Comisión Mixta de Seguridad Privada como espacio de intercambio con el sector o la instauración del Día de la Seguridad Privada el 21 de mayo.
Pero por encima de toda esa impronta quedará la elaboración de la Ley de Seguridad Privada y el borrador de un nuevo reglamento. Esteban Gándara concibió, junto al coronel de la Guardia Civil César Álvarez la norma que regula actualmente el sector y sentó la base para su desarrollo. Esa labor conjunta entre los responsables de la seguridad privada de la Policía Nacional y la Guardia Civil supuso también la etapa más fructífera de colaboración y sintonía entre ambos cuerpos en la materia.
La etapa más brillante de Esteban Gándara
Antes de recalar en la UCSP, Esteban Gándara ocupó destino en diferentes unidades policiales y de investigación. Fue jefe del Servicio de Apoyo Técnico en la Comisaría General de Policía Judicial, jefe de la Brigada de Policía Judicial de Zaragoza, jefe de las comisarías de Fuenlabrada y Tetuán (Madrid) y vocal del Consejo Asesor de la Policía. En su última etapa ocupaba el cargo de jefe de la División Económica y Técnica de la Dirección General de la Policía. Pero probablemente ninguna habrá sido tan brillante como la que transcurrió durante su jefatura de la UCSP.
La sombra del comisario Esteban Gándara siempre será alargada para la seguridad privada. Él se ha ido, pero su impronta ha quedado marcada para siempre. Cuando se despidió del sector, de sus «amigos de la seguridad privada», lo hizo con estas palabras: «deber cumplido. Ahora toca acabar otra tarea que pronto empezaré. Desde ese nuevo lugar que ya me espera, hasta siempre. Gracias y adiós».
Así queremos recordarle desde Seguritecnia, como un hombre que cumplió su deber y al que estaremos eternamente agradecidos. Hasta siempre Esteban, hasta siempre amigo. DEP
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