La Jornada de Seguridad Privada en Cataluña volvió a celebrarse dos años después, en este caso por primera vez de manera mixta, tanto presencial como retransmitida vía streaming. El idílico Castillo de Castellet (Barcelona), perteneciente a la Fundación Abertis, permitió conocer la situación de la seguridad privada en Cataluña de la mano de sus actores principales. En esta comunidad autónoma el sector privado «es generador de seguridad» y «contribuye a que la población viva en un entorno seguro», tal como pronunció la directora general de Administración de Seguridad del Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña, Sonia Andolz, durante la inauguración.
A esa sensación de protección contribuyen los números recursos con los que cuenta la seguridad privada en Cataluña. Según los datos que proporcionó el subinspector Carles Castellano, subjefe del Área Central de Policía Administrativa de los Mossos d’Esquadra, allí están habilitados 226 departamentos de seguridad (entre entidades financieras, cadenas de distribución y logística, museo, hospitales, etc.) y operan 85 empresas de servicios, con un total de 15.294 vigilantes en activo. Cifras que han aumentado en los últimos años, incluso a pesar de la pandemia del coronavirus. Al comparar el número de vigilantes con los 17.889 efectivos de los Mossos d´Esquadra, Castellanos destacó la «necesidad de trabajar de manera coordinada».
Thaïs Xifreu, jefa del Servicio de Seguridad Privada del Departamento de Interior, complementó estos datos con los registros de empresas en los tres últimos años. Xifreu informó de que 2021 concluyó con 200 empresas de seguridad privada inscritas en Cataluña, una cifra que se mantiene «estable de media» en los últimos años.
Por tipos de empresa, el 80 por ciento del total están dedicadas a la instalación y el mantenimiento, mientras el resto son compañías de vigilancia y protección. «La tradición en Cataluña es que haya más empresas dedicadas a la instalación y el mantenimiento», apuntó la representante de la Generalitat.
Xifreu destacó que la pandemia tuvo un importante impacto con la caída de los servicios de seguridad en 2020, si bien actualmente se está recuperando. Aún así, esta actividad todavía está lejos de las cifras previas a la crisis del COVID-19.
Futuro de la seguridad
A partir de aquí, la jornada combinó temas específicos sobre la seguridad en la comunidad autónoma con otros generales de interés para el sector. Fue el caso de la mesa redonda titulada «El futuro de la seguridad privada», en la que participaron Francisco Martínez, representante de ACAES; Carles de la Fuente, delegado territorial de Seguridad Bancaria y Coordinación del Área corporativa de Seguridad e Inteligencia de Banco Santander; el intendente Antoni Milla, jefe del Área Central de Policía Administrativa de Mossos d’Esquadra; el comisario principal Manuel Yanguas, jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional; y el coronel Humberto Urruchi, coronel jefe del SEPROSE de la Guardia Civil; bajo la moderación de Eduard Zamora, presidente de ADSI.
Entre los diferentes asuntos que abordaron estos profesionales, destacó la importancia que adquiere la colaboración público-privada para proteger a la sociedad en su conjunto. Este aspecto será uno de los que marquen el futuro de la seguridad privada, con el objetivo de avanzar en la idea de complementariedad y de intercambio efectivo de información.
Ciberseguridad
El futuro también pasará a buen seguro por la adopción de medidas de ciberseguridad en todos los ámbitos posibles donde esté presente la tecnología. En ese sentido, la Jornada de Seguridad Privada en Cataluña acogió otra mesa redonda donde se puso en cuestión si la ciberseguridad es una asignatura pendiente para el sector de la seguridad privada. Participaron en ella Joan Pérez, integration & cybersecurity business development manager; Selva Orejón, experta en reputación e identidad digital; Ángel Pérez Beumala, CISO de Autopistas Abertis Company; y Ana Borredá, directora de Seguritecnia y vocal del Foro Nacional de Ciberseguridad. Moderó este encuentro la gerente de ACAES, Anna Aisa.
Como señaló Borredá, «actualmente la ciberseguridad no está en la hoja de ruta del ámbito de la Security«. En este contexto, parece imprescindible aumentar la concienciación y la formación en esta especialidad por parte de las empresas de seguridad privada. Aun con ello, ya existen iniciativas para mejorar esta situación por parte de asociaciones y otras entidades, así como de la Administración. Ejemplo de ello es el Foro Nacional de Ciberseguridad, compuesto por profesionales del ámbito público y privado, que promueve trabajos para promover iniciativas que favorezcan la mejora de la ciberseguridad en todos los ámbitos.
Seguridad compartida
La Jornada de Seguridad Privada en Cataluña acogió otros temas como la seguridad en la ciudad de Barcelona y el modelo de «seguridad compartida» por el que apuesta la Guardia Urbana de la Ciudad Condal. Los intendentes mayores Pedro Velázquez, jefe del cuerpo policial, y Juan José Vilanova, subjefe, explicaron algunos proyectos en los que colaboran activamente con la seguridad privada, como el uso de cámaras de videovigilancia de la Sagrada Familia.
Por otro lado, Anna Aisa y Ana Borredá presentaron conjuntamente el primer Informe Mujer y Seguridad del Observatorio Mujer y Seguridad, del que destacaron la brecha de género que existe aún en el sector de la seguridad y la falta de referentes femeninos.
Y Josep Baqués, doctor en Ciencias Políticas Universidad de Barcelona, pronunció una ponencia magistral sobre los cambios en el entorno geopolítico y los nuevos problemas de seguridad. En ella analizó la situación de guerra de Ucrania y otros conflictos que han perdido el foco mediático como los de Afganistán o Siria.
El broche al evento lo puso Carlos Prieto, subdelegado del Gobierno de España en Barcelona, que destacó la importancia de la seguridad privada como complemento de la pública.
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