En un mundo polarizado y crecientemente tenso en los últimos años, la pesadilla de una Tercera Guerra Mundial vuelve a ocupar un lugar destacado entre las preocupaciones de la población. No en vano es uno de los asuntos más tecleados en el buscador de Google.
Tercera Guerra Mundial: ¿es inevitable?
La Caída del Muro de Berlín en 1989 puso fin a la Guerra Fría, produciendo una oleada de alivio mundial al darse por terminada la amenaza nuclear. Pero esta noción de un mundo unificado, ya no dividido en dos bloques, apenas duró tres décadas. La relativa tranquilidad ante la conclusión de la Guerra Fría al final de la década de 1980 se ha evaporado, sustituida por una inquietud considerable en torno a a la invasión rusa de Ucrania y el enfrentamiento Israel-Palestina en Gaza.
En Europa abundan los expertos en Defensa que alertan sobre un ominoso futuro inminente, con guerras que involucrarán a China, Rusia, Corea del Norte e Irán en los próximos cinco años. Según esta teoría, estaríamos pasando de un mundo de posguerra a un mundo de preguerra.
Dada la magnitud de la violencia en varias zonas de conflicto —sobre todo Ucrania y Oriente Próximo— podría argumentarse que ya se está desarrollando una Tercera Guerra Mundial, a falta de una chispa que haga involucrarse a las potencias occidentales.
¿Todo esto implica que una escalada hacia una gran batalla global es inevitable? No, porque los conflictos que se desarrollan en varios puntos calientes (Ucrania, Oriente Próximo, Asia Pacífico) son disputas locales, puntuales y no interconectadas. Pero sí es más probable ahora que en cualquier otro momento desde el final de la última guerra mundial.
Polarización, conflictos e incertidumbre
El Viejo Continente vive con angustia diaria la cruel ofensiva a de la Rusia de Vladimir Putin contra Ucrania desde hace dos años y dos meses. Y lo mismo sucede desde el 7 de octubre de 2023 con la guerra entre Israel de Benjamín Netanyahu y los milicianos palestinos de las organizaciones terroristas de Hamás y la Yihad Islámica. El final de ambos conflictos parece lejano, como estamos comprobando con la escalada bélica entre Israel, Irán y Líbano. Ante este escenario de confrontación planetaria, la Unión Europea plantea su salvaguarda como un esfuerzo compartido entre los actuales países miembros. No en vano Ursula von der Leyen ya habla de Europa como un proyecto de seguridad, objetivo al que va a dedicar su segundo mandato al frente de la Comisión Europea.
En nuestros tiempos el mundo ya no está enfrentado en dos bandos opuestos como en tiempos del Muro de Berlín, sino en múltiples facciones hostiles con sus correspondientes ideologías identitarias, nacionalistas, étnicas y religiosas. Lejos de disminuir, el número de muros ha aumentado en la Tierra. En cuanto a nuestro futuro, conforme se multiplican las teorías, la incertidumbre aumenta. La Tercera Guerra Mundial ya no es un vaticinio que solo hacen los agoreros en las tertulias de madrugadas, sino una posibilidad cada vez más verosímil.
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