Usted se jubila tras 31 años en Dorlet. ¿Qué le ha aportado tanto en lo profesional como en lo personal esta larga trayectoria?
Feli Marquínez (F.M.): Yo venía del mundo tecnológico. Estudié formación profesional e Ingeniería Técnica en Electrónica y fui profesor de microprocesadores en el instituto de formación profesional Jesús Obrero (Vitoria-Gasteiz), entre otras actividades.
Posteriormente, cuando estaba de monitor en el centro de innovación y promoción empresarial Saiolan, apareció el proyecto de Dorlet. Me encantó y me apunté junto con los fundadores.
Dorlet me ha dado el prestigio. Gran parte de lo que soy se lo debo a esta experiencia. Es para mí como un hijo más.
Por tanto, quiero agradecer al equipo y a la empresa el apoyo incondicional que me han mostrado. Gracias a Dorlet he conocido a grandes personas, tanto clientes como proveedores, etc., que me han hecho estar agradecido por el gran trato que he recibido. Siempre he pensado que, en este mundo, la gran mayoría es gente buena.
¿Qué supone para la compañía la retirada de Feli Marquínez de la actividad profesional?
Aitor Goikoetxea (A.G.): Feli ha sido el líder que ha traccionado de Dorlet en su desarrollo como empresa. Él, junto con Ana Bengoetxea y Fernando Jarilla, convirtieron una start up en una compañía con referencias del máximo nivel a escala nacional. Por tanto, su retirada progresiva supone una pérdida importante por todo lo que representa tanto dentro como fuera de la organización.
A su vez, esto conlleva un reto importante para los que continuamos en el proyecto. Debemos ser capaces de gestionar los conocimientos y activos que heredamos de él y de seguir creciendo de manera sostenible como empresa y equipo.
Dorlet nació en 1988. ¿Cómo ha evolucionado la compañía a lo largo de todos estos años? ¿Con qué momentos se queda?
F.M.: Los comienzos fueron muy difíciles. Había ideas, pero a la hora de desarrollarlas no era tan fácil. Me atrevo a decir que en 1990 implantamos la frase “seguridad inteligente e integración”, lo que hoy se denomina PSIM [Physical Security Information Management].
Lo mismo ocurre a nivel de sistemas operativos: MS-DOS, Linux, Windows estaba empezando… Este precisamente fue un momento clave, ya que tomamos la decisión de ir con Windows y no con Linux. Sobra decir que fue la decisión más acertada.
Pero si me tengo que quedar con algún momento, destacaría dos especialmente. Como punto positivo, en 1992, la Torre Picasso nos abrió las puertas al mercado de la seguridad. Nos adjudicaron un proyecto importante del control de la torre y, gracias a ello, tuvimos la oportunidad de trabajar con empresas de renombre como Accenture, Canal+, etc.
Como contrapunto, me gustaría destacar el año 1993. Debido a la crisis de la Guerra del Golfo, tuvimos que someternos a un cambio de accionariado a causa de las deudas que se generaron por un proyecto que teníamos en las torres KIO. Lo positivo es que supimos reaccionar a tiempo y pudimos no solo sobrevivir, sino convertirnos en una de las empresas referentes en el control de accesos.
Asimismo, podemos presumir de haber superado año tras año los objetivos propuestos gracias al gran equipo humano que tenemos en Dorlet.
¿Qué mensaje daría a los profesionales que van a continuar su legado en la empresa? ¿Cuál es el principal consejo que les transmitiría?
F.M.: Tenemos que seguir siendo un referente nacional en control de accesos, además de convertirnos en un jugador importante a nivel internacional.
Estamos apostando, en este sentido, por posicionarnos en nichos de mercado que entendemos como prioritarios y donde aportamos más valor diferencial: las infraestructuras críticas.
Lo que siempre digo a mi gente es lo siguiente: “estáis en una empresa muy saludable, tanto a nivel financiero como técnico; no os miréis al ombligo. Los retos están fuera, no dentro de Dorlet”. El lema “renovarse o morir” lo tenemos siempre en la mente.
¿De qué forma han cambiado las tecnologías del control de accesos durante su trayectoria profesional? ¿Qué futuro le augura?
F.M.: Los sistemas de seguridad han evolucionado muchísimo durante todos estos años. Empezamos trabajando con sistemas de identificación con tarjetas de banda magnética, proximidad, etc. Hoy, en cambio, lo hacemos con parámetros biométricos insustituibles, así como con tarjetas inteligentes imposibles de copiar y que pueden transportar información. En Dorlet no utilizamos llaves. Entramos directamente con huella o con lectores de reconocimiento facial.
En aquella época, las comunicaciones (RTC, RS 485…) también andaban a pedales. Casi podías ver pasar los bits de lo lento que era aquel proceso. No son como las existentes hoy en día.
En cuanto a pasarelas de comunicación, gracias a la fibra óptica y a todo el entorno TCP/IP, Wmax, WiFi, etc., cualquier dispositivo de campo está online.
Y en referencia al futuro, con todo lo que aporta la tecnología, y siempre poniéndola al servicio de la funcionalidad operativa en la toma de decisiones, se prevén grandes avances en analítica de datos y vídeo (ciberseguridad, Big Data, etc.) aplicados a los controles de accesos e integración de sistemas.
También habrá mejoras en los sistemas cloud, en las credenciales en dispositivos móviles… Además de en la usabilidad y en la integración de diferentes plataformas de comunicación para permitir de manera remota la gestión, la puesta en marcha, el mantenimiento y la actualización de instalaciones.
Y respecto al futuro, ¿qué tecnologías marcarán, desde su punto de vista, el devenir de los controles de accesos en los sectores en los que Dorlet está presente?
A.G.: Existen unas tendencias globales que van a marcar el futuro de los controles de accesos: la utilización del móvil como herramienta universal, las plataformas cloud y unas mayores exigencias en seguridad/ciberseguridad harán que los controles de acceso y los sistemas de seguridad se tengan que adaptar a las nuevas necesidades en el sector de la Seguridad.
Con la llegada del móvil y de las nuevas tecnologías, el principal problema es la seguridad. Llevamos tiempo realizando auditorías deciberseguridad, tanto internas como externas, a todos nuestros productos software y hardware. Hacer un buen análisis de vulnerabilidades y llevar a cabo acciones de mejora, junto con una elaboración detallada de un plan de contingencia, es clave en este sentido.
Nuestros esfuerzos están enfocados, por consiguiente, en hacer de Dorlet un sinónimo de seguridad.
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