Seguritecnia 337

EMPRESAS Y EMPRESARIOS 70 SEGURITECNIA Enero 2008 beríamos reflexionar sobre las causas de la caren- cia de mano de obra en el sector, preguntarnos por qué miles de españoles con título de vigilante de seguridad no trabajan como tales pese a la de- manda creciente que tiene la sociedad de los servi- cios de seguridad privada y, por tanto, la demanda que las empresas tenemos de vigilantes de seguri- dad habilitados. Quizá este conf licto sea una oportunidad que no debamos dejar escapar para reorientar el sec- tor, y conseguir una dignificación de las empresas como entidades comerciales prestatarias de servi- cios, en este caso de seguridad, y conseguir digni- ficar la profesión del trabajador de seguridad pri- vada. Queramos o no, el futuro pasa por empresas éticas en sus prácticas empresariales y por trabaja- dores debidamente formados y remunerados. -¿Cree necesaria la reforma de la Ley 32/92 de seguridad privada? Sin ninguna duda, tras 15 años de la Ley, la rea- lidad social y de nuestro país ha variado sustan- cialmente. En el día a día, las empresas tenemos que afrontar las exigencias de la demanda del mer- cado y acomodarnos a ellas. Todos percibimos un excesivo rigorismo, un exceso reglamentario, que afecta a los cursos de reciclaje, a las funciones que pueden o no desarrollar los vigilantes, a las que debe o no realizar la empresa, a la uniformidad, etc., y todo esto genera incertidumbres y, lo que es peor, estimula la imaginación de los que tra- tan de bordear la Ley. Cierto es que todos los que trabajamos en este sector entendemos que debe ser una actividad re- glada y reglamentada, pero quizá es el tiempo de acomodar la Ley a la realidad de 2008, eliminar rigorismos que encorsetan a las empresas y evi- tar contratiempos innecesarios. Respecto al cumplimiento de la Ley de Igual- dad, tratamos de ser una empresa pionera en este apartado, y para ello estamos trabajando en el análisis de la realidad, en el diseño de las bue- nas prácticas empresariales (f lexibilidad de hora- rios, del tiempo de trabajo, licencias retribuidas, excedencias, etc.), a fin de no sólo cumplir con las exigencias de la citada norma sino, además, implementar unas prácticas empresariales que no sólo hagan compatible la vida familiar y la- boral, con la relevancia que ello tiene, sino tam- bién, y especialmente, que consigan compatibili- zar la vida personal y laboral de todos los hom- bres y mujeres que trabajamos en Prosetecnisa. Queremos hablar de empleados y trabajo, no nos queremos limitar al diálogo de mujeres y tra- bajo. Ese debate, a Dios gracias, lo tenemos supe- rado, pues tres de nuestros puestos de delegados lo ejercen mujeres y esto en el sector de seguri- dad privada es algo peculiar. Varias mujeres ocu- pan puestos de dirección en la empresa. Y tam- poco nos queremos limitar al diálogo que conci- lie el ser padres/madres con el trabajo: queremos ser más ambiciosos y en ello llevamos trabajando unos meses. “El peor momento tiene nombre de pasado y, en todo caso, es sólo eso, pasado, olvidado porque somos una empresa de futuro”

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