Seguritecnia 337

Artículo Técnico 86 SEGURITECNIA Enero 2008 D esde los acontecimientos de World Trade Center de New York tanto los profesionales de la avia- ción comercial como los pasajeros hemos coope- rado con las medidas de seguridad que se tomaron al res- pecto aun en los casos en que estas regulaciones han sido mal enfocadas. Pero el hecho es que han pasado cinco años desde que ocurrieron aquellos trágicos acontecimientos y muchas personas pensamos que ha pasado tiempo suficiente para hacer balance y reestructurar el sistema para con- seguir que los recursos empleados se enfoquen de forma más inteligente para la prevención de futuros ataques te- rroristas en la aviación civil. El sistema actual considera al 100% de las personas como terroristas potenciales propiciando un tremendo desperdicio de recursos, utilizando mucho tiempo para su desarrollo, lo que va en contra de la rapidez deseada en el sector aéreo comercial. En el apartado del personal de los aeropuertos e in- cluso de los pilotos, en lugar de tratarles como parte del equipo de seguridad se les trata como si fuesen una parte del problema, llegando al caso aberrante del personal de vuelo a los que se inspecciona con más profundidad que a los pasajeros dado que son los más fáciles de escanear y son los que menos problemas presentan, con lo que se llega a situaciones no solo inefectivas e ineficientes sino demenciales e insultantes. El actual sistema de escaneado no solo ignora la credi- bilidad y confianza de muchas de las personas que pasan por allí sino que se concentran casi exclusivamente en la búsqueda de objetos. Hasta que el sistema no se enfoque principalmente hacia el estudio de las personas en lugar de a la búsqueda de armas convencionales, seremos más vulnerables a potenciales secuestros y ataques. Por desgracia es una realidad el hecho de que terroris- tas bien entrenados no necesitan armas para perpetrar crímenes a bordo de los aviones comerciales. Desde el principio, el principal objetivo de los puntos de control con escáner ha sido buscar objetos con los que se pudiese amenazar la seguridad de aviones, pasajeros y tripulantes, por consiguiente, desde el 11/S se han cen- trado la inmensa mayoría de los recursos en buscar obje- tos tales como: pequeñas herramientas, limas y tijeras de manicura, pequeñas navajas, agujas de tricotar y, más re- cientemente, encendedores de cigarrillos y líquidos tales como: pasta de dientes, champú y gel de baño. Como incongruencia, valga el caso de impedir a los pi- lotos pequeñas herramientas a bordo cuando disponen en la cabina de “patas de cabra” y hachas, entre otros ob- jetos de similar tamaño y contundencia. El proceso de búsqueda de dichos objetos se traduce en largas colas de pasajeros para pasar los controles, retrasos, perdidas de objetos apreciados, pasajeros molestos, etc. Si analizamos las importantes cantidades de objetos incautados, desafortunadamente no hay una interrela- ción lógica entre dichos objetos y el número de secues- tros o ataques que han podido ser frustrados, porque salvo poquísimas excepciones los individuos portadores de dichos objetos no tenían intenciones hostiles. “Quo Vadis, Aviación Comercial?” Piloto de Transportes de Líneas Aéreas Director de Seguridad Privada José M. Rubio

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