Seguritecnia 350
CARTA AL DIRECTOR 33 SEGURITECNIA SUPLEMENTO Marzo 2009 Llevaba tiempo rondándome la idea de escribir unas líneas que sirvieran para des- tacar todas esas “cosas”que, ante un perio- dista, tenemos que callar. Caí en la cuenta de que hay formas elegantes de decir la verdad sin herir al que pueda sentirse aludido, pero creo que debo esto a mu- chos compañeros que han quedado por el camino y que fruto de la desesperación o el acoso, tuvieron que dejar de ejercer la ingrata pero preciosa labor de proteger la vida de otro. También se lo debo a los que continúan al pie del cañón, y día a día, salen a las calles del País Vasco o Navarra para, de la mejor manera posible, realizar su trabajo. Llevo muchos años en seguridad priva- da, 22 exactamente, de forma ininterrum- pida, pero son los últimos, más de 7, los que llevo de escolta, los que me cambia- ron la vida. Ni las renuncias, ni el sentir- me odiado y amenazado me suponen ningún trauma. Me gusta mi profesión y creo que hemos ganado un espacio im- portante en esta sociedad tan “voluble”, contribuyendo con ello a frenar esta bar- barie sin sentido. Cierto es que hay gente dispuesta a vendernos a la mínima ocasión, decididos a pactar con los que les quieren matar, y por ende a nosotros, con aquéllos que llenaron las calles de España de regueros de sangre, en virtud de una Euskalerria libre. Aquellos que no dudan en matar a todo ser vivo que se oponga a su idea de libertad. Pero el consuelo es saber que nosotros trabajamos aún a riesgo de nuestra vida para que algunos puedan ex- presar las ideas que en muchas ocasiones no coinciden con las nuestras personales. Ésta es la grandeza de nuestro servicio a la sociedad. Es curioso asistir al espectáculo de la desinformación cada vez que hay un aten- tado. Los políticos claman y piden la paz, la prensa reconoce a los Cuerpos y Fuer- zas de Seguridad del Estado su sacrificio, cosa que no veo fuera de lugar pues es de ley reconocerlo, pero y los ¿escoltas?, ¿no existen?. Son escasos los medios que otorgan la importancia vital del ahogo de la banda que nuestra labor ejerce. “Una banda terrorista que se queda sin objeti- vos factibles pierde la fuerza de coacción que ejercería sin la protección”. Difícil profesión Los hechos nos dan la razón. Nuestra pro- fesionalidad es muchas veces cuestionada, incluso por los que deberían apoyarnos y dotarnos de medios suficientes, tanto para la seguridad de los protegidos, como para la nuestra propia. El resultado es que aquéllos que llevan protección se convier- ten en objetivos menos apetitosos para la sed de sangre de los asesinos, desistiendo y buscando objetivos más fáciles, aquéllos que prescinden o que carecen de escolta. Pero es cierto que, pese a la gran labor que Ases intenta realizar y que va dando resultados, sería más importante y fructí- fera si todos tomáramos conciencia de la importancia de los tiempos que estamos viviendo, y no hablo de pedir, sino de demostrar que se nos deben cosas, entre otras, el respeto. No es de recibo dejarnos pisotear en cuanto hay un episodio de mala operativa, y que sólo sea la voz de Ases la que defienda al colectivo. Muchos son los tertulianos que están deseando que se produzca uno de estos episodios para cargar contra todo el colectivo. Esto, amigo mío, dice mucho de la gran labor La labor no reconocida de los escoltas “Nuestra profesionalidad es muchas veces cuestionada, incluso por los que deberían apoyarnos y dotarnos de medios suficientes” Luis M. Mariscal Coordinador General de Ases. País Vasco que estamos realizando. Cuando a de- terminados personajes les molesta tanto nuestra presencia es que estamos hacien- do las cosas mejor cada día, y que sólo los hechos puntuales, que deben ser corre- gidos con una mejor formación, son des- tacables para aquellos que desearían no verse dificultados en la labor de amedren- tar, asustar o asesinar a los que no piensan como ellos, molestando sobremanera a los portavoces que, por miedo o afinidad de ideas, nos tachan de “pistoleros”, “ma- tones”, etc. Sé que acabaremos ganando, que Es- paña, pese a las ideas infantiloides de algunos y los deseos ocultos de afinidad de otros, saldrá victoriosa, que los asesi- nos terminarán en la cárcel. Y la paz, pero la de verdad, será real, y este escenario tendrá vencedores y vencidos. Y sé que en el primer grupo estaremos los escoltas, no lo dudo ni un momento. Lo contrario sería ofender la memoria de las víctimas, el trabajo de todos mis compañeros, y la esperanza de todo un país.
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