Seguritecnia 351
Empresa 109 SEGURITECNIA Abril 2009 Refugiado en el anonimato, un escolta que sirve en Pamplona se queja: «Todo lo que uno necesita, como un chaleco antibalas o una formación, te lo debes buscar tú mismo. En España no hay suficientes medios para hacer nuestro trabajo». Al norte de donde entrenan está la frontera con el Lí- bano. En el sur de este país estaba hace unos meses un legionario miembro del dispositivo de Naciones Unidas que comenta a este diario: «Es irónico que en pocas se- manas haya estado en los dos lugares. Allí patrullaba con las tropas libanesas y aquí disparando con los israelíes. Estoy en Israel porque saben instruir a agentes de seguri- dad. No entro en política». No sólo los españoles disparan. Agentes de todo el mundo se cruzan en los caminos rodeados por rocas y montañas. Como el mexicano Julio Cesar Betancourt, subdirector policial estatal de Nayait. «En esta profe- sión hay que aprender constantemente», concluye. El negocio de la exportación de Guardian Spain a Es- paña (incluyendo chalecos antibalas y medios técnicos) se calcula en más de dos millones de dólares. «El terrorismo en España tiene métodos diferentes, pero a fin de cuentas la cuestión es preparar al agente», dice su director, Ariel Mazoz, que vive en el puente aéreo Madrid-Tel Aviv. Sal Emergui. Especial para EL MUNDO El alicantino Mario Izquierdo, escolta en Sudamé- rica, desea crear una escuela de seguridad en España. «Si quieres llegar al más alto nivel, tienes que entre- narte con los mejores. Israelíes, estadounidenses y ru- sos lo son. Aprendemos técnicas que te ayudan en los momentos críticos. Además, aquí los instructores ha- blan español. Es fundamental porque somos un pue- blo que no se caracteriza por el dominio del inglés», afirma. Mucho más joven pero igual de motivado está Ro- ger, un catalán de 23 años que trabaja en la seguridad del Metro de Barcelona. En pocos meses será escolta en el País Vasco. No tiene miedo. «He estado ahorrando en el último año, trabajando en tres lugares para po- der pagarme este curso. Son 3.800 euros por dos sema- nas, pero es imposible conseguir esta formación en Bar- celona. Por ejemplo, en disparos y movimientos de es- colta», comenta mientras espera su turno para pegar tiros. La primera semana del curso se centra en el perfec- cionamiento de tiro, con diferentes armas y en combate cuerpo a cuerpo. «Hay que conocer al detalle cómo funcionan todas las armas, ya sean pistolas o fusiles. Muchas veces el agente se apodera de la que lleva el te- rrorista y debe saber usarla», comenta Mazoz. La segunda etapa está orientada a técnicas defensivas y ofensivas, seguimiento, métodos de protección, de día y de noche. Roger confiesa que, «profesionalmente, el diploma me abre muchas puertas». Se abren en España y aquí se rompen en un edificio abandonado, escenario de un simulacro. Cuatro fran- cotiradores rodean la casa y otros cuatro irrumpen en busca del objetivo. Un ejercicio con fuego real. Como en el oeste, aprenden a desenfundar lo más rápido po- sible. «Intentamos que tarden el mismo tiempo que apuntando a una persona con el dedo. En un segundo y medio deben disparar. Los asesinatos, como por ejem- plo el del primer ministro Rabin, apenas duran cuatro o cinco segundos», dicen. Cinco empresas israelíes organizan cursos de instru- cción para agentes de todo el mundo. Aunque son actividades privadas, el Ministerio de Defensa super- visa que los instructores no revelen secretos del ma- nual de actuación del Tsáhal (Ejército). Los responsables de estos cursos ganan un buen dinero, pero son migajas en comparación con los mi- llones de dólares que reciben las compañías de ase- soramiento en el exterior. Asesoría y ayuda militar, ya sea a gobiernos o instituciones. Muchos se mantie- nen en el anonimato. Otros menos, como Georgia, que abrió sus puertas a la industria militar israelí. Igualmente, el ex general Israel Ziv lideró a decenas de ex soldados y agentes del Mossad que ayudaron al Gobierno colombiano en su lucha contra las Farc. «No soy un mercenario. Lo que hacemos es absoluta- mente legal. Firmamos contratos y, a cambio, aporta- mos nuestros conocimientos y ayuda», asegura. L a seguridad , un negocio rentable “Se hacen ejercicios con fuego real. El objetivo es desenfundar en el menor tiempo posible”
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