Seguritecnia 351
30 SEGURITECNIA Abril 2009 Centrales Receptoras de Alarmas ción; otros directamente se erigen como “verdaderos gu- rús” en lo que a verificación se refiere y se ponen ellos solitos las medallas. Lo cierto es que estamos ante el peor problema que las compañías de seguridad electrónica y centrales recepto- ras pueden tener. No se está actuando con la rapidez, se- riedad y compromiso que deberíamos todos. España no es diferente No pensemos que España, en este caso también, “is di- fferent” (“es diferente”). Estamos ante un problema glo- bal que afecta a todos los países de nuestro entorno. En el resto de países, como aquí, las empresas de seguridad juegan un papel importante en la sociedad del bienes- tar, pero con algunas diferencias. En países como EEUU existen desde hace tiempo asociaciones que han enten- dido el problema que supone para el sector las falsas alarmas, y se han marcado como objetivo primordial re- ducirlas al máximo. Han sido capaces de darse cuenta de que para el sector “el cuento del lobo” no puede traer nada bueno para nadie. Aunque parezca demasiado obvio, el simple hecho de reconocer que existe el problema les va ayudar a solucionarlo de manera más rápida y eficaz. Es como el enfermo que reconoce su propia enfermedad. Han conseguido sentar a trabajar a todas las partes implicadas, poniendo sobre la mesa la problemática existente y teniendo como obje- tivo llegar a soluciones de compromiso con- junto. En su haber tienen anotado el tanto de haber incorporado al usuario final del sistema de alarma a sus equipos de trabajo, haciéndole participe del problema y la solución. Ni que decir tiene que han acertado de pleno. Por el contrario, lo que sucede en España cuando se reúnen los principales actores del sector es que las empresas se observan con N umerosos son los productos que, práctica- mente cada mes, van apareciendo en el mer- cado de la seguridad electrónica, y que hacen muy complicado estar al día en las últimas tendencias si hablamos de tecnología aplicada: sistemas CCTV de ul- timísima generación, detectores a los que sólo les falta- ría hablar, barreras perimetrales, IP y un largo etcétera. Pero, hagamos una reflexión: ¿cuántos de estos sistemas se implementan realmente en el mercado para conseguir un fin que debería ser prioritario para todas las empresas del sector de la seguridad electrónica: erradicar las falsas alarmas y, por consiguiente, aumentar la fiabilidad de las Centrales Receptoras de Alarmas (CRA)? Como dice el refrán, “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Qué difícil es reconocer que quizá no se estén ha- ciendo las cosas todo lo bien que se debiera y,, sin em- bargo echar la culpa al empedrado; que si el Reglamento de Seguridad Privada (RSP), que si las sanciones asfixian a las compañías económicamente…, pero ¿cuánto tiempo han tenido las empresas de seguridad para ir haciendo sus deberes y cumplir con el RSP? O peor aún, ¿cuán- tas empresas están preocupándose por cumplir íntegra- mente con la legislación vigente? O dicho de otro modo, ¿cuántas compañías están anteponiendo sus intereses económicos al fin primordial que toda compañía de se- guridad debería tener, proteger a sus clientes y sus bienes de manera fiable y segura? Muchas son las personas que sobre este tema han opi- nado, opinan y con seguridad seguirán opinando. Algu- nos señalan al RSP como principal causa de esta situa- Falsas Alarmas, un problema de todos Miguel Ángel Gutiérrez ∕ Director de Prestación de Servicios de Prosegur Activa “El sector debe ir ganando la credibilidad que le corresponde, tanto de cara a sus clientes como ante las Fuerzas de Seguridad”
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