Seguritecnia 353
Opinión SEGURITECNIA Especial Mayo 2009 47 ▪ ¿Por qué los organismos públi- cos competentes no otorgan la condición de agente de la auto- ridad a los profesionales de la Se- guridad Privada durante el ejerci- cio de sus funciones? ▪ ¿Cómo solucionar la dicotomía del sueldo de los profesionales de la seguridad, que para alcan- zar una remuneración digna han de trabajar muchas horas? ▪ ¿Sería necesario establecer una especialización obligatoria de los profesionales de la Seguridad Privada según los cometidos a desempeñar? En caso afirmativo, ¿cuáles deberían ser estas espe- cialidades? ▪ ¿La formación de la Seguridad Privada, o alguna de sus posibles especialidades, debería ser impartida en los centros de formación de la Seguridad Pública? ▪ ¿Cómo establecer los canales de colaboración entre los directores y jefes de seguridad y los expertos tec- nológicos para desarrollar proyectos de I+D+i? Y todo ello, sin olvidar otras preguntas sobre cuál ha de ser el impacto de la Seguridad Privada para solventar los retos de una sociedad del siglo XXI. Para finalizar, y llegado ya el momento de cerrar el grifo que abrimos hace apenas unos párrafos, quiero dejar constancia de un doble agradecimiento. En primer lugar a los compañeros -y lectores- del sector de la Seguridad. Gracias a ellos avanzamos día a día fomentando un deter- minado concepto de mentalidad profesional. Por último, doy las gracias a SEGURITECNIA por su honradez profesio- nal y por no desfallecer en su lucha para difundir nuevas perspectivas sobre este mundo tan apasionante de la se- guridad. ¿Cómo se puede favorecer para que prevalezcan los inte- reses comunes frente a los divergentes? A nadie se le es- capa que esa tendencia sería la más positiva para todos los agentes del sector y, por ende, para el mismo sector. Por ejemplo, en mi ámbito profesional, el patrimonio cultural, es muy importante que ambas partes entiendan la complejidad de conjugar las necesidades del cliente y la empresa. Por parte del cliente es necesario que sea consciente de que la partida presupuestaria asignada para la Seguridad Privada es un coste necesario y no un gasto. Este enfoque repercutirá en la calidad del servicio solicitado en diferen- tes ámbitos: adecuación de los perfiles a las funciones a desempeñar, alto nivel de profesionalización, implemen- tación de tecnología adecuada, formación específica del puesto, etcétera. Por contrapartida, la empresa ha de en- tender que debe asumir la responsabilidad de alcanzar las más altas cotas de calidad en el servicio para garantizar la protección y prevención de las personas y los bienes. Aunque pueda parecer contradictorio, es en momentos de crisis –como el actual- cuando se debe apostar por ga- rantizar, aún más, el concepto de seguridad. Y ambas par- tes –empresa y cliente- han de ser copartícipes en la crea- ción de nuevas maneras de entender las relaciones con- tractuales. Siguiendo en la misma línea, debemos conjugar, de una vez por todas, verbos claros, eficaces, rotundos, con el ob- jetivo de dar respuesta a los retos actuales, bajo una pre- misa: que todos los agentes implicados sumen. En el aire Para finalizar, quisiera exponer una serie de cuestiones que dejo en el aire para invitar a la reflexión: “¿Está reñida la rentabilidad empresarial con la eficacia y la eficiencia en los ámbitos profesional y pedagógico del sector?”
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