Seguritecnia 356

carta del editor JOSÉ RAMÓN BORREDÁ SEGURITECNIA Septiembre 2009 Un precio que no se puede pagar... H e de confesarles a ustedes que de los efectos del fuego no me gusta hablar... Ni siquiera cuando de sus con- secuencias se obtiene algún beneficio. Y miren por donde, en este número me veo obligado a ello por va- rios motivos: primero, porque publicamos un “Especial SCI2009” con el desarrollo pormenorizado de sus dos jornadas y por las conclusiones de las mismas, sin duda de enorme interés para todos cuantos, directa o indirec- tamente, hacen suyos los retos de la prevención y la lucha contra el fuego. Segundo, porque a pocas fechas de finalizar la temporada estival, me gustaría escribir sobre los buenos efectos de las vacaciones en los cuatro puntos cardinales de nuestro país y no de la desolación de los montes arrasados en España, de la alarma social causada por el fuego en no pocas urbanizaciones y otros núcleos de población que ha habido que evacuar, y sobre todo de las víctimas mortales y de las miles y miles de hectáreas calcinadas a lo largo y ancho de nuestra geografía. ¡Qué le vamos a hacer! dicen algunos, ¿qué vamos a hacer? me pregunto yo, para que nunca más se vuelvan a batir récords tan letales como los de este año en este trágico balance anual de los incendios forestales. Hay más parques de bom- beros y mejores medios humanos y técnicos, se dispone del más avanzado mate- rial rodante y aéreo, se ha mejorado en la formación de las brigadas forestales pero, ¿hasta dónde se ha avanzado en coordinación en las tareas de extinción y en el ín- dice de respuesta operativa de los bomberos en las Comunidades Autónomas ante los incendios forestales? Si bien es verdad que en este año del Señor la climatología ha sido la causa prin- cipal de tanto fuego, también lo es que una buena parte de ellos han sido provoca- dos, unos por pirómanos mentales, otros por pirómanos profesionales y el resto por descuidos temerarios, y sus efectos están ahí: mueren nuestros bomberos, mueren nuestros bosques, muere nuestra tierra y la consecuencia es que España está pagando un altísimo precio que no puede soportar... Termina el verano y deseando cerrar la trágica lista de vidas perdidas y hectáreas quemadas, rendimos homenaje a todos los profesionales de la extinción de incen- dios y a cuantos voluntarios ayudaron a conseguirlo, lamentando profundamente la tragedia en pérdidas humanas y la desolación en muchos de nuestros bosques a causa de los numerosos fuegos esti- vales que ha habido que combatir. Ojalá en el futuro no tengamos que lamentar tanta desgracia y con el concurso de todos: autoridades, profesionales de la prevención y de la extinción y la solidaridad de los ciudadanos de a pie, seamos capaces de preservar nuestra flora y fauna sin pagar tan alto precio. Con esa esperanza y con mis mejores deseos de que sus merecidas vacaciones no se hayan visto perturbadas por ningún incendio y reiterándoles mi incomodidad al hablar de los efectos del fuego, y sobre todo de sus efectos letales, les confirmo mi mejor actitud hacia todo cuanto sirve para prevenirlo, como queda patente en la amplia muestra de iniciativas, novedades y nuevas tecnologías que en este número aportan los expertos en incendios para combatir tan importante e indeseada lacra social y medioambiental. 7 “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) “Rendimos homenaje a todos los profesionales de la extinción de incendios y a cuantos voluntarios les ayudaron”

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