Seguritecnia 378

7 SEGURITECNIA Septiembre 2011 EDITORIAL “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) L a capacidad de España para acoger grandes acontecimientos con garantías de seguridad se puso de manifiesto nue- vamente con la reciente celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El Papa Benedicto XVI visitaba nues- tro país por tercera vez, en esta ocasión para reunirse con los cerca de dos millones de jóvenes que, según la organi- zación de los actos, participaron en este encuentro católico. Con la llegada del Pontífice, Madrid se situó en el centro de aten- ción de todo el planeta, convirtiéndose por extensión en un escaparate de la competencia de las instituciones españolas para minimizar los riesgos en situaciones de tal envergadura. El dispositivo de seguridad desplegado para la ocasión exigía un esfuerzo mayúsculo de recursos y coordinación por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que quedó refrendado de inicio con el número de efectivos destinados por las admi- nistraciones central, autonómica y municipal. En total, cerca de 10.000 agentes pertenecientes al Cuerpo Nacional de Policía (casi 5.000), Guardia Civil (algo más de 1.000) y Policía Municipal (unos 4.000) ejercieron una labor fundamental en las ca- lles para solventar los eventuales incidentes. Asimismo, los más de 2.000 profesiona- les dispuestos por Protección Civil y el Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate de Madrid (SAMUR) jugaron un papel esencial al atender a más de 3.000 personas en los puestos médicos avanzados instalados en los puntos neurálgicos de la JMJ. A esto hay que añadir la labor desempeñada también por el Ejército y el Cen- tro Nacional de Inteligencia antes y durante la visita de Benedicto XVI. Con todo este despliegue, fue imposible, no obstante, evitar algunos incidentes que respondían más bien a la convulsa situación social que se vive en el país que a una amenaza real de peligro. La intervención policial fue necesaria para evitar un enfren- tamiento entre ‘peregrinos’ y manifestantes contrarios a la visita del Papa, así como para la detención de un joven católico mexicano de 24 años que publicó en varias re- des sociales su supuesta intención de atentar contra estos últimos. Ambos casos re- flejan la competencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para hacer frente a las eventualidades que surgen en congregaciones tan multitudinarias como el JMJ. Por ello, la polémica suscitada en torno al primero de estos sucesos (justificada si aten- demos a alguno de los episodios que se han producido) no debería cuestionar un ápice la profesionalidad de los miembros de las instituciones policiales ni su compro- miso con la protección de la sociedad, tantas veces demostrado. Por todo lo acontecido, la JMJ celebrada en Madrid quedará en la memoria colectiva de la sociedad. Desde un punto de vista neutral, dejando al margen afinidades políticas o convicciones confesionales, la dimensión de esta multitudinaria re- unión es igual a la de otros grandes acontecimientos –ya sean sociales, políticos o religiosos– que han marcado nuestro país en los últimos años. Los ciudadanos españoles pueden estar satisfechos de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como otras instituciones y organismos que participaron en este evento, ofrezcan garantías y estén a la altura de cual- quier circunstancia. S Estar a la altura “La visita del Papa a Madrid sirvió de escaparate al mundo de la competencia de las instituciones españolas para garantizar la seguridad en los acontecimientos de gran envergadura”

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