Seguritecnia 379

110 SEGURITECNIA Octubre 2011 Seguridad en Museos y Patrimonio Histórico Retablo de la Seguridad M e gustaría dar las gracias al pr inci - pio de este artículo a los grandes profesionales del mundo de la Seguridad y, en concreto, en el ámbito del pa- trimonio histórico, tanto privado (entidades financieras, eclesiásti- cas, fundaciones, etc.) como pú- blico (museos y archivos). Nom- bres tan distinguidos como son Ángel Martín, Jesús Alcantarilla, Francisco de la Fuente, Manuel Bayo, Pablo Fernández, Bruno Itxaso, Fernando Ordorica, Joan Josep Pintado, Jesús Rico, An- drés Martín y muchos más que han sido impulsores de esta es- pecialidad desde hace años. Han resultado muy enrique- cedoras todas las horas, prue- bas, ensayos, reuniones, etc. que he empleado en estos años en pro de la protección contra in- cendios del patrimonio histó- rico. Primero individualmente, para más tarde unir conocimientos y esfuerzos con la Asociación para la Protección de Bienes de Interés Cul- tural (APROBIC) y actualmente con la Asociación para la Seguridad del Patri- monio Histórico (PROTECTURI), a la que tengo el honor de pertenecer. En cualquier lugar e instalación, en la protección contra incendios (PCI) prima la seguridad de los seres humanos. Nos hemos dotado para ello de numerosas normativas y reglamentos (Código Téc- nico de la Edificación, Reglamento de Instalaciones de Protección contra In- cendios, Ordenanzas Municipales, de material y equipos, UNE EN, CE, etc.) que así lo contemplan, pero carecemos de una normativa integral para el patrimo- nio histórico. Y la necesita, por sus ca- racterísticas especiales inherentes al ob- jeto a proteger en sus etapas de trans- porte, conservación, almacenamiento, restauración, evacuación, etc. En otras palabras, no es aplicable una norma generalista como actualmente ocurre. En PCI hay diferentes ideas y concepciones de la seguridad, sobre todo en extinción (gases, agua nebuli- zada, polvo…). En este campo, y como diría una gran autoridad en el mundo de la restauración, “es preferible limpiar a restaurar”. Todos en conjunto debemos ser conscientes de la vital importancia de proteger las obras -es una responsa- bilidad no solo técnica sino humana-, para dejar a las futuras generaciones nuestro legado histórico y artístico por su carácter irremplazable. Por ejemplo, en protección pa- siva debemos tener los alma- cenes, archivos, etc. lo sufi- cientemente protegidos para que, en caso de incendio, tengamos la absoluta con- fianza de que están a buen recaudo de la temperatura, humedad y demás factores negativos que perjudican los fondos. En los planes de autopro- tección y formación de los equipos de intervención para evacuación de obras, tene- mos que ser conscientes de las prioridades de evacuación. Una estrategia que debe mar- car la dirección, pero siempre en connivencia con los con- servadores, bibliotecarios, ar- chiveros, restauradores, etc. El tiempo de reacción es escaso, la emergencia máxima y las de- cisiones se tienen que adoptar sin titubeos ni dilación. El Ministerio de Cultura está traba- jando en guías para pautar planes de autoprotección de colecciones. Es el camino correcto, pero siempre im- plantándolo de la mano de quienes conocen mejor los recintos, de quie- nes “sufren” día a día los quehaceres de la seguridad: los directores de Se- guridad y su equipo. En este sentido, quiero transmitir, como profesional de la protección contra incendios y como miembro de PROTECTURI, nuestro es- píritu abierto y colaborador en todas las acciones formativas y de confec- ción de normas y reglamentos, a to- dos los niveles, para que juntos con- servemos y atesoremos nuestro patri- monio histórico. S Antonio Tortosa / Consejero delegado de CDAF Protección contra incendios en el ámbito del patrimonio histórico En cualquier lugar o instalación, en protección contra in- cendios prima la seguridad de los seres humanos.

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