Seguritecnia 379

26 SEGURITECNIA Octubre 2011 Seguridad en Museos y Patrimonio Histórico mios más proclives a lo ajeno… pues igual que sucede en otros ámbitos. Hay autores serios en el mundo del arte que están de acuerdo con esto. Creo que muchas veces el robo se produce por la oportunidad. Lo que sí veo es que la preocupa- ción por la defensa del patrimonio ha ido in crescendo en los últimos años. - ¿Cómo evalúa la labor de las em- presas de Seguridad Privada en las actividades relacionadas con la pro- tección de obras de arte, por ejem- plo en el transporte de éstas? Esa es una cuestión de la que nosotros no nos ocupamos. Por ejemplo, en los movimientos de obras de arte nos dan cuenta; pero toda esa protección la lleva la Comisaría General de Segu- ridad Ciudadana. Nos dan la informa- ción por deferencia, porque en rea- lidad ya hay una Unidad propia para ese tipo de eventos. - ¿Considera que la normativa que existe en torno a la protección del patrimonio histórico se ajusta a las necesidades actuales de quienes lu- chan contra la delincuencia especia- lizada en estos delitos? Trabajamos con una legislación que no es muy contundente. El delito de expolio arqueológico no está perfec- tamente definido, las penas no son muy graves, los medios para la investi- gación en ocasiones no se pueden uti- lizar... La investigación es compleja. Se hizo un capítulo en el Código Pe- nal en el que se tipificaron mal los de- litos contra el patrimonio. No solo se habla de ellos en ese capítulo, donde hay cuatro figuras delictivas nada más, sino que están dispersos por el Có- digo. Es un tema en el que se requiere un poco más de especialización y sen- sibilidad. En el caso de la falsi f icación de obras de arte, no hay tipificado un de- lito de esta clase propiamente dicho. Se trata de un delito contra la propie- dad intelectual, e imputar a alguien por atentar contra la propiedad inte- lectual es difícil. S recientemente el del Códice Calixtino, que tiene sus peculiaridades. Ahora la seguridad se ha incremen- tado muchísimo. Es casi impensable un robo en el Museo del Prado o en el Thyssen. La preocupación por la segu- ridad es extraordinaria. Aquí no hemos tenido sobresaltos de ese tipo, pero en Europa Central, de vez en cuando, sí que hay algún susto. - Por lo general, ¿cuáles son las moti- vaciones por las que se roban obras de arte? ¿Hay un perfil de ladrón de patrimonio artístico? Se suele hablar del robo por encargo, pero yo no soy de esa opinión. Puede ser así, pero no es la tónica general. El móvil es siempre o casi siempre el ánimo de lucro, no un interés contem- plativo de las obras. El delito lo propi- cia la situación, la ocasión. Quizás se pueda definir el perfil de un expoliador de bienes arqueológi- cos encontrados en el campo o del falsificador de obras de arte, que evi- dentemente tiene que ser alguien que sepa pintar; pero decir que hay gre- - ¿Qué comunidades autónomas son las que sufren un mayor número de delitos contra el patrimonio histó- rico? Quizás Castilla y León; pero el motivo es que la mayor parte de los hechos se producen en centros religiosos y en esta comunidad, que es enorme, han proliferado las iglesias. Castilla y León es muy grande y tiene muchos bie- nes culturales, sobre todo en manos de la Iglesia. Esta institución religiosa ha tomado sus medidas y ya tiene muy avanzado su inventario, que es uno de los pasos fundamentales para la pro- tección; si a quien se le robe un bien no puede acreditar su propiedad, difí- cilmente lo podrá recuperar. - ¿Existe una tendencia a que este tipo de delitos vaya en aumento con el paso de los años? No, no. Desde que estoy aquí no lo he apreciado. Y en relación con los ro- bos de interés tampoco, con excep- ciones como el cometido en Getafe de un camión con varias obras de au- tores como Chillida, Tàpies o Botero o "Trabajamos con una legislación que no es muy contundente. La investigación de determinados delitos contra obras de arte es compleja"

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