Seguritecnia 379
66 SEGURITECNIA Octubre 2011 Seguridad en Museos y Patrimonio Histórico Desde el Capitel Esta “conciencia de seguridad” sería aconsejable sembrarla también en otros ámbitos en los que está presente, aun- que en demasiadas ocasiones se antoje invisible o innecesaria. Órdenes Ministeriales “El movimiento no existe fuera de las cosas, pues todo lo que cambia, o cam- bia en el orden de la sustancia o en la cantidad, o en la calidad, o en el lugar” (Sigmund Freud) . Quiero aprovechar este artículo para hablar sobre las nuevas Órdenes Minis- teriales para la Seguridad Privada. Mi valoración sobre ellas muy positiva. Sea bienvenido todo cambio o avance en cuestiones de seguridad. Todos los recursos destinados a favorecer a las per- sonas y los bienes. Todo cuanto aquilate el peso específico de la “cultura de se- guridad” de una institución. Todos cuan- tos mecanismos se activen para impedir o retrasar la ejecución de las amenazas y riesgos. Todo cuanto se programe para garantizar la capacitación y profesiona- lidad de los implicados. Todo cuanto se haga para que la prevención y la pro- tección ganen calidad e impacto. Todo cuanto se articule para concienciar que la seguridad no es exclusivamente ob- jetivo de un departamento, sino que in- cide sobre toda la sociedad. gundo, la proyección de nuestro trabajo al resto de departamentos. Es decir, solo a partir del entendimiento de la “cultura de seguridad”, del conocimiento de las personas que integran el equipo de se- guridad, del compartimiento de nues- tras experiencias y motivaciones, po- dremos conseguir que nuestras organi- zaciones crezcan con mayor armonía. A menudo me pregunto cuáles serían los beneficios para nuestras respectivas instituciones si se desarrollase una cul- tura organizativa de seguridad. El departamento Seguridad tiene una finalidad muy clara, que se puede resu- mir en garantizar la protección de las personas, de los bienes y el normal fun- cionamiento de los servicios. Una de las principales tareas de este departamento es la de generar “con- ciencia de seguridad”, como una estra- tegia para anticipar y atajar los riesgos. Esa “conciencia de seguridad” la defini- ría como la competencia para transmitir a todo el equipo sinergias para prever y adelantarse a los posibles riesgos. Es de- cir, saber corregir/evitar a tiempo todo factor que pueda provocar inseguridad tomando las medidas y acciones necesa- rias para alcanzar los objetivos previstos. Tener “conciencia en seguridad” es saber la importancia de detenerse un instante para pensar o programar una acción. Diría que el concepto “conflicto” latente en esta cuestión puede tener un doble y antagónico impacto en nuestras orga- nizaciones. Para algunas de ellas, puede ser un factor positivo, ya que de él emer- gen nuevas propuestas o iniciativas que den valor a la institución. Y sin embargo, para otras el efecto es el contrario, ya que el “conflicto” rompe con la “armonía” –el statu quo– de la organización y con su funcionamiento habitual. La gestión del conflicto tiene suma relevancia en el seno de las organizaciones, ya que puede per- mitir avanzar de manera más ágil, opor- tuna e, incluso, fomentado la motivación interdepartamental; no obstante, puede, por el contrario, generar frustración frente a la incertidumbre. Por regla general, entendemos el con- cepto "cultura" como la expresión de un grupo social caracterizado, identificado por sus valores, creencias, lenguajes, conductas, tecnologías, etc. Por tanto, somos los responsables de la definición de “la cultura de la seguridad en el pa- trimonio histórico”, superando antiguas inercias ancladas en modelos caducos. Frecuentemente, caemos en la ten- tación de pensar que, cuando nuestra institución entienda nuestras necesida- des, tendremos la posibilidad de rede- finir el camino y mejorar los resultados. Por supuesto que cualquier organiza- ción necesita estar bien administrada. Sin embargo, los resultados de ésta no solo se basan en el adecuado diseño de la “planeación, organización, dirección y control” o en el “planear, hacer, verifi- car y actuar”. Los resultados de las organizaciones son consecuencia de una suma de fac- tores articulados en el eje de la coordi- nación del trabajo interdepartamental. Hay que hacer confluir el esfuerzo de todos los profesionales de la institución, así como activar permanentemente el análisis de los procesos culturales, para dar respuesta a las necesidades y aspi- raciones de las instituciones de patri- monio histórico. A mi modo de ver, hay dos factores clave para potenciar la “cultura de se- guridad”. En primer lugar, la necesidad de autoconocimiento sectorial y, en se-
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