Seguritecnia 381

28 SEGURITECNIA Diciembre 2011 Entrevista hora de confeccionar todos los planes de autoprotección. Para mí fue una gran ayuda, puesto que había que ela- borar seis planes. También contraté a una persona para estudiar los dispositivos de segu- ridad de los actos que no eran religio- sos. Estamos hablando de más de 200 actos en una semana, y para eso era necesaria una mínima planificación. Por otro lado, tengo que destacar a una persona que se involucró como voluntario, que forma parte de la Se- guridad Privada como escolta de un grupo empresarial importante. Este profesional fue fundamental para mí por su disponibilidad, entrega y hu- mildad para dejarse orientar. Además de estas personas, contra- tamos a una empresa de Seguridad. Hubo que establecer unas 30.000 ho- ras de servicio para atender todas las necesidades. - ¿Qué funciones desempeñaron los profesionales de la Seguridad Privada? Sus funciones eran, básicamente, cu- brir aquello que fuera necesario com- plementando la labor de la Seguridad Pública. Un ejemplo de su trabajo fue la seguridad de las sedes de la organiza- ción, en las que teníamos información. No podíamos asumir que robaran da- tos sensibles. Asimismo, había que dar seguridad con estos servicios a una serie de mon- tajes para los actos: escenarios, panta- llas de televisión, cableado… Todos es- tos montajes necesitaban un refuerzo, al margen de que la policía los vigilara. Durante los actos, el papel de la Se- guridad Privada era colaborar en ubica- ciones concretas, como paneles de tele- visión, accesos restringidos, etcétera. Los vigilantes se involucraron tanto, que al final fueron uno más de la orga- nización. Colaboraron más allá de lo es- trictamente profesional. - ¿Cómo fue la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los espacios abiertos? La colaboración fue perfecta y todo lo flexible que la legalidad permite. Solo tuvimos que pedir un permiso para dis- poner de un vigilante con armas, y la Delegación del Gobierno respondió de manera muy rápida. No hubo problema alguno en cuanto a permisos ni nin- guna otra cuestión. - A lo largo de la semana hubo dos in- cidentes que marcaron de alguna ma- nera el desarrollo de la JMJ. Uno fue la detención de un joven por difundir a través de Internet su supuesta inten- ción de atentar contra los “indigna- dos”, y otro el encuentro en Sol entre manifestantes contrarios a la visita del Papa y los jóvenes católicos. ¿Cómo se vivieron aquellos dos casos? Son dos cosas que no tienen compa- ración. Lo del joven mexicano fue una anécdota, la primera que ocurría, y los medios de comunicación la destaca- ron porque era llamativa. Pero fue una anécdota, yo diría incluso sacada de contexto. No obstante, aunque desde la organización no le diéramos una im- portancia tremenda, como aquel joven estudiaba Químicas, más valía que al menos se investigara. Lo de la Puerta del Sol tuvo más grave- dad por lo que supone la ocupación de un espacio público. Además, una parte determinada de gente fue activa a la hora de insultar y menospreciar a unas personas que, simplemente, transita- ban por el centro de Madrid. El despliegue policial fue impor- tante e impidió que la cosa llegara a más. Hay unas fotografías que de- muestran lo que allí ocurrió y que, desde mi punto de vista, fueron muy positivas para que nadie dude de lo sucedido. Aquello generó tensión en el lugar, pero no en la organización porque, por una parte, teníamos la seguridad de que los peregrinos no iban a res- ponder de forma agresiva (algo que sí me hubiera preocupado), y por otra, había un gran dispositivo que hubiera impedido que la situación fuera a más. - Fue determinante, por tanto, el comportamiento de los peregrinos para mantener la seguridad. Sin la calidad de los asistentes [la segu- ridad] hubiera sido ingestionable. Eran jóvenes y actuaban como tales, pero no hubo ningún incidente. En este caso se hizo presente lo que sería la seguridad del futuro: la seguridad compartida y asumida [por la sociedad]. En la Puerta del Sol había menos de 1.000 personas [contrarias a la celebra- ción de la JMJ] y, sin embargo, no hubo ninguna respuesta física [por parte de los jóvenes católicos] porque se les in- fundió que, aunque hubiera alguna pro- vocación, no cayeran en ella. - ¿Cuál es su valoración general sobre el despliegue de seguridad durante la JMJ? Desde el punto de vista de la colabo- ración, se ha trabajado con muchos or- ganismos y de manera fenomenal. Yo procedo de la Guardia Civil, y por tanto mi relación con los miembros de este Cuerpo fue muy fluida; pero es que mi relación con el Cuerpo Nacional de Po- licía fue tan f luida como con los an- teriores. La colaboración ha superado lo estrictamente profesional. Nos he- mos involucrado en un problema de tal magnitud que hemos puesto más de lo que se nos podría exigir. S

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