Seguritecnia 383
7 SEGURITECNIA Febrero 2010 EDITORIAL “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) L a renovación del Gobierno ha traído debajo del brazo una de las noticias más deseadas por el sector. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció durante su primera intervención en el Congreso de los Diputados su intención de reformar la Ley de Seguridad Privada durante la legislatura. Esta revisión de la norma de 1992 se enmarca dentro de las acciones programadas para llevar a cabo el octavo eje estratégico marcado por el nuevo responsable de Interior, que consiste en “racionalizar los medios disponibles y hacer un uso eficiente de los recursos”. Con esta modificación, señaló Fer- nández Díaz, se pretende “establecer mecanismos de colaboración más eficaces con la seguridad pública”, una adaptación a la normativa europea y mejorar la calidad del servicio. Desde hace ya muchos años, empresas y profesionales demandan con insistencia un cambio en profundidad de la normativa del sector, por lo que las palabras del ministro han sido acogidas con gran satisfacción, a la espera de conocer las concreciones que recogerá el texto legal. Según lo expresado en su discurso, parece claro que el titular de interior contempla la colaboración público-privada como una de las principales necesidades de la reforma. El modelo actual desarrollado por las Unidades dedicadas a la seguridad privada de las Fuerzas y Cuer- pos de Seguridad del Estado ha demostrado su eficacia; pero ofrece un amplio margen de mejora que acerque un poco más la relación entre la seguridad pública y la privada a las actuales necesidades de protección. Planteamientos como los del “Programa Co- opera” de la Guardia Civil, en funcionamiento desde hace un año, y el futuro “Plan Azul” del Cuerpo Nacional de Policía apuntan hacia una relación más estrecha. En esta y cualquier otra de las cuestiones que afectan al sector tienen mucho que de- cir las asociaciones. Sería deseable que las organizaciones empresariales y profesiona- les pudieran formar parte del proceso de elaboración de las normas, tal y como suce- dió en el caso de las Órdenes Ministeriales aprobadas en febrero del año pasado. Aque- llas disposiciones nacieron del consenso entre los actores públicos y privados, y como tal fueron acogidas como un éxito de todo el sector, al margen de las disparidades de interpretación que han surgido posteriormente sobre su aplicación. El anuncio del ministro llega además en un momento propicio porque imprime un halo de optimismo de cara al futuro en un sector desalentado por la caída de la factu- ración en los últimos cuatro años. A ese desánimo se está sumando además la tribula- ción de trabajadores y empresarios ante la incertidumbre que se ha generado sobre la subida de salarios marcada en el Con- venio Colectivo de Seguridad Privada, del que ya se están intentando desmarcar una treintena de compañías. Urge la nece- sidad de llegar a un acuerdo para que la renovación de este pacto laboral, que expira a finales de este año, no se estanque como sucedió con anterioridad. La nueva Ley de Seguridad Privada podría favorecer la prestación de nuevos servicios de seguridad hasta ahora reserva- dos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que dinamicen el mercado e impulsen la facturación de las empresas. Esto, no obs- tante, debe ser solo una eventual repercusión del alumbramiento de la norma, pero nunca un objetivo en sí cuando se trata de una disposición destinada a la protección de vidas, bienes y activos. La celebración del Salón Internacional de la Seguridad (SICUR), que tendrá lugar entre el 28 de febrero y el 2 de marzo, será un buen escenario para que los profesionales que se dedican a esta actividad tomen el pulso a un sector al que le quedan muchas cuestiones que dirimir. S El anuncio más esperado “La noticia sobre la reforma de la Ley de Seguridad Privada llega en un momento propicio porque imprime optimismo en un sector desalentado por la crisis”
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