Seguritecnia 383

82 SEGURITECNIA Febrero 2012 Opinión todos, desde nuestro propio conoci- miento y tras un planteamiento rigu- roso, hagamos aportaciones que ayu- den a definir los espacios de mejora. En esta línea, me pareció sumamente interesante el artículo de Miguel Merino Thomas publicado en el número del pasado diciembre por Seguritecnia , en el que exponía sus reflexiones con el pro- pósito de abrir un debate sobre el mo- delo de seguridad privada en España. He podido verlo reproducido después en otros boletines, señal del interés sus- citado y que comparto hasta el punto de que quiero hacer, modestamente y a título exclusivamente personal, alguna aportación. En primer lugar, me complace felicitar al autor por su iniciativa y capacidad de liderazgo porque, desgraciadamente, el enorme potencial de los servicios pri- vados de seguridad no es percibido en muchas ocasiones desde el propio sector, atenazado por un cierto com- plejo de inferioridad o gregarismo in- justificado respecto de la Seguridad Pú- blica. Por ello, al margen del acierto de sus propuestas, las reflexiones del señor Merino reflejan una independencia que, en mi opinión, refuerza su credibilidad. Ciertamente la seguridad es compe- tencia exclusiva del Estado, pero eso no ha impedido el extraordinario de- sarrollo alcanzado por los servicios pri- vados, que viven hoy un momento de madurez y fiabilidad ampliamente re- conocido. Desde esa posición, lograda gracias al esfuerzo y profesionalidad de todos, resulta perfectamente legítimo plantearse cuál debe ser el papel de la seguridad privada en la seguridad na- cional y tratar de buscar fórmulas que faciliten su más eficiente integración. En el II Congreso Nacional de Seguri- dad Privada, recientemente celebrado, ya se puso de manifiesto la necesidad de lle- var a cabo una revisión del actual modelo. Lamentablemente, otros temas de exi- gente actualidad, y quizá una cierta falta de perspectiva, impidieron una reflexión más profunda sobre esta cuestión. Pero es evidente que el interés está ahí. Ahora bien, tratándose de seguridad, debemos ser extremadamente cuida- dosos y tener presente que, a veces, lo mejor es enemigo de lo bueno. En efecto, podemos llegar a magníficas construcciones teóricas imposibles de llevar a la práctica, porque no podemos contemplar un modelo de seguridad exclusivamente referido a su vertiente privada. Parece obvio que, si tratamos de conseguir la máxima eficiencia en la conjunción público-privada, el pro- blema debe abordarse desde su pers- pectiva más universal. Muchos coincidimos en que lo que podríamos llamar nuestro modelo ac- tual (yo prefiero hablar de sistema) es, cuando menos, mejorable. La Ley Orgá- nica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCS) data de 1986 y la de Seguridad E n su comparecencia ante la Comisión de Interior del Con- greso de los Diputados el pa- sado 31 de enero, el Ministro del Inte- rior expuso las diez líneas estratégicas de su departamento para esta legisla- tura. Al margen del interés que todas en su conjunto tienen para quienes nos dedicamos a la seguridad, merece es- pecial atención la octava, “Racionalizar los medios disponibles y hacer un uso eficiente de los recursos”, que implica el desarrollo de varias acciones progra- madas; en particular: “3.- Reforma de la Ley de Seguridad Privada para es- tablecer mecanismos de colaboración más eficaces con la seguridad pública, adaptarnos a la normativa europea y mejorar la calidad del servicio” . Hace tiempo que se discute sobre la necesidad de una revisión del modelo español de seguridad, pero nunca pa- recía el momento oportuno porque lo delicado de la materia exige unos equi- librios no siempre fáciles de conseguir. Y ¿por qué no decirlo? nadie quiere equivocarse. Por eso es importante que ¿Hacia un nuevo modelo de Seguridad? Algunas reflexiones César Álvarez Fernández Coronel jefe del Servicio de Protección y Seguridad de la Guardia Civil (SEPROSE)

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