Seguritecnia 387

SEGURITECNIA Junio 2012 47 Directores de Seguridad racterística dual, la de servicio interno hacia la empresa que le ha contratado, pero, a su vez, con potencial de colabo- ración con los operadores públicos. Por tanto, el carácter de ‘agente de la auto- ridad’ debería ser incorporado cuando sea requerido para realizar actividades en auxilio o a petición de la autoridad o sus agentes. Hay que tener en cuenta la doble dimensión asociada a esta figura en cuanto a protección jurídica y tam- bién a exigencia de responsabilidad. El concepto de director de Seguridad está cambiando y acabará adaptándose a la realidad. Desde el punto de vista em- presarial, directores que formen parte del Comité de Dirección o dependan di- rectamente del consejero delegado son hoy en día muy pocos. Independiente- mente del título oficial del Ministerio de Interior, la posición en la empresa vendrá dada por el peso del factor seguridad en el negocio o actividad de la organi- zación. Nos encontraremos con muchos ejecutivos de segundo nivel, gerentes, responsables o coordinadores. La forma- ción será fundamental para ocupar esas posiciones, y así debe ser entendido por aquellos que pretendan seguir esta pro- fesión. La formación específica en segu- ridad o la experiencia previa no bastarán por sí solas (incluso ni la formación de grado) para llegar a ciertos puestos. Durante el Encuentro Profesional de la Seguridad en la Distribución, cele- brado en 2011, tuve oportunidad de ex- poner mi opinión al respecto. Intenté expresar en una imagen cuál era mi per- cepción: un malabarista manejaba en el aire unas bolas que representaban a los Cuerpos policiales, no solo los estatales. Desde ese momento ha surgido otro plan de colaboración y seguramente no será el último. En la práctica, signifi- cará que los departamentos de Seguri- dad deberán multiplicar su esfuerzo de colaboración, tanto por los nuevos ca- nales que se establezcan, como por las diferentes herramientas de interacción. Esto no parece ser muy eficiente y se transmite la impresión de que no existe un modelo unificado en el Estado. La exposición de estas ideas suscitó un claro apoyo del sector privado y una cierta incredulidad. Es lógico pensar que si aún no se ha conseguido consolidar toda la inteligencia de los operadores públicos de seguridad, no se puede pre- tender que de la noche a la mañana se integre ésta con los operadores priva- dos y los departamentos de Seguridad. Mi propuesta en el congreso consistía en que fuera la Secretaría de Estado de In- terior quien definiera y controlara el mo- delo de gestión de la información para producir inteligencia y contribuir recípro- camente a los intereses de seguridad. A esta propuesta se han sumado otras vo- ces en el sector y esperemos que cale lo suficiente como para materializarla. Se abre también una esperanza a la efi- ciencia pública tras la llegada del nuevo ministro de Interior. En su comparecen- cia ante la Comisión de Interior [del Con- greso de los Diputados] anunció la “crea- ción de un Sistema Nacional de Informa- ción Policial que integre todas las bases de datos policiales conjuntas, incorpore a las policías autonómicas y policías loca- les en un único sistema perfectamente interconectado con las bases de datos judiciales”. Mientras esa iniciativa sale a la luz –o no–, algunos sectores están avan- zando más rápidamente con iniciativas como Melania, a la cual se ha facilitado el acceso a los operadores públicos. S Destacaría tres: el formativo, la segu- ridad de los sistemas de información y las figuras no recogidas en la Ley de Se- guridad Privada vigente. En el aspecto formativo del director de Seguridad hay que establecer unos mínimos basados en un título oficial de grado. Hace unos años perdimos la oportunidad de incor- porarlo en la adaptación al Plan Bolonia. Al igual que se ha hecho en otros secto- res, en un primer paso habría que regu- lar la convalidación de experiencia para la obtención de dicho reconocimiento. En el mapa de riesgos antisociales siempre han existido los relacionados con los sistemas de información, con im- pacto incluso superior a los físicos en al- gunas entidades. El avance en la protec- ción de las infraestructuras críticas ha puesto en evidencia un apartado que no había sido recogido en la Ley de Seguri- dad Privada. No tiene sentido que se re- gule a los proveedores de servicios de seguridad física y no a los de seguridad lógica en determinadas circunstancias. Entre el director de Seguridad y los servicios de seguridad subcontratados existen otros profesionales que trabajan para el departamento de Seguridad de forma directa, cuya complejidad organi- zativa varía en función de la actividad y de su tamaño o despliegue territorial. El delegado de seguridad no es suficiente. Otras figuras como los gestores de pro- gramas, especialistas en análisis de in- formación, fraude y gestión de recursos técnicos/humanos de seguridad están integrados en esos departamentos. Hay que tener en cuenta que el di- rector de Seguridad no forma parte de los operadores privados de seguridad, ni por supuesto de los públicos. Debe verse como un profesional con una ca- “La posición del director de Seguridad en la empresa vendrá dada por el peso del factor seguridad en el negocio” José Márquez Socio de ASIS-España

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